Un antidisturbios del 1-O relata que recibió patadas y puñetazos en el suelo y otro, que le intentaron quitar el arma
- El jefe de uno de los dispositivos asegura que un hombre aplicó una "técnica de estrangulamiento" a un agente
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Una decena de los antidisturbios de la Guardia Civil que intervinieron en los colegios electorales del 1-O han relatado este miércoles que recibieron patadas y puñetazos de los concentrados en los centros de votación, además de insultos como "hijos de puta", "asesinos" o "fuera las fuerzas de ocupación". Son los primeros antidisturbios que declaran como testigos en el juicio del 'procés' después de que hace trece días lo hicieran sus compañeros de la policía judicial, que eran los encargados de retirar el material del referéndum, mientras ellos se encargaban de la seguridad.
Uno de los agentes que intervino en un colegio de Sant Cebrià de Vallalta (Barcelona) ha relatado que un hombre mayor le cogió con "violencia" del escudo y tiró hacia él para que quedara rodeado de los concentrados, que lograron, según su testimonio, arrebatarle el escudo y la defensa. "El resultado final es que yo acabo en el suelo recibiendo patadas y puñetazos de todos los que estaban allí (...) hasta el punto que el casco de protección se salió", ha resumido, a preguntas de la Fiscalía.
El testigo consiguió zafarse de la gente pero recibió "un puñetazo en la nuca y una patada en la espalda", según ha añadido el agente, que se ha enfrentado al abogado Jordi Pina cuando este ha intentado poner en duda sus lesiones leyendo parcialmente su parte de lesiones, lo que ha provocado que el presidente del tribunal, Manuel Marchena, pidiera al letrado que no interrogara al testigo "sobre un documento fraccionándolo".
Otro de los agentes que actuó en ese mismo centro de Sant Cebrià de Vallalta ha asegurado que le intentaron arrebatar el arma reglamentaria tirando primero del cable antihurto consiguiendo arrancarlo, para lo que "hay que hacer bastante fuerza", y luego asiendo la pistola por la empuñadura "intentando tirar de ella". El agente ha explicado que no lograron quitarle el arma porque la funda no lo permitía si no se hacía de una determinada manera y "gracias a Dios no consiguieron encontrar el mecanismo para que saliese".
Un tercer testigo, que en este caso intervino en un centro de Callús, en Barcelona, ha asegurado que le dieron una patada en los genitales, que le produjo una inflamación en el testículo izquierdo que le duró varios días.
Un testigo asegura que un hombre intentó asfixiar a un agente
El jefe de seguridad del dispositivo de la Guardia Civil que intervino en Sant Andreu de la Barca, en Barcelona, ha asegurado que uno de los concentrados agredió a un agente tirándolo al suelo y que luego le aplicó una "técnica de estrangulamiento" hasta el punto que el guardia gritó: "¡Que me asfixio!" hasta que dos compañeros fueron a auxiliarle. El hombre fue detenido por un supuesto delito de atentado contra la autoridad.
Por su parte, el responsable de seguridad del dispositivo de Castellgalí (Barcelona) ha llamado la atención sobre el "número desproporcionado" de gente que les grababa a pocos centímetros de sus caras. "Yo creo que era una premisa. Grabar, grabar y provocar, porque también provocaban para que con el hostigamiento y la presión intentar que un guardia civil perdiera el control, perdiera los papeles, agrediera a alguien y captar el momento", ha declarado.
Los dos últimos testigos han sido los agentes que analizaron los coches de la Guardia Civil dañados en el registro de la Consellería de Economía el 20S que han explicado que las ruedas estaban cortadas con un arma blanca o similar, que los asientos habían sido también rajados "en trozos", que las lunas y los retrovisores estaban rotos, etc...