Ladrones de mentes: al menos 400.000 personas han sido captadas por distintas sectas en España
- Las sectas 2.0 utilizan las nuevas tecnologías camufladas en grupos de crecimiento personal, autoayuda y psicología
- Exadeptos cuentan cómo han sido manipulados económica y sexualmente, dos de los objetivos de estos grupos
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Javier nunca había hablado de ello ante una cámara. No es nada fácil. Para él sigue siendo una experiencia dura, pero quiere que su testimonio sirva para evitar que otros caigan en lo mismo. Una secta esotérica arruinó a este empresario.
“Todo fue muy poco a poco... te cambian tu sistema de creencias y te conviertes en un corderito“
Un contacto de negocios de total confianza le introdujo en el grupo, nunca imaginó la manipulación mental a la que iba a ser sometido. “Todo fue muy poco a poco, muy sutil hasta que te cambian tu sistema de creencias y te conviertes en un corderito", explica Javier. “A partir de ese momento tu cerebro se convierte en tu propia cárcel”, confiesa este exadepto a En Portada.
Los psicólogos expertos en sectas tienen claro que salir de uno de estos grupos cuesta mucho por el estigma y por las secuelas; “lo que vive un exadepto a la salida es estrés postraumático”, repiten los terapeutas. "Tienen muchas vivencias que coinciden con la imagen que tenemos de los veteranos de guerra, con flashbacks o estados de pánico”, explican los psicólogos.
Manipulación sexual
Poder económico y sexual son dos de los objetivos comunes que buscan la mayor parte de las sectas. Relaciones sexuales que las víctimas consienten tras ser manipuladas mentalmente.
“Me decía que tener sexo con él supondría una evolución mucho más rápida en mi crecimiento espiritual“
“El Lama Losel me convenció de que tragarme su semen serviría para limpiar los malos espíritus que tenía dentro. Me decía que tener sexo con él supondría una evolución mucho más rápida en mi crecimiento espiritual”, relata en el reportaje una de las víctimas. Esta manipulación psicológica es conocida como "persuasión coercitiva".
La dificultad para demostrar que una persona ha donado su patrimonio al grupo o ha accedido a mantener relaciones sexuales bajo manipulación mental es otro de los obstáculos con los que se topan la justicia y la Policía. Son muy pocas las denuncias que llegan a las fuerzas y cuerpos de seguridad por miedo, por vergüenza y por la imposibilidad de demostrar esta manipulación.
¿Cómo identificar una secta?
Casi todos los grupos sectarios comparten patrones de comportamiento, entre ellos aislar a las personas de su grupo más cercano: amigos, familiares... "asegurando que las personas que están fueran del grupo no te entienden o no te valoran". Así lo explica Luis Santamaría, experto en sectas.
“Cuidado con aquellas actividades donde usted se esté sintiendo culpable y no sabe muy bien por qué“
Si no dejan mucho tiempo para pensar, para cuestionar planteamientos o para criticar, hay que sospechar. Ante las ofertas de soluciones rápidas a un problema que estamos teniendo, hay que sospechar. "Planteamientos como 'deja tu trabajo para trabajar con nosotros' o 'pide una excedencia' nos deben alertar", advierte Miguel Perlado, psicólogo experto en sectas. “Cuidado con aquellas actividades donde usted se esté sintiendo culpable y no sepa muy bien por qué”, aconseja Perlado.
Las nuevas sectas 2.0
Actualmente no es necesaria la presencia física para formar parte de una secta. El aislamiento, cuenta un especialista sobre estos grupos de la Policía Nacional, "se puede producir en el propio domicilio, incluso sin que la familia se percate de ello. Y el control puede ser de 24 horas".
Ya no necesitamos desplazarnos para recibir una charla o unos servicios. Es aquí donde aparecen las denominadas sectas 2.0. Conocidas también como "sectas digitales". Se nutren de las nuevas tecnologías para captar a sus miembros, por ejemplo, a través de Instagram o Facebook.
“Reclutan a sus miembros a través de grupos de crecimiento personal, autoayuda o terapias alternativas“
Lo tiene claro Juantxo Domínguez, de Redune (Red de prevención sectaria), cuando explica que “estos nuevos grupos consiguen reclutar a sus miembros a través de redes sociales camufladas en grupos de crecimiento personal, autoayuda o terapias alternativas”. Una vez captadas comienzan el adoctrinamiento online que, en casos graves como el de Patricia Aguilar, acaba con el adepto trasladándose al lugar de residencia del gurú y trabajando para él.
Casos similares están llegando a Redune, como el de tres menores captados y convencidos para que abandonen a sus familias cuando cumplan 18 años. Una problemática que las autoridades tienen que abordar de manera urgente.