El policía nacional jubilado que se apuntó voluntario el 1-O para "permitir que se pudiera votar"
- Declara en el juicio como testigo Nemesio Fuentes, un exagente del Cuerpo Nacional de Policía independentista
- Otros ciudadanos constatan que dos mossos no podían cerrar los centros aunque "venían con la intención" de hacerlo
El magistrado Manuel Marchena interrumpe la sesión para hacer un receso antes de las doce del mediodía cuando solo queda por declarar uno de los once testigos citados para este jueves, jornada 42 del juicio del 'procés'. Por tercer día consecutivo, la defensa de Jordi Sànchez ha propuesto la declaración de ciudadanos que acudieron a votar a centros a los que acudieron solo los Mossos, pero el último testigo de la semana, un hombre mayor de pelo canoso y gafas que entra en la Sala de Plenos del Tribunal Supremo tras el receso con un lazo amarillo en la solapa de su chaqueta gris, es diferente.
- ¿Puede indicar al tribunal cuál es su profesión? - le pide el abogado Jordi Pina.
- Policía Nacional jubilado - responde el testigo, que se llama Nemesio Fuentes y es independentista, tal y como ha reconocido en distintos medios catalanes en los últimos meses, como El Nacional.cat o TV3.
Ante el Tribunal Supremo explica que él se presentó como voluntario junto a otros vecinos "para permitir que se pudiera votar". Estuvo en el Instituto Quercus de Sant Joan de Vilatorrada (Barcelona), donde un agente de la Guardia Civil recibió el impacto de una silla cuando entró en el centro tras fracturar la puerta y cayó al suelo, aunque el testigo tiene su particular versión de lo que ocurrió. Una versión que difiere del testimonio que el propio afectado hizo en el juicio y de las imágenes captadas de ese momento.
"Mi percepción personal es que la silla no fue la culpable de que él cayera, sino que él pisó los propios cristales que había roto, cayó y en ese momento la silla le impactó", ha señalado Nemesio, que estaba justo dentro del centro cuando ocurrió.
El testigo asegura que cuando la Guardia Civil llegó al instituto en "ningún momento dijeron ni una palabra" y que "agredieron" a los ciudadanos que estaban allí para poder alcanzar la puerta. "Yo tenía tres hijos fuera. Los tres fueron agredidos, dos con lesiones", ha asegurado este expolicía, que ha negado que las personas allí concentradas pegaran primero a los agentes: "Hubo muchas patadas y empujones, pero por parte de los agentes".
Preguntado por el fiscal Jaime Moreno por si sabía que el referéndum había sido suspendido por el Tribunal Constitucional y que el TSJ de Cataluña había ordenado que se prohibiera, ha respondido que "sí", pero que el auto de la jueza también hablaba de que "la gente no debía ser agredida y que se debía desarrollar de forma pacífica".
- ¿Escuchó usted algún tipo de insulto o amenaza? - pregunta un abogado de Vox, que ejercer la acusación popular.
- Los normales.
- ¿Cuáles son los normales, para usted?
- Viendo lo que estaba pasando pues "hijos de puta". Yo no sentí amenaza de muerte ninguna. "Cabrones".... Siempre con las manos en alto....
- Es suficiente, señor, es suficiente - zanja Marchena, que cita a los presentes el lunes a las diez de la mañana.
Los binomios, insuficientes para cerrar los colegios
Los otros diez testigos de este jueves ponen de relieve que los binomios de Mossos d'Esquadra que acudían a primera hora a los centros no podían cerrarlos ellos solos por la gran cantidad de gente que había dispuesta a "impedírselo" aunque acudían "con la intención de ejecutar las órdenes judiciales". Así lo explica Antoni Altaió, que votó en un centro de Caldes de Montbui.
"La resolución de la jueza también establecía que se tenía que garantizar la paz social. Los mossos entendieron, nosotros también, que no era necesario forzar una situación incómoda por ambas partes (...) siendo dos era un poco dificultosa", añade este testigo que interlocutó con ellos.
"Había mossos, había dos, que en repetidas ocasiones intentaron entrar, pero automáticamente se unía la gente y dos era evidente que no podían entrar", señala Venancio Saborit, que estuvo en varios centros de Badalona. "Supongo que una pareja de mossos... delante de tanta gente", dice también Nuria Riera sobre el centro en el que ella votó de Vic.
"Los mossos nos manifestaron que tenían orden de precintar el punto de votación, a lo que los vecinos les respondimos "queremos votar". Pidieron algún responsable y al unísimo respondimos que éramos todos. Todos juntos, de pie, con las manos alzadas, les impedimos entrar", señala Rosa Poch.
Solo una de los testigos, Carme Baqué, asegura que su colegio de la Seva (Barcelona) lo cerraron los ARRO de los Mossos por la tarde pero sin problemas. "Hubo decepción, a la gente le supo mal [que se llevaran las urnas], pero no hubo violencia".
El tribunal será el que determine en su sentencia si el hecho de que hubiera solo una pareja de mossos por cada centro fue una decisión adoptada para permitir la votación -como sostienen las acusaciones y sostienen los mandos de la Guardia Civil y Policía Nacional que han declarado en el juicio- o si formaba parte del dispositivo acordado entre los tres cuerpos como han sostenido los mandos de la policía autonómica el 1-O y que el coordinador Pérez de los Cobos conocía.