¿Cuántos votos le ha costado un escaño a cada partido?
- Compromís necesitó el 28A el triple de votos que el PRC para obtener un escaño en el Congreso; el 10N irá unido a Más País
- Los datos hablan: un especial del Lab de RTVE.es en el que analizamos la evolución del voto
En España se elige a los miembros del Congreso de los Diputados en una sola urna, a la que los españoles acudieron el 28 de abril en las elecciones generales y a la que tendrán que volver a acudir apenas seis meses después, el 10 de noviembre. Sin embargo, en la práctica, cada vez que los españoles votan es como si se celebraran 52 elecciones diferentes, una por cada circunscripción (las 50 provincias más Ceuta y Melilla), en las que la distribución de papeletas y escaños no es idéntica. Al final, el voto no vale lo mismo en todas las provincias, y la consecución de escaños penaliza a los partidos no mayoritarios que se presentan a nivel nacional.
En las elecciones generales de abril, el gran perjudicado en este sentido fue Compromís. A pesar de que se presentaba únicamente en la Comunidad Valenciana, caer un puesto -al sexto- hizo que haya necesitado 173.821 votos para conseguir su único escaño en esta comunidad autónoma, en la capital, Valencia. La formación de Mónica Oltra y Joan Baldoví ha tomado nota, y más allá de afinidades ideológicas, en noviembre sumará sus fuerzas con las de la nueva candidatura de Íñigo Errejón, Más País.
¿Qué es lo que hace que a unos partidos les cueste más obtener un escaño y a otros les cueste mucho menos, y que casi siempre sea así? Es el diferente tamaño de estas circunscripciones (un escaño en Ceuta y Melilla, de dos a 37 en las provincias) y la diferente implantación territorial de los partidos políticos que aspiran a representación, lo que hace que la aplicación de la fórmula electoral (la célebre Ley D'Hondt) genere efectos dispares.
La gran distancia entre Compromís y el PRC
Compromís distribuyó sus votos en tres provincias, pero solo obtuvo rendimiento -limitado- por los de una. Nada que ver con el caso del Partido Regionalista de Cantabria (PRC), que al presentarse solo en esta comunidad uniprovincial, ha requerido únicamente de 52.266 papeletas para obtener su escaño en Madrid, tres veces menos de lo que ha tenido que "pujar" el partido de Joan Baldoví por el suyo.
Vox, el partido nacional que más caros pagó sus escaños
Entre los partidos de ámbito nacional, fue Vox -debutante en las elecciones del 28A- el que necesitó de media mayor número de votos para obtener un diputado, 112.004, casi el doble que PSOE o PP, a los que el escaño les 'costó' 61.082 votos y 66.267, respectivamente. Ciudadanos rentabilizó su ascenso en votos consiguiendo "abaratar" el coste de su escaño, en detrimento de un Unidas Podemos que necesitó más de 89.000 papeletas para cada uno de los 42 que aglutinaron Podemos-IU-Equo y la confluencia catalana En Comú Podem.
Precisamente Ciudadanos fue la lista que en 2016 necesitó concentrar mayor número de votos para lograr un escaño, y se encontró con que de sus 3,14 millones de votos, más de 725.000 no sirvieron para convertirse en un solo escaño. Sin embargo, en abril fue tercera fuerza en muchas circunscripciones, reforzando su posición en provincias en las que antes se quedaba corto, como Castilla y León y en ciudades medianas y grandes, de modo que el escaño que hace tres años le costó de media 98.174 papeletas en abril solo precisó de 72.906 votos.
Por esta razón, si las urnas del 10N constatasen lo que apuntan muchas encuestas en esta precampaña, estos papeles podrían tornarse, de modo que Ciudadanos podría volver al pasado y sufrir para convertir sus votos en escaños, mientras que Vox podría rentabilizar en forma de diputados mucho más los suyos, en las provincias en las que en primavera creció el partido de Albert Rivera.
El PP pagó el precio de la fragmentación
El PP de Pablo Casado lamentó antes, durante y después de la campaña del 28A cómo la fragmentación del voto de centro-derecha en tres partidos con opciones de representación -algo inédito en la historia de la democracia española- hizo que sus posibilidades menguaran. Así fue en parte, si se tiene en cuenta que el escaño se le encareció en casi diez mil votos, de los 57.709 de 2016 a los 66.267 de las generales de abril.
Un coste muy similar al que necesitaron para sus escaños ERC, PNV, EH Bildu o Coalición Canaria, pero con una gran diferencia: la concentración de las fuerzas de estos partidos en un único territorio les devuelve mucho mayor rendimiento. En el País Vasco, EH Bildu sacó cuatro escaños con algo menos de 260.000 votos, y los 95.041 del PP le han dejado en blanco. Volviendo al baremo de Cantabria, el PP vasco tuvo casi el doble de los votos que el PRC, y este se embolsó un acta de diputado y los 'populares' ninguno, ni siquiera conservaron el del hoy senador Javier Maroto, por Álava.
Por eso, el presidente 'popular' señaló a Navarra Suma como ejemplo de lo que a su juicio debería haber sido la norma: la concentración en una única lista de los votos de UPN, PP y Ciudadanos hizo en la Comunidad Foral que sus 107.619 votos le reportasen dos diputados, a razón de 53.810 papeletas cada uno, resistiendo en su posición pese a haber perdido 2,5 puntos de voto.
El caso de PACMA
Corolario de todo lo anterior, el castigo que sufrió el partido animalista PACMA, que con un desempeño de 328.299 papeletas, cercano a los guarismos del PNV, y con más votos que Bildu y que otros cuatro partidos con representación parlamentaria, no logró ningún escaño (el CIS le daba una horquilla de entre 0 y 2 diputados, que podían haber venido de Valencia y Barcelona). Fueron 40.000 votos más que en las elecciones de 2016, 100.000 más que en 2015, pero fueron de nuevo infructusosos.
En situación parecida se vieron el partido catalán Front Republicà y el gallego BNG, ambos con más votos que el PRC -y en el caso del partido de Albano Dante Fachin, con más sufragios que Navarra Suma- que se han quedado sin escaños. El BNG fue el quinto partido más votado en Galicia, de la que salían 23 diputados, y se quedaron a 10.000 papeletas de un escaño por A Coruña, y Front Republicà quedó en octavo lugar, sin poder capturar ninguno de los 48 escaños en liza en Cataluña.
Dante Fachin renunció a ir al 10N por "no haber un frente unitario" en el independentismo y para no dividir el voto, aunque ha aparecido un nuevo actor en Cataluña, los antisistema de la CUP, que han decidido presentarse por primera vez a nivel nacional. En Galicia, para esta repetición electoral, el Bloque ha conseguido el apoyo de Compromiso por Galicia -surgida de una fractura del nacionalismo gallego-, que pedirá el voto para el BNG y se integrará simbólicamente en sus listas.