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Xenotrasplantes

Logran trasplantar con éxito dos riñones de cerdo modificados genéticamente a un ser humano

  • El paciente se encontraba en muerte cerebral, y los órganos se mantuvieron durante 77 horas funcionando con normalidad
  • Es el tercer xenotrasplante en los últimos meses, que podrían ayudar a paliar la actual escasez de órganos

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El equipo médico de la Universidad de Alabama, durante la intervención quirúrgica.
El equipo médico de la Universidad de Alabama, durante la intervención quirúrgica.

Un equipo de investigadores estadounidenses ha logrado trasplantar con éxito dos riñones de cerdo modificados genéticamente a un humano que se encontraba en muerte cerebral. Los encargados de este xenotrasplante en fase de ensayo clínico son científicos de la Facultad de Medicina Heersink, de la Universidad de Alabama en Birmingham, Estados Unidos. Los resultados se han publicado en la revista American Journal of Transplantation.

La posibilidad de trasplantar órganos de animales a personas se investiga desde la década de 1990, pero es ahora cuando se empiezan a vislumbrar los primeros éxitos. Este es el tercer xenotrasplante conocido en los últimos meses y el experimento se mantuvo durante 77 horas.

Es la primera vez que se da a conocer el trasplante de dos riñones de cerdo en el abdomen de un ser humano y la primera ocasión en la que la cirugía se describe en una publicación científica. Según sus responsables, supone un paso más hacia "un futuro en el que el suministro de órganos satisfaga la tremenda necesidad que existe".

Al receptor del estudio se le trasplantaron los riñones de cerdo modificados genéticamente después de que se le extirparan los riñones nativos. Al igual que con el primer trasplante renal que se dio a conocer el pasado octubre, los órganos trasplantados procedían de cerdos que habían sido modificados con diez ediciones genéticas clave que evitan el rechazo y las infecciones. Este proceso demuestra la viabilidad a largo plazo del procedimiento y cómo podría funcionar dicho trasplante en el mundo real.

Los riñones trasplantados filtraron sangre, produjeron orina y, lo que es más importante, no fueron rechazados inmediatamente. Los riñones siguieron siendo viables hasta el final del estudio, 77 horas más tarde.

Órganos de cerdos transgénicos

La edición de genes en cerdos para reducir el rechazo inmunológico ha hecho posible los trasplantes de órganos de cerdos a humanos, lo que podría ofrecer ayuda a superar las listas de espera a millones de personas que se enfrentan a fallos orgánicos, enfermedades o lesiones. Por diferentes motivos, este animal es idóneo para producir órganos transgénicos, incluso por encima de primates mucho más cercanos evolutivamente al ser humano. La vida natural de un cerdo es de 30 años, se crían con facilidad y pueden tener órganos de tamaño similar a los humanos. Metabólica y fisiológicamente el cerdo es muy parecido al ser humano.

"Este modelo preclínico humano es una forma de evaluar la seguridad y la viabilidad del modelo de cerdo a primate no humano, sin riesgo para un humano vivo", destaca la doctora Jayme Locke, cirujana principal del ensayo. "Nuestro estudio demuestra que se han superado los principales obstáculos para los xenotrasplantes en humanos, identifica dónde se necesitan nuevos conocimientos para optimizar los resultados de los xenotrasplantes en humanos y sienta las bases para el establecimiento de un novedoso modelo preclínico en humanos para futuros estudios", añade.

El equipo científico ha contado con la colaboración de la empresa pionera en biotecnología United Therapeutics Corporation, que concedió una subvención a la Universidad de Alabama para poner en marcha el innovador programa de xenotrasplantes. Revivicor, una filial de United Therapeutics, proporcionó el cerdo modificado genéticamente. Esta compañía es la que también ha aportado los órganos de los dos xenotrasplantes anteriores.

Los investigadores reconocen la aportación del paciente en muerte cerebral trasplantado, Jim Parsons, porque "ayuda a abrir las puertas del futuro de los trasplantes de órganos". "Este avance científico y médico no habría sido posible sin él ni su familia", han declarado. Parsons, de 57 años, era un donante de órganos registrado. Como sus órganos no eran aptos para la donación, su familia permitió que la Universidad de Alabama le mantuviera conectado a un respirador para que su cuerpo siguiera funcionando durante el estudio.