Keith LaMar, jazz para sobrevivir en el corredor de la muerte: "La música significa todo para mí"
- El preso afroamericano habla con RNE desde la prisión de máxima seguridad de Ohio
- El músico español Albert Marquès lidera una campaña para detener su ejecución
16 de noviembre de 2023. Si nada cambia, si el gobernador de Ohio no lo impide, Keith LaMar morirá ejecutado el 16 de noviembre de 2023. Entonces, A Love Supreme, de John Coltrane, la música que le ha salvado la vida, dejará de sonar en su celda de la prisión estatal de máxima seguridad de Youngstown, donde este afroamericano espera en el corredor de la muerte. Hasta entonces, este hombre quiere vivir. “Lo único que pueden hacer para evitar que viva mi vida es ejecutarme, pero, mientras tanto, voy a vivir mi vida, nadie puede pararme”, afirma rotundo LaMar, en conversación con RNE desde la prisión.
Un jurado popular consideró a LaMar culpable de matar a cinco presos en un motín de 11 días, ocurrido en la Semana Santa de 1993 en otra cárcel de Lucasville, también en Ohio. Por entonces, LaMar cumplía una condena previa, a 18 años de prisión, por un delito que sí asume. Tenía 19 años, andaba metido en asuntos de drogas en Cleveland y disparó letalmente al miembro de un grupo que quiso robarle con pistola. Años después, en 2016, fundó en prisión la organización NativeSons para ayudar a jóvenes presos a salir del círculo de la delincuencia, con alfabetización y libros. “Es una oportunidad para compartir las lecciones que aprendí”, explica LaMar a RNE. La culpabilidad que no acepta es la que le llevó al corredor de la muerte. LaMar sigue declarándose inocente y denuncia que el juicio que lo condenó se desarrolló con escasas garantías.
“LaMar sigue declarándose inocente y lamenta que el juicio que lo condenó se desarrolló con escasas garantías“
Lo escribe él mismo en el libro Condemned y lo afirma un documental disponible en YouTube, realizado en 2014 y actualizado en 2019 por la campaña Justice for Keith LaMar. Entre otras cuestiones, el documental señala que, durante el juicio, se retuvieron hasta 190 páginas de pruebas exculpatorias.
Un músico español, clave en la campaña para frenar su ejecución
“Keith dice muchas veces que es mejor ser rico y culpable que pobre e inocente”. La persona que cita al condenado es el músico español Albert Marquès, que vive y trabaja en Nueva York. Es compositor y pianista de jazz, profesor y activista, al frente de la campaña Freedom First. Conoció el caso de Keith LaMar en 2020, a través de un podcast. Sus objetivos, nos explica Marquès desde Brooklyn, son “parar la ejecución de Keith y revisar su caso”. Para crear conciencia, Marquès lleva desde 2020 organizando conciertos en la calle y grabaciones musicales, que comparte en la cuenta de Instagram de Freedom First, nombre que evoca un álbum de Max Roach, Freedom Now, publicado en 1960. El jazz se cuela por todas partes en esta historia.
“Desde que Albert está en mi vida, hemos hecho cosas increíbles, todos esos conciertos, cosas preciosas”. Keith LaMar suena reconfortado en una conexión Madrid-Ohio, vía Zoom, sin la imagen del preso en pantalla, con una locución de la prisión que interrumpe el diálogo cada cinco minutos, para recordar que la conversación puede ser grabada.
“Escucho esos vídeos y se me vienen las lágrimas”, admite emocionado LaMar. Se refiere a vídeos como el de la grabación en la que participaron varios músicos de jazz y blues en España. La organizó Marquès, no sin dificultades logísticas y técnicas, durante una estancia suya en España. Desde el corredor de la muerte en Ohio, LaMar recitaba el poema On living, del escritor turco Nazim Hikmet. Desde Girona, en el estudio El Local, Marc Ayza, Milena Casado, Manel Fortià, Erin Corine y el propio Marquès grababan la música. La suma de las dos partes formará parte del álbum que Freedom First y Justice for Keith LaMar prevén publicar en otoño. La espera de este condenado a muerte es activa. Además de participar en las iniciativas musicales que le propone el músico español, también interviene desde la cárcel en conferencias universitarias sobre el sistema penitenciario de EEUU.
“La espera de este condenado a muerte es activa. Además de participar en iniciativas musicales, también interviene en conferencias universitarias sobre el sistema penitenciario de EEUU“
“Estoy en el vientre de la bestia”, recuerda en RNE, “la gente escucha hablar de estos sitios, pero no lo escucha por boca de alguien que está dentro”. Su modo de estar en el corredor de la muerte es una réplica a las recomendaciones que recibió de jueces, alcaides o guardas: “Desde su punto de vista, mi vida no importa, pero ¿qué significa mi vida para mí? Eso importa. Lo que hacen es pintar un dibujo sobre ti, pero depende de ti si lo compras”.
Apasionado del jazz desde que, con 9 o 10 años, se encontró discos de BB King o Marvin Gaye en un coche abandonado y los escuchó “religiosamente”, LaMar no entiende su vida en prisión sin la música: “Significa todo para mí. Las notas abren las puertas a estados de ánimo de la vida cotidiana que echo de menos. La música es la forma en la que experimento emociones, mi humanidad”. Así que LaMar seguirá escuchando a Coltrane. Si no se ejecuta su pena de muerte, también escuchará A Love Supreme después del 16 de noviembre de 2023.