Muere Josep Maria Blanco, último superviviente del 'TBO'
- Ha fallecido a los 92 años de edad
- Dibujó más de 500 páginas de La familia Ulises
- En 2016 recibió el Gran Premio del Salón del Cómic de Barcelona
Josep Maria Blanco Ibarz (Barcelona, 1926) Ha fallecido en Barcelona a los 92 años de edad, según confirma Amaníaco Ediciones, donde publicó sus últimos trabajos. Hace apenas tres años fue galardonado con el Gran Premio del Salón del Cómic de Barcelona, un premio que se otorga como reconocimiento al trabajo de toda una vida. Y es que Blanco era el último superviviente de la generación histórica de la revista TBO.
Desde su debut en la revista en 1950 hasta el cierre en 1980, Blanco publicó al lado de autores como Josep Coll, Manuel Urda, Ramón Sabatés, Salvador Mestres, Antonio Ayné o Marino Benejam.
De este último tomó su serie más conocida, La familia Ulises, y la continuó a partir de 1969 imitando su estilo a la perfección. Como reconocimiento a la autoría de Benejam, Blanco nunca firmó las páginas de esta serie que solía ocupar la última página del semanario y que se convirtió en una de las series más populares de nuestra historieta. Blanco Siguió manteniéndose en activo casi hasta el final. En 2015 publicó un divertido alegato antibelicista titulado Otto el cañón (Amaníaco Ediciones), una obra en color y en donde se apreciaba toda la riqueza gestual y expresiva del autor.
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Con un estilo de dibujo amable, de línea clara, el humor de Blanco estaba basado en lo cotidiano. Los protagonistas de sus historietas solían ser ciudadanos corrientes al que se ven involucrados en situaciones inesperadas. Otra característica de su estilo era su gusto por el dibujo de multitudes que quedó reflejado en un libro de ilustraciones de gran formato titulado Barcelona y publicado en 1993. Blanco siempre explicó que ese tipo de composiciones tan llenas de personajes nacen de la admiración que sentía por el gran cronista gráfico Ricard Opisso.
La presencia de Blanco fue en la revista TBO constante desde su debut. Y cuando al cabo de varios años, la editorial empezó a reeditar viejas páginas al lado de las nuevas, el contraste entre el estilo viejo y el nuevo resultaba evidente. Tanto, que Blanco decidió firmar las historietas antiguas como Ibarz.