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Cumbre del Clima

Caminar y pedalear, recetas para combatir el calentamiento global

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Los transportes sostenibles se abren paso en las grandes ciudades

Fomentar los desplazamientos a pie y en bicicleta es una de las principales recetas para hacer frente al calentamiento global. Así lo ha planteado la experta en movilidad y técnico de la Fundación Conama, Marta Seoane, en la Cumbre del Clima de Madrid, centrada este sábado en la movilidad sostenible.

"Conseguir ciudades más sostenibles es conseguir ciudades caminables, con un urbanismo más centrado en el peatón y en la bicicleta frente al uso del coche privado”, explica.

Según datos del Ministerio para la Transición Ecológica, el sector de los transportes genera el 25% de las emisiones totales de gases de efecto invernadero en España y casi el 40% de las emisiones de los sectores difusos. En cuanto a los modos de transporte, la carretera representa casi el 95% de las emisiones.

“Si de verdad queremos avanzar, se debe invertir la actual pirámide de la movilidad, es decir, la base más ancha, compuesta por los peatones y ciclistas, debe pasar a ser la prioridad en el diseño de las ciudades y, el uso individual del coche, situado en la cúspide, debe ser la última opción”, asegura Seoane.

Recuperar el espacio público en las ciudades

Conseguir esta transformación, depende, para el consultor y profesor de urbanismo, Miguel Álvarez, de “la recuperación de un espacio público de calidad”. “Si se observan la calles de Madrid, muchas de ellas, plantean la misma estructura: aceras estrechas y con coches aparcados a ambos lados. Su única función es la circulación, preferiblemente del coche, lo que dificulta otros usos como pasear o que los niños jueguen”.

Según datos de Ecologistas en Acción, el espacio dedicado al tráfico de automóviles ha aumentado en las grandes ciudades, suponiendo entre el 20 y el 40% del total de la superficie de la ciudad (por encima del 60% si se considera sólo el espacio público).

A este respecto, Seoane añade que “es fundamental” ofrecer “alternativas al coche”, cuando no se pueda andar o ir en bicicleta “para que los ciudadanos se unan al cambio".

“Si se pide a los ciudadanos que renuncien al coche sin dar una alternativa, hay muchas posibilidades de que se rechace la propuesta y se continúe en el mismo punto. Hay que relizar una planificación previa y pensar en los diferentes casos”, considera.

El rostro femenino de la movilidad sostenible

Siguiendo en esta línea, otros de los temas que se han tratado en la Cumbre ha sido el fomento del transporte público, tanto dentro como fuera de la ciudad, para conectar con áreas periféricas u otras regiones.

“El transporte público es el sistema circulatorio de las ciudades. Si queremos ciudades funcionales, hay que hacer una apuesta decidida por él”, asegura el responsable de transportes de Greenpeace, Adrián Fernández.

En este sentido, recomienda “aplicar las perspectivas de género y edad” en la planificación de la movilidad para hacer “ciudades que cumplan las necesidades de todos”. “Las mujeres se desplazan de manera diferente al hombre, siendo grandes consumidoras de transporte público pero, esto no se tiene siempre en cuenta, cediendo más espacio al vehículo privado”, defiende.

Según datos del INE y de los censos de conductores de la DGT, hubo más varones que mujeres al volante en 2017: un 42,2 % de mujeres frente al 57,8% de los hombres. Otros estudios, como el publicado en el libro Metro 1919-2019 del suburbano madrileño confirman la tendencia y revelan que, aunque se acortan distancias, un 58,31% de los viajeros son mujeres.

En cuanto a la edad de los ciudadanos, Fernández pide que se reflexione sobre el envejecimiento progresivo de la población y el posible aumento de la demanda de transporte público.

“Debemos adaptar el transporte a personas de movilidad reducida o de avanzada edad para que no vean la necesidad de depender de un vehículo privado si no quieren, o pueden, afrontar ese gasto”, opina.

Fomentar la movilidad a pie en el reparto de mercancias

Por último, se ha planteado cómo conseguir alternativas al desplazamiento de mercancías. "Cada vez tenemos más en cuenta si nuestra compra es sostenible o no, sin embargo, no nos planteamos, si la manera en la que llega a nuestros hogares lo es", señala Seoane y apunta a la logística sostenible como uno de los nuevos retos para las ciudades, alimentado especialmente por la compra de productos a través de internet.

Según datos del Instituto Nacional de Estadística, el comercio electrónico sufrió un impulso a partir de 2009 y actualmente supera el 20% del total de las compras que se realizan. Esto implica, por lo tanto, que al menos una de cada cinco empresas venda, a través de internet, teniendo que contar con medio de transporte o contratar a una empresa que distribuya sus productos, en ocasiones, desde otros continentes.

"En estos casos, los pequeños gestos son importantes para luchar contra el calentamiento global: consumir localmente, ir a buscar el producto a un punto o agrupar pedidos puede reducir el impacto del ciudadano. En cuanto a las empresas, pueden optar que el reparto de última milla sea a pie o en bicicleta, cuando se pueda y las condiciones de trabajo sean dignas", concluye Seoane.