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Suecia

Suecia y la ultraderecha: "Veremos si han votado solo un cambio de gobierno o también un cambio de sociedad"

  • Los Demócratas de Suecia se convierten en la segunda fuerza política del país asociando violencia con inmigración
  • Sin embargo, en Suecia no es fácil encontrar a alguien que les defina como ultraderecha

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Asociar inseguridad e inmigración: la apuesta de la ultraderecha para su éxito en Suecia

"Stop the criminals!" es el mensaje de la ultraderecha sueca que les ha llegado a Nuha y a Lucía, dos niñas de 12 años a las que encontramos en un parque de Estocolmo. Son hijas de inmigrantes y las dos han nacido en Suecia.

Nos enseñan el trabajo que han hecho en el colegio sobre las elecciones del 11 de septiembre. Han dibujado los logos de cada partido y han resumido lo que defiende cada opción. "Estos son un equipo", dice Nuha mientras señala el bloque de la derecha. Cuando se para en los Demócratas de Suecia, es cuando dice: "Stop the criminals!, quieren detener a los criminales y que se vayan a su país".

Ese "que se vayan a su país" encierra todo el peso que la ultraderecha ha puesto sobre los migrantes. Les ha culpado durante la campaña del incremento de la violencia con armas de fuego en el país. Los datos son preocupantes. En el año 2000, de 22 países europeos, Suecia ocupaba el puesto número 18 en muertes con armas de fuego. Hoy es el segundo, solo por detrás de Croacia. Para el líder del SD, Jimmie Akkison, la explicación está en la política de puertas abiertas que siempre ha mantenido Suecia.

El éxito de un mensaje populista

"Han tenido mucho éxito haciendo esa conexión: más inmigración, más violencia", explica Jan Torell, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Estocolmo. "No está demostrado que sea así.  Hay factores a tener en cuenta: las bandas de narcotraficantes, la facilidad para conseguir armas en el mercado negro, la baja proporción de policías por habitante o que solo se resuelven el 20% de los delitos por armas de fuego y hay mucha impunidad", matiza.

Con ese mensaje populista -inmigrante igual a criminal-, los Demócratas de Suecia se han convertido en la segunda fuerza política del país, con un 20.5% de los votos. El partido tiene raíces neonazis y, aunque sus líderes intentan alejarse de este sello, de vez en cuando algún miembro recuerda públicamente de dónde vienen.

Sin embargo, en Suecia no es fácil encontrar a alguien que les defina como ultraderecha. Su líder, Jimmie Akkison, elige con precisión sus mensajes. Prima la eficacia. El tradicional ataque al colectivo LGTBI que siempre usan los extremistas en Europa, en Suecia no funcionaría y, por tanto, no lo usan.

“Va a ser interesante saber qué tipo de partido quieren ser los Demócratas Suecos ahora que van a tener poder”, se pregunta Jakob Lewander, investigador del Instituto Sueco de Estudios de Políticas Europeas. Añade que han convencido a muchos suecos con mensajes muy básicos y fáciles pero sin aportar soluciones a un problema muy complejo y que ahora ha llegado el momento de demostrar su verdadera cara.

La Suecia acogedora

En la asociación Kompissverige (Amigos de Suecia) emparejan amistosamente a los inmigrantes con una persona nacida en Suecia. Cuando Isabel, uruguaya con apenas 9 meses en el país, contactó con ellos, lo hizo preguntándose quién querría perder su tiempo con ella enseñándole Estocolmo. Pero pronto recibió la respuesta de Anna, una sueca con quien pasea por la ciudad y practica el idioma.

El objetivo del proyecto mejora la integración del recién llegado y los que participan son voluntarios. Johan Backstrom, director de Kompissverige, reivindica du labor y su talante. "Puede que la voz de los que gritan se escuche más, pero hay muchos suecos que en voz baja construyen este país con tolerancia".

Cinco Continentes - Sin ganador claro en las elecciones de Suecia - Escuchar ahora

Suecia se encuentra en esa encrucijada, en decidir hacia dónde quiere caminar. El polítologo sueco Niklas Bremberg lo expresa así: "Veremos si los suecos han votado solo un cambio de gobierno o también un cambio de sociedad y de sistema".

Y esa es la clave de estas elecciones. Los políticos tendrán que estar finos para interpretar correctamente qué mensaje les ha lanzado Suecia.