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Draghi avisa de que la desaceleración económica de la zona euro será prolongada en su despedida del BCE

  • El presidente del BCE defiende sus medidas tras la última reunión antes de pasar el testigo a Christine Lagarde
  • "Me siento como alguien que trato de cumplir con el mandato de la mejor manera posible", ha subrayado

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El presidente saliente del Banco Central Europeo, Mario Draghi
El presidente saliente del Banco Central Europeo, Mario Draghi.

Con su estilo ameno y cercano, Mario Draghi ha dado cuenta este jueves, por última vez antes de dejar su cargo dentro de una semana, de las decisiones de política monetaria del Banco Central Europeo, en una comparecencia en la que ha avisado de que la zona del euro se enfrenta a una "prolongada debilidad" económica y, frente a las críticas por sus políticas expansivas, ha defendido las medidas adoptadas durante sus ocho años en Fráncfort: "Me siento como alguien que trato de cumplir con el mandato de la mejor manera posible".

Draghi dejará la presidencia del BCE el 31 de octubre en manos de Christine Lagarde, la primera mujer al frente de la institución, después de ocho años en los que ha sido clave para superar la crisis del euro mediante su programa de compras de activos y su firmeza para defender la moneda única: "El BCE hará todo lo que sea necesario para sostener el euro y, créanme, será suficiente", recalcó en su recordado discurso en Londres de 2012, que aplacó los ataques especulativos contra la moneda única.

Sin embargo, también ha recibido críticas, sobre todo en su último período, en el que trató de devolver la normalidad a la política monetaria frente a la excepcionalidad de la Gran Recesión, pero la desaceleración le obligó a mantener las medidas expansivas: se marcha con los tipos de interés en el 0 %, sin haber aprobado una sola subida en todo su mandato, y tras dar luz verde en septiembre un nuevo programa de estímulos que recupera las compras de activos, pese a las voces que le acusan de permitir que se infle una burbuja financiera.

Un mayor debilitamiento de la economía

Ante esas críticas, Draghi ha vuelto a defender este jueves la pertinencia de las medidas extraordinarias: "Desafortunadamente, todo lo que hemos visto desde septiembre ha mostrado sobradamente que la determinación del Consejo de Gobierno de actuar de una forma sustancial estaba justificada", ha asegurado en la rueda de prensa

Ya en su alocución inicial, el presidente había deslizado una advertencia sobre la "prolongada debilidad en la dinámica de crecimiento de la zona euro, la persistencia de significativos riesgos a la baja y la atonía de la inflación", una desaceleración que atribuía a las "persistentes incertidumbres globales", entre las que ha citado las tensiones comerciales o geopolíticas, como el Brexit.

Tenemos algunos indicadores, pocos, pero algunos datos, que muestran un mayor debilitamiento de la economía

"Tenemos algunos indicadores, pocos, pero algunos datos, que muestran un mayor debilitamiento de la economía", ha abundado posteriormente. "Por ejemplo, que recuerde, el PMI de manufacturas [un indicador adelantado realizado con encuestas a las empresas del sector] está ahora a su menor nivel desde 2012. Y hasta hace un mes y medio los servicios resistían, pero ahora su PMI muestra un acusado declive", ha explicado.

Nuevas medidas de estímulo del Banco Central Europeo

Reactivación de las compras de activos

Ante ese escenario, el Consejo de Gobierno ha decidido este jueves mantener inalterados los parámetros clave de su política monetaria, en una reunión a la que ya ha asistido Christine Lagarde, aunque, tal como ha aclarado Draghi, no ha participado en las deliberaciones. Así, el tipo de interés al que el BCE presta dinero a los bancos semanalmente sigue también en el 0 % y la tasa de depósito permanece en el -0,50 %, es decir, los bancos deben pagar por guardar fondos.

Draghi ha confirmado que, a partir del 1 de noviembre, el BCE reanudará las compras de activos, por valor de 20.000 millones de euros cada mes, sin que haya fecha límite para retirarlas, de forma que seguirán en vigor "tanto como sea necesario para mantener las condiciones favorables de liquidez".

En ese sentido, Draghi ha insistido en la necesidad de saber adaptarse a las condiciones cambiantes del mercado financiero. "Es verdad que en 2017 estábamos preparándonos para salir de la política expansiva", ha reconocido, "pero las condiciones cambiaron. Tuvimos que cambiar".

Llamamiento a la unidad en el seno del BCE

De hecho, el italiano ha refutado la crítica deslizada por el Fondo Monetario Internacional en su último informe sobre Estabilidad Financiera Global, en el que señalaba que los tipos de interés bajos o negativos ponen el riesgo el crecimiento a medio plazo. "Para nosotros han sido una experiencia muy positiva", ha subrayado Draghi, que ha argumentado "estimulan el crecimiento" y contribuyen a crear empleo, si bien ha admitido que suscitan "preocupaciones sobre posibles efectos colaterales si se mantienen mucho tiempo".

También ha salido al paso ante las dudas generadas por las disensiones en el seno del Consejo de Gobierno, que se hicieron particularmente evidentes con la dimisión de la consejera alemana, Sabine Lautenschlaeger, tras la aprobación del último plan de estímulo. "Todas las instituciones tienen desacuerdos sobre política monetaria; a veces se hacen públicas y otras no. Es parte del debate continuo", ha justificado, antes de subrayar que las decisiones de esta última reunión se han adoptado por unanimidad y con "un llamamiento general a la unidad".

Incluso, ha hecho gala del orgullo colectivo por "la manera en que el Consejo de Gobierno y yo mismo hemos perseguido cumplir con el mandato. Este es parte de nuestro legado: nunca rendirse", ha recalcado Draghi, que ha evitado dejar consejos para su sucesora -"No los necesita, sabe muy bien lo que tiene que hacer"- y ha asegurado que no tiene pensado que hará a partir de ahora: "Pregúntenle a mi esposa" ha repetido.