Aragonès rectifica y anuncia que acudirá a la Conferencia de Presidentes para tratar la guerra de Ucrania
- El presidente de la Generalitat exigirá "coordinación" para solventar la acogida de refugiados
- La última vez que un presidente catalán asistió presencialmente a la reunión fue en 2012
El presidente de la Generalitat de Catalunya, Pere Aragonès, ha rectificado y anunciado que acudirá finalmente a la Conferencia de Presidentes autonómicos de este domingo ante la "excepcionalidad" de la crisis de refugiados por la guerra de Ucrania iniciada el pasado 24 de febrero.
En declaraciones a los medios tras una visita a un albergue que acoge a ucranianos que se encontraban en Cataluña cuando Rusia comenzó la invasión de su país, Aragonès ha dicho que, dada la situación, "pone por delante los intereses de Cataluña" y acudirá para exponer sus demandas a la Conferencia de Presidentes prevista en la isla canaria de La Palma el día 13.
Allí trasladará la necesidad de que se desarrolle el trabajo con total "coordinación" entre administraciones y se cree "un fondo específico" para dar respuesta a unas necesidades de acogida de los refugiados ucranianos que van "más allá de escolarización y vivienda".
Según han explicado fuentes de Presidencia de la Generalitat, se trata de una decisión propia del presidente y tomada directamente por él, ya que estamos hablando de una guerra en el seno de Europa, con efectos directos sobre Cataluña, no solo respecto a los refugiados, sino también a los costes energéticos.
"Ya le he comunicado personalmente esta mañana mi asistencia al presidente Pedro Sánchez", ha informado también Aragonès, quien ha añadido que en cualquier caso, más allá de la crisis humanitaria y energética derivada de Ucrania, seguirá "priorizando la relación bilateral" con la Moncloa a la multilateral con el resto de comunidades.
A propósito del fondo que reclamará al Gobierno, la partida que se ponga sobre la mesa, ha dicho Aragonès, "deberá ser abierta" ante la incertidumbre de la magnitud de la llegada de refugiados que, ha reconocido, "no se sabe si serán miles o decenas de miles".
Preocupación por la "escalada de precios de la energía"
El president ha señalado la importancia para él de contribuir a dar "la mejor respuesta posible" por la "voluntad" del Govern de acoger a todos los refugiados que sea posible, y, también, porque la crisis "está afectando a los hogares y los sectores económicos del país dada la escalada de precios de la energía" que se está derivando del conflicto.
Aragonès ha destacado que el Govern ya actuó poniendo por delante la "excepcionalidad" en una situación de crisis anterior, la de la COVID-19, en la que ya trabajaron "desde todos los espacios y con todas las herramientas para ofrecer la mejor respuesta".
La última vez que un presidente catalán asistió presencialmente a la Conferencia de Presidentes autonómicos fue hace una década, en 2012, cuando Artur Mas (CiU) era presidente de la Generalitat.
Su sucesor, Carles Puigdemont (Junts pel Sí), fue el primero en declinar su asistencia en enero de 2017, en pleno choque entre la Generalitat y el Gobierno por el proceso independentista y a unos meses del referéndum del 1 de octubre, la declaración unilateral de independencia y la aprobación del artículo 155.
Aunque Quim Torra (JxCat) y el propio Aragonés (ERC) sí habían asistido telemáticamente a diversas convocatorias extraordinarias de la Conferencia de Presidentes por la pandemia del coronavirus, la guerra de Ucrania ha sido el factor que ha desencallado la negativa de Aragonès a que Cataluña acuda presencialmente a este foro multilateral.
Cataluña "al lado de la democracia y la paz"
Aragonès ha comunicado su decisión a Sánchez a través de una carta, en la que le recuerda que Cataluña ha estado siempre "al lado de la democracia, la paz y los derechos humanos" y que Cataluña se ha organizado para ofrecer la "mejor respuesta a esa crisis humanitaria".
Además de trasladarle la importancia de que la conferencia sea "un auténtico espacio de trabajo, coordinación y con capacidad real de decisión", Aragonès deja claro que la participación de Cataluña en la cita "responde únicamente a la situación excepcional" de la guerra, por lo que avisa: "En ningún caso debe entenderse como un paso en la normalización de las relaciones institucionales entre el Estado y Cataluña".