El ejército de Burkina Faso suspende la Constitución y destituye al presidente tras detenerlo
- El ministro de Defensa afirma que ninguna institución pública se ha visto "perturbada"
- El Gobierno impuso un toque de queda nocturno tras un motín el domingo
El ejército de Burkina Faso ha anunciado este lunes que ha suspendido la Constitución y ha destituido al presidente, Roch Kabore, después de haberlo detenido en su domicilio y tras pasar varias horas en un cuartel en la capital burkinesa, Uagadugú.
Según el teniente coronel Paul-Henri Sandaogo Damiba, se ha disuelto la asamblea nacional y se han cerrado las fronteras en una toma de posesión que se ha llevado a cabo sin violencia.
La detención ocurrió tras la jornada de tensión del domingo, con disparos en varios cuarteles militares en un supuesto motín para exigir mejoras en las Fuerzas Armadas. Según la citada fuente, las autoridades mantuvieron durante la pasada noche, cuando se escucharon tiroteos cerca de la residencia presidencial, unas negociaciones con los amotinados que parecen haber fracasado.
Según indicaron fuentes de la Gendarmería a los medios locales Radio Oméga y Burkina24, el presidente se encontraría “aislado” y protegido por la Gendarmería. Han indicado, además, que se halla en el campo de Papanga de la Gendarmería en Uagadugú, la capital del país, donde se ha reforzado el dispositivo de seguridad y hay helicópteros sobrevolando la zona.
Un periodista de la AFP ha visto tres vehículos "acribillados a balazos", algunos con rastros de sangre, en las inmediaciones de la residencia del Jefe de Estado. Según esta fuente "la situación es confusa", entre otras cosas, por la ausencia al mediodía de este lunes de declaración alguna por parte de los soldados amotinados o de los familiares del Jefe de Estado.
En la cuenta de Twitter del Presidente aparecía esta tarde un mensaje en el que se invita a "quienes han tomado las armas a devolverlas por el interés superior de la Nación". “Es a través del diálogo y la escucha como debemos resolver nuestras contradicciones”, añade. Se desconoce si el mensaje ha sido escrito por el propio presidente.
Toque de queda nocturno
El arresto también tuvo lugar después de que la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO) expresara en un comunicado la pasada medianoche su "gran preocupación" por el motín del domingo, pidiera "calma" e instara a los militares a favorecer "el diálogo con las autoridades".
El comunicado se publicó después de que el Gobierno burkinés impusiera, tras el motín, un toque de queda nocturno y el cierre de las escuelas los días 24 y 25 de enero para "preservar la seguridad de los alumnos".
El Gobierno de Kaboré (presidente de Burkina Faso desde finales de 2015) buscó así mantener el control de la situación en el país, después de un día que comenzó con temores de asonada a raíz de los disparos escuchados de madrugada en varios cuarteles del Ejército.
Defensa desmiente el golpe
El Ejecutivo desmintió este domingo que se tratara de un intento de golpe de Estado y, en una entrevista en televisión, el ministro de Defensa, general Aimé Barthélémy Simporé, aseguró que "ninguna institución pública" se había visto "perturbada".
Si bien las razones de los disparos no se confirmaron oficialmente, medios locales indicaron que se trató de un motín para exigir mejoras al Gobierno, entre ellas más medios para luchar contra el terrorismo yihadista (del que habitualmente son blanco las tropas burkinesas), y la dimisión de altos cargos militares y de inteligencia.
"Queremos medios adaptados a la lucha 'antiyihadista' y una plantilla numerosa", así como la 'reposición' de los oficiales de más alto rango del ejército nacional, ha afirmado en una grabación de audio enviada a la AFP un soldado anónimo del cuartel Sangoulé Lamizana.
Uno de los centros afectados es un campamento que alberga prisioneros militares detenidos por un intento de golpe de Estado en 2015, entre los que destaca Gilbert Diendéré (uno de los hombres fuertes del expresidente Blaise Compaoré). Durante el día, hubo concentraciones populares en apoyo al Ejército en la capital, entre otros incidentes. También se quemó una sede del partido gobernante, el Movimiento del Pueblo para el Progreso (MPP).
Este mismo mes ya había habido en Burkina Faso 15 detenciones (diez soldados y cinco civiles) en relación con una supuesta intentona golpista.
Manifestaciones no autorizadas
El pasado sábado, el país vivió una nueva jornada de manifestaciones no autorizadas, convocadas por grupos de la sociedad civil para expresar el gran descontento social por la inseguridad generada por la violencia yihadista y la falta de resultados del Gobierno a la hora de atajar ese problema.
Los ataques yihadistas en Burkina Faso suelen atribuirse a grupos afiliados a la red terrorista Al Qaeda y a la organización Estado Islámico (EI), especialmente en la región norteña del Sahel, pero se ha expandido a regiones vecinas y, desde 2018, al este del país.
La inseguridad ha ocasionado que el número de desplazados internos ascienda a algo más de 1,5 millones, según datos del Gobierno burkinés.