Pepa, seis años de trabajo sin librar un solo día: "No hay justicia, me arruinaron la vida"
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- Durante seis años trabajó y vivió en el hotel en unas condiciones infrahumanas
- El dueño del establecimiento ha sido condenado a nueve meses de prisión y a una indemnización de 3.000 euros
"He estado seis años sin ver la luz del sol", así explica Pepa la explotación a la que fue sometida durante seis años en un hotel de Pamplona. Su caso se ha dado a conocer tras la condena al empresario y dueño del establemiciento a nueve meses de prisión y a una indemnización de 3.000 euros.
En una entrevista a 'Las Cosas Claras', Pepa cuenta que trabajó de lunes a domingo de forma ininterrumpida y sin ningún tipo de descanso semanal durante seis años: "Yo no salía del hotel, yo vivía en el hotel".
Su abogada, María Ortega Marcos, explica que el caso de Pepa es un caso evidente de exclavitud laboral en el Siglo XXI. "Esto se ha producido porque ella es mujer, porque tiene un origen diferente y porque no conocía el idioma. Esas tres circunstancias han sido aprovechadas por el empresario para exclavizarle", asegura.
"Por las mañanas limpiaba 19 habitaciones, por la noche trabajaba de recepcionista dando llaves y por la tarde cuidaba a la niña de un amigo", relata Pepa. Un ritmo de trabajo que le obligaba a dormir con la ropa puesta para atender la recepción.
"Condiciones infrahumanas"
"Pepa ha vivido en unas condiciones infrahumanas porque dormía en un almacén, era un habitáculo que no tenía ventilación y que no disponía de baño", señala Ortega. Para poder ir al baño, Pepa tenía que usar los de las habitaciones del hotel y en caso de que estuviesen ocupadas, tenía que bajar hasta la recepción del hotel.
Las circustancias en las que ha vivido durante tanto tiempo han acarreado para Pepa consecuencias a su salud mental. "No puedo respirar, tengo ansiedad, muchos nervios, depresión...", explica.
"No hay justicia, me arruinaron la vida", lamenta después de conocer que el empresario que la tenía trabajando sin ningún tipo de descanso ha sido condenado a nueve meses de cárcel y a una multa de 3.000 euros.
Una sentencia que el secretario general de CCOO, Unai Sordo, considera "lamentable" ya que, argumenta, se trata de "un acto de exclavismo puro y duro que requiere una actuación mucho más contundente de la justicia y del código penal".
En este sentido, Sordo, explica que "no hablamos solo de legislación laboral, hablamos de medidas de carácter penal porque esto es impresentable que esto pase en un país como España".