La nueva ley de educación, a examen en el Telediario
- TVE ha analizado la nueva ley de educación que se pondrá en práctica a partir del próximo curso
- Está basada en el aprendizaje por competencias, pero no convence a toda la comunidad educativa
Queda poco menos de un mes para que termine el curso escolar, pero toda la comunidad educativa tiene ya la mirada puesta en el mes de septiembre. El próximo curso tendrá que ponerse en marcha en las aulas la LOMLOE, una reforma educativa basada en el aprendizaje por competencias y que no convence a toda la comunidad docente.
La educación en España ha pasado por distintas etapas, entre las que destacan el aprendizaje memorístico o repetitivo, los programas 'educadores', la evaluación continua del alumnado, el fomento de la autonomía del alumno y la llegada de la tecnología en la escuela.
Este viernes el Telediario ha analizado los pros y contras de la nueva reforma y ha mostrado cómo se están preparando en los centros para aplicarla.
Un modelo basado en competencias y menos en la memorización
La nueva regulación contempla un total de ocho competencias para todas las etapas educativas, pero de momento se aplicarán solo en los cursos impares.
Engloban la esfera intelectual, personal, emocional y social. Desde el desarrollo de habilidades lingüísticas que permitan a los alumnos no solo comunicarse, sino interpretar las emociones de los demás, hasta saber utilizar de forma responsable las tecnologías o comprender y respetar las distintas expresiones culturales. Sin embargo, ya existen decenas de centros educativos en España que trabajan de esta forma desde hace años.
Para saber cómo serán los colegios del futuro, el Telediario se ha trasladado hasta el instituto de Terrassa Jaume Cabré. Allí no hay exámenes, muchas clases se hacen al aire libre y tampoco hay libros de texto, un ejemplo de lo que es la educación por competencias.
Mezclan música e inglés porque no tienen asignaturas tradicionales, los contenidos se funden en dos grandes ámbitos que contienen las competencias que marca el currículo y se estudian por proyectos, sin libros y con material que crea el profesorado.
Discrepancias entre los profesores por las competenias
Los defensores de este sistema creen que lo importante es aprender a usar el conocimiento y los detractores dicen que baja el nivel educativo y que concibe la escuela solo como un medio de inserción laboral. Esas discrepancias empiezan por la interpretación de lo que son las competencias.
"Consiste en reducir la educación en la enseñanza a una serie mínimas destrezas o habilidades. Es una falsedad. Estamos precarizando a nuestros alumnos", argumenta Olga García, profesora de Filosofía y autora de 'Escuela o Barbarie'.
No opina lo mismo la Catedrática de Psicología de la Educación de la UAM, Elena Martín, que cree que será un buen modelo si el alumno "es capaz de luchar contra la incetidumbre, identificar inequidades y luchar contra ellas".
Críticas entre el profesorado por falta de tiempo
Los currículos que se van a empezar a impartir en las aulas el próximo curso se han aprobado en marzo y abril de este año.
Con el final de curso a la vuelta de la esquina, los profesores se quejan de falta de tiempo para adaptarse al nuevo sistema y de falta de personal para poder ponerlo en práctica.
Trabajar por proyectos requiere una mayor colaboración entre profesores y crear esas dinámicas llevará tiempo. En España hay más de 750.000 docentes. En algunas comunidades los centros ya se están preparando, en otras lo harán durante el verano o en septiembre.
"Otros años para primeros de julio ya tenemos organizadas las materias, los horarios, los profesores que necesitamos... un poco el cupo, que se dice. Ahora estamos un poco agobiados porque todavía no sabemos en bachillerato qué materias vamos a dar", denuncia la profesora de Geografía e Historia, Ruth Martínez.
Antonio Hernández, director en el IES Rey Don García de Nájera, en La Rioja, también es crítico. "Hay cuestiones que ya se venían haciendo, ahora se les pone nombre, reorienta y el agobio es por el tiempo. Todavía en La Rioja no tenemos decreto. Estamos a un mes de que finalice el curso actual. El 1 de julio para nosotros empieza el curso, se nos viene una encima importante", cuenta.
"El año que viene creo que el caos se extenderá un poco", opina por su parte Francisco José Cadavieco, profesor de Historia en Bachillerato.
Las editoriales trabajan a contra reloj
Mientras tanto, las editoriales trabajan a contra reloj para adaptar todos los materiales didácticos a la nueva ley educativa antes de que comience el nuevo curso, con el contenido marcado por el Ministerio y las comunidades. María, profesora y autora de libros de texto, prepara uno de emprendimiento para la ESO.
"Para mí es muy importante que los alumnos entiendan lo que yo estoy escribiendo, contextualizar cada ejemplo y utilizar su lenguaje, despertar su avidez por aprender", explica María.
Los nuevos libros traen ahora más imágenes, infografías y esquemas. "Tenemos un libro de hace ya 15 años y toda la carga teórica que tenía, porque el objetivo era ese, un aprendizaje memorístico. Ahora el enfoque es totalmente diferente, un enfoque práctico. Los saberes básicos están, por supuesto, lo que pasa es que no están a la cabeza, es algo que el alumno tiene que adquirir, pero para poder desarrollar sus competencias", según la Responsable del Producto en la editorial SM, Beatriz Era.
Al igual que los profesores, tanto editoriales como autores e imprentas dicen que el principal problema al que se enfrentan es la falta de tiempo. "Hay que fabricar en tiempo récord", denuncia el director comercial de libros Estellaprint, Ángel Herrera.
El contenido de los libros, objeto de polémica política ley tras ley
Los contenidos de esos libros están generando polémica política. Algo que no es nuevo. Cada ley ha ido acompañada de alguna controversia.
Desde la Transición, todos los gobiernos han ido reformando las leyes educativas. Una falta de estabilidad y de consenso que, según los expertos, conlleva el riesgo de ideologizar el sistema y empeora su calidad.
Estos continuos cambios han provocado un sistema inestable que está sujeto, dicen los expertos, a la batalla política.
"Actúa como una frontera ideológica que los partidos utilizan como una señal de distinción para sus electores o sus simpatizantes", relata el catedrático de Teoría e Historia de la Educación en la Universidad de Valencia, Juan Manuel Fernández Soria.
Por eso, nos cuentan, las reformas educativas han ido basculando entre los ejes de un esquema polarizado: estado frente a mercado; laicidad frente a religión; igualdad frente a libertad. Una historia de idas y de vueltas sobre lo que se da y cómo se da. Y que tiene consecuencias.
"La ausencia de un pacto hace que España pierda 16 puntos en el informe PISA. Los índices de repetición escolar, de fracaso escolar y de abandono temprano son muy elevados", añade Fernández Soria.
"No tiene mucho sentido cambiar las leyes cada vez que cambia el gobienro de la nación. Porque al fin y al cabo los que estamos en medios somos los profesores, los equipos directivos, los alumnos y las familias", denuncian desde la Federación de Asociaciones de Directivos Escolares, María Rosa Rocha.
Calculan que para que una reforma logre su efecto debería durar al menos 15 años. Varias veces se ha intentado llegar a un pacto de Estado. Sin éxito. Tampoco con la LOMLOE. Las familias, divididas ante esta nueva norma, lamentan los continuos cambios.
Consensos mínimos, esenciales, dicen los expertos, para configurar una sociedad más cohesionada y con una educación de calidad.