El 11 de marzo de 2004 una célula yihadista colocó trece artefactos explosivos en cuatro trenes de cercanías de Madrid. Murieron 191 personas y 1.857 resultaron heridas. El 3 de abril siete de los terroristas se inmolaron en Leganés matando a un GEO. La Audiencia Nacional condenó a 21 de los 28 procesados por estos hechos en 2007. A dos de ellos, Jamal Zougam y Otman el Ganaoui, a más de 42.900 años de cárcel como autores materiales de los asesinatos y al exminero José Emilio Suárez Trashorras a 34.715 años como autor por cooperación necesaria. El Supremo condenó en 2008 a uno de los absueltos, Antonio Toro, pero absolvió a cuatro de los condenados como terroristas por la Audiencia. Fuente: Sentencias y Audiencia Nacional.
Hamid Ahmidan -primo de Jamal Ahmidan, el Chino, que se suicidó en Leganés- fue condenado a 23 años de cárcel por la Audiencia por pertenencia a banda armada y tráfico de drogas, pero el Supremo le rebajó en 10 años la pena por este último delito al anular el registro de la vivienda en la que se encontraron 300 gramos de hachís. La Audiencia considera probado que era miembro de la organización terrorista al quedar "acreditado que realizaba cuantos actos y servicios se le requieren por parte de quien aparece como jefe del grupo -su primo Jamal Ahmidan- y está en todos los escenarios en los que desarrolla su actividad la banda, tanto antes como después del 11 de marzo". Es "persona de confianza" de El Chino, tiene llaves de la finca de Tajuña y ayudó a construir el agujero donde se guardaron los explosivos.
Jamal Zougam fue condenado como autor material de los atentados del 11M a 42.922 años de prisión por 191 asesinatos terroristas consumados y otros 1.856 en grado de tentativa, entre otros delitos. El Tribunal Supremo ratificó la sentencia de la Audiencia Nacional que considera probado que Zougam "estaba integrado en una célula terrorista de tipo yihadista y que intervino, como autor, en los atentados del 11 de marzo de 2004". Durante el juicio, dos testigos le identificaron en el tren que explotó en la estación de Santa Eugenia. La tarjeta del teléfono móvil de la mochila de Vallecas fue vendida, como el resto de las usadas en los atentados, en su locutorio. La Audiencia señaló además que conocía a varios miembros de la célula que se suicidaron en Leganés, así como a la mayoría de los procesados.
Rachid Aglif fue condenado a 18 años por pertenencia a banda armada y tenencia de explosivos por la Audiencia Nacional. Según la sentencia, ratificada por el Supremo en lo referente a este condenado, Aglif mantenía una "intensa relación" con Jamal Ahmidan, alias El Chino, jefe de la célula yihadista. Tuvo, además, una "decisiva intervención" en la reunión que mantuvo Ahmidan con el exminero Suárez Trashorras en octubre de 2003 en una hamburguesería de Carabanchel, en Madrid, donde se cerró el trato para el tráfico de explosivos de Mina Conchita a cambio de droga. Saldrá en libertad el 1 de abril de 2022.
El exminero Suárez Trashorras fue condenado a 34.715 años y seis meses como autor por cooperación de 192 asesinatos terroristas (incluido la muerte del GEO en la explosión de Leganés) y otros 1.991 en grado de tentativa. El Supremo ratificó la sentencia de la Audiencia que le considera cooperador necesario al haber suministrado a Jamal Ahmidan, alias El Chino, la dinamita y los detonadores de Mina Conchita para los atentados. Lo hizo a pesar de conocer el "radicalismo" de este y su grupo y de ser "consciente del uso homicida" que se le iba a dar. Parte de la dinamita se entregó mediante emisarios y otra parte la cogió El Chino directamente de la mina. Trashorras le dijo que no se olvidara de "las puntas y los clavos" para la metralla. Está en segundo grado.
Abdelmajid Bouchar, el terrorista que huyó del piso de Leganés antes de que se inmolaran sus compañeros al percatarse de la presencia policial, fue condenado a 18 años de cárcel por pertenencia a banda armada y tenencia de explosivos. La Fiscalía pidió 38.962 años como autor material de los atentados (junto a Otham El Ganaoui y Jamal Zougam), pero el testigo que declaró haberle visto en Entrevías se retractó en el juicio, lo que impidió "dar por probada su presencia en los trenes" con la "certeza exigida". Sin embargo, su presencia en el piso de Leganés sí permite acreditar, según la Audiencia, su pertenencia a banda armada. El Supremo ratificó la pena para Bouchar, que saldrá de prisión el 12 de septiembre de 2023.
Othman El Ganaoui fue condenado a 42.922 años de prisión como autor material de 191 asesinatos terroristas consumados y otros 1.856 en grado de tentativa, entre otros delitos. Según la Audiencia, desempeñó "un rol o papel concreto (...) asignado conforme al plan criminal de la banda terrorista en la que se integra". Su perfil genético apareció en la sudadera que dejó un individuo al que testigos vieron despojarse de sus ropas cerca de la estación de Vicálvaro; estaba vinculado a la finca de Chinchón, donde hizo un agujero para esconder los explosivos y dio "cobertura" a Jamal Ahmidan. Hechos que "no dejan duda razonable sobre su pertenencia al grupo yihadista y su intervención en los hechos a título de coautor". El Supremo le absolvió de un delito de falsedad documental por el que la Audiencia le había condenado a dos años más.
Hassan el Haski fue condenado por la Audiencia a 15 años de cárcel por pertenencia al grupo terrorista Grupo Islámico Combatiente Marroquí en grado de dirigente, pero el Supremo rebajó un año la condena porque el máximo previsto en el Código Penal era de 14 años. La Fiscalía pidió para El Haski 38.962 años de prisión como inductor de los atentados (junto a Youssef Balhadj y Rabei Osman, El Egipcio-), pero la Audiencia solo consideró probado que era dirigente del GICM basándose en el testimonio de tres islamistas que proporcionaron "tal cantidad de datos, fechas, nombres y detalles (...) que es imposible que procedan de una fabulación". Sin embargo, su pertenencia al GICM "no le hace responsable de todos los atentados cometidos por miembros de la banda terrorista".
Youssef Belhadj fue condenado por la Audiencia Nacional a 12 años de prisión por pertenencia a grupo terrorista, pena que ratificó el Supremo. La Fiscalía pedía para él 38.952 años de cárcel al considerarle inductor del 11M junto a Rabei Osman, El Egipcio, y Hassan el Haski, pero la Audiencia concluye que no era dirigente ni tenía una dependencia jerárquica con los autores de los atentados. Tampoco queda acreditado que respondiera al alias de Abou Dojanah, en cuyo nombre Al Qaeda reivindicó el 11M. Para el tribunal solo está demostrado que pertenecía a uno de los grupos de esta organización terrorista. Su sobrino Mohamed M. (procesado y absuelto) declaró que su tío le confesó que era de Al Qaeda y le invitó a hacer la yihad en Afganistán. Belhadj también auxilió a los huidos de Leganés.
Fouad El Morabit Amghar fue condenado por la Audiencia Nacional a 12 años de prisión por pertenencia a banda armada, una pena que ratificó el Supremo. La sentencia considera probado que llevaba a cabo "labores de captación y adoctrinamiento de futuros terroristas". El tribunal concluye que tenía "fuertes vínculos" con los suicidas de Leganés y que incluso hospedó a uno de ellos en su casa la noche de los atentados. Tenía una "relación de especial confianza" con El Chino, jefe de la célula, y una "relación muy estrecha" con Rabei Osman, El Egipcio. Este último llegó a pensar que El Morabit se había inmolado en el piso de Leganés tras no contactar con él. "Todo el grupo está con Dios", le dijo en conversación a otro dirigente terrorista. Accederá a la libertad definitiva el 25 de marzo de 2016.
Sael El Harrak fue condenado por la Audiencia Nacional por pertenencia a grupo terrorista a 12 años de cárcel, pena que fue ratificada por el Supremo. La sentencia considera probado que El Harrak era miembro de la célula que se suicidó en Leganés. Tenía un "intenso contacto personal y telefónico" con sus integrantes, especialmente con Abdennabi Kounjaa y Mohamed Oulad Akcha. El Harrak era de hecho el depositario del testimonio o carta de despedida de Kounjaa a su familia, donde explicaba por qué se había unido a la yihad. Su número de teléfono se encontró entre los escombros de Leganés. Obtendrá la libertad definitiva el 25 de octubre de 2017.
Mohamed Bouharrat fue condenado a 12 años de prisión por pertenencia a grupo terrorista por la Audiencia Nacional, pena que ratificó después el Supremo. La sentencia considera probado su pertenencia al "grupo o grupos terroristas de carácter yihadista que perpetran los atentados" del 11M. Tiene relación con los suicidas de Leganés en un "intervalo temporal muy estrecho y significativo". Entre los escombros se encuentran fotografías recientes de Bouharrat, una huella en un libro en árabe y una nota manuscrita por él sobre otro posible objetivo para atentar. Tiene otra condena de ocho años de prisión y no saldrá en libertad hasta el 30 de octubre de 2022.
La Audiencia Nacional condenó a Mohamed Larbi Ben Sellam a 12 años por pertenencia a grupo terrorista, pero el Supremo rebajó a 9 años la pena al entender que “la mera pertenencia a una organización yihadista, sin más concreciones” no es suficiente para imponer la máxima pena por este delito. El Supremo señala que se probó que tenía relación con los terroristas del 11M pero no que formara parte de esta célula ni que participara en los atentados. Lo que queda demostrado, según la Audiencia Nacional, es la misión que tenía de “adoctrinar, reclutar y auxiliar a individuos para hacer la yihad” y de captar fondos con este fin. El 8 de febrero de 2014 cumplió su condena pero sigue en prisión a la espera de ser extraditado a Marruecos.
La Audiencia condenó a Rafá Zouhier a 10 años por tráfico de explosivos en colaboración con organización terrorista al considerar probado que actuó como intermediario poniendo en contacto directo al exminero Suárez Trashorras con Jamal Ahmidan y su grupo. La Fiscalía pidió para él 38.968 años como cooperador necesario, pero el tribunal señaló que esta labor de mediación era sustituible por otro y, además, "la adquisición de explosivos a Suárez Trashorras tampoco era la única de las alternativas que tenían los miembros de la célula terrorista. Zouhier, confidente de la Guardia Civil, conocía el "radicalismo" de Ahmidan pero "no consta" que conociera "la acción criminal concreta que iban a llevar a cabo", según la sentencia que ratificó el Supremo. Saldrá de prisión el 16 de marzo de 2014.
Antonio Iván Reis Palacio fue condenado por la Audiencia Nacional a tres años de cárcel por transporte de explosivos. El exminero Suárez Trashorras le ofreció saldar una cuenta de 400 euros y cobrar otros 300 más a cambio de llevar desde Asturias a Madrid una mochila de unos 10 kilos de peso para entregársela a Jamal Ahmidan, El Chino, jefe de la célula yihadista y uno de los suicidad de Leganés. Reis Palacio alegó durante el juicio que pensó en todo momento que estaba transportando hachís, pero en el paquete iba parte de la dinamita que explotó en los trenes. Está en libertad.
Sergio Álvarez Sánchez fue condenado por la Audiencia Nacional a tres años de prisión por tráfico de explosivos. En enero de 2004 llevó una bolsa con 40 kilos de explosivo desde Asturias a Madrid para entregársela a Jamal Ahmidan, El Chino, jefe de la célula de los atentados del 11M y uno de los suicidas de Leganés. El exminero Suárez Trashorras le ofreció 600 euros a cambio. Álvarez Sánchez defendió que pensaba que eren CD de música pirata, algo no creíble para el tribunal. Está en libertad.
Gabriel Montoya, el Gitanillo, menor de edad cuando ocurrieron los hechos fue el primer condenado por los atentados del 11M. La Audiencia Nacional le condenó a 6 años de internamiento en un centro de menores -salió en 2010- y a otros 5 de libertad vigilada. Su declaración fue el "hilo conductor de todo el relato histórico" de los viajes que efectuaron Antonio Iván Reis, Sergio Álvarez y él mismo a Madrid para llevar parte de la dinamita a la célula yihadista. Estudió FP y ha trabajado aunque ahora está en paro. Los informes de los servicios sociales son buenos.
Nasreddine Bousbaa fue condenado a dos años por falsedad documental por el Tribunal Supremo, que rebajó en un año la pena que el impuso la Audiencia Nacional que consideraba probado que era un delito continuado. Bousbaa falsificó dos pasaportes y un carné de conducir por encargo de Jamal Ahmidan, El Chino, jefe de la célula yihadista que preparó los atentados del 11M. Los documentos falsificados aparecieron en los escombros de Leganés.
Mahmoud Sleim Aoun fue condenado a dos años por falsedad documental por el Tribunal Supremo, que rebajó la condena de tres años que le había impuesto la Audiencia Nacional. Este último tribunal se basa en que se le intervino un documento de identidad portugués falso, pero a diferencia de Bousbaa "no consta ningún acto de auxilio" a la organización terrorista de los atentados del 11M. Está ya en libertad.
Sarhane Ben Abdelmajid, alias el Tunecino, es uno de los siete miembros de la célula yihadista que se suicidan en Leganés el 3 de abril de 2004. La Audiencia Nacional considera probado que es autor material de los atentados. Según los hechos probados, colocó junto al resto de suicidas y los condenados Jamal Zougam y Otman el Gnaoui trece artefactos explosivos en cuatro trenes de la red de cercanías de Madrid en la mañana del 11 de marzo de 2004. Antes de inmolarse al verse rodeados por los GEO llama a su madre en Túnez para despedirse.
Jamal Ahmidan, alias El Chino, era el jefe de la célula islamista que perpetró los atentados del 11M y fue uno de los siete suicidas que se inmolaron en Leganés el 3 de abril de 2014. La Audiencia Nacional considera probado que fue autor material de la masacre al colocar junto a otros miembros de la célula yihadista trece artefactos explosivos en cuatro trenes de cercanías. Fue El Chino el que cerró el suministro de dinamita con el exminero Suárez Trashorras después de que se lo presentara Rafá Zouhier. Recibió dos envíos en Madrid y viajó él mismo a Asturias el 28 y 29 de febrero para coger el explosivo de Mina Conchita.
Mohamed Oulad Akcha, uno de los siete suicidad de Leganés, formaba parte de la célula yihadista que organizó los atentados del 11M a las órdenes de Jamal Ahmidan, alias El Chino. Según la sentencia de la Audiencia Nacional, Mohamed Oulad Akcha fue uno de los terroristas que colocó las mochilas con los explosivos en los trenes. Oulad Akcha acompañó a El Chino hasta Asturias a finales de febrero para recoger dinamita de Mina Conchita. Su hermano Rachid también formaba parte del grupo y se suicidó en Leganés.
Rachid Oulad Akcha es uno de los siete terroristas que se suicidaron en Leganés el 3 de abril cuando se vieron rodeados por la Policía. La Audiencia Nacional considera probado que fue uno de los autores materiales de los atentados del 11 de marzo de 2004. Colocó en los trenes junto a otros compañeros de la célula terrorista trece artefactos explosivos, de los que explotaron diez provocando la muerte de 191 personas. Su hermano Mohamed también se inmoló en Leganés.
Asrih Rifaat Anouar es uno de los siete suicidas de Leganés a los que la Audiencia Nacional considera autores materiales de los atentados del 11 de marzo de 2004 junto a los condenados Jamal Zougam y Otman el Gnaoui. La sentencia considera probado que fue uno de los que colocó las mochilas explosivos. Rifaat Anouar pasó la noche de los atentados en el piso de Fouad El Morabit Amghar,, condenado a 12 años por pertenencia a grupo terrorista.
Allekema Lamari es uno de los siete suicidas de Leganés y según la sentencia de la Audiencia Nacional uno de los autores materiales que colocó los artefactos explosivos en los trenes de cercanías. Días antes de inmolarse habló por teléfono con un amigo al que le trasladó que no lo cogerían vivo.
Abdennabi Kounjaa es uno de los siete suicidas de Leganés que se inmolaron el 3 de abril al verse rodeados por los GEO. La Audiencia Nacional le considera autor material de los atentados del 11M al ser uno de los terroristas que colocó los explosivos en los trenes. Kounjaa acompañó a Jamal Ahmidan, alias El Chino, semanas antes a Asturias para recoger la dinamita de Mina Conchita. Dejó su "testamento" a Sael El Harrak, condenado a 12 años por pertenencia a banda terrorista, en el que justificaba la yihab.
Fue condenado a 12 años de cárcel por pertenencia a grupo terrorista por la Audiencia Nacional, que consideró probado que realizaba labores de captación y adoctrinamiento, pero el Tribunal Supremo le absolvió al considerar que estos hechos no estaban acreditados. El alto tribunal señaló que Basel G. era una "persona con ideas radicales" pero añadió que para condenarle por pertenencia a banda armada es necesario probar que "de la mera forma de pensar se ha pasado de alguna forma a la acción para hacerla efectiva por medio de la violencia o el terror". El Supremo también absolvió a Mohannad A. D. por el mismo motivo.
La Audiencia Nacional le condenó a 12 años por pertenencia a grupo terrorista, pero el Tribunal Supremo le absolvió como a Basel G. porque "no basta demostrar que el acusado piensa de una determinada manera, o que contacta o se relaciona con otros de la misma o similar ideología. Es necesario, mediante la constatación de hechos significativos, probar, al menos, que ha decidido pasar a la acción". Al igual que Basel tenía relación con miembros de la célula yihadista que organizó los atentados del 11M, pero no está acreditado que hubiera tomado la decisión de actuar.
La Audiencia condenó a Abdelilah F. A. a 9 años de cárcel por colaboración con banda armada, pero el Tribunal Supremo le absolvió después. El alto tribunal anuló el registro de su domicilio y las pruebas que en él se encontraron, como una página impresa de una web sobre Chechenia y la yihad, porque la orden judicial no estaba bien motivada. El Supremo tampoco considera suficiente que accediera a la petición de Jamal Ahmidan, El Chino, de llevar de Madrid a Ceuta el coche con el que había traído los explosivos de Asturias. La sentencia no considera acreditado que Abdelilah supiera que El Chino quisiera ocultarlo y por qué.
La Audiencia condenó a este minero a cinco años de prisión por un delito de suministro de explosivos, pero el Tribunal Supremo le absolvió porque no considera probado que fuera la persona que le facilitó la dinamita a Suárez Trashorras para entregársela a su vez a Jamal Ahmidan, El Chino, jefe de la célula yihadista que atentó en Madrid. La sentencia del alto tribunal señala que está demostrado que el control en Mina Conchita era "nulo" y que los "explosivos eran cogidos directamente por los mineros de las cajas de 25 kilogramos".
La Audiencia Nacional absolvió a Rabei Osman, El Egipcio, porque ya había sido condenado en Italia, en noviembre de 2006, por pertenencia a organización terrorista. La Audiencia no consideró probado que fuera el inductor de los atentados del 11M como sostenía el Fiscalía, que pidió 38.962 años para él. La sentencia afirma que las autoridades italianas probaron sin duda la pertenencia del procesado a "células terroristas de tipo yihadista, en las que realizaba, entre otras, una fuerte labor de proselitismo y captación", pero sobre que ideara los ataques de Madrid añade que los "escasos datos" que hay "son ambiguos y equívocos y, a lo sumo, acreditan que tenía información general sobre la posible producción de los atentados, no que los ordenara, coordinara o dirigiera".
La Audiencia Nacional la absolvió al albergar "dudas sólidas sobre su intervención en los hechos más allá de la que se sigue del acompañamiento de su marido (Suárez Trashorras) en los viajes" que realizó en aquella época. La Fiscalía había pedido 6 años de cárcel por asociación ilícita y tenencia y transporte de explosivos.
La Audiencia absolvió a Emilio L. A., vigilante en 2004 de Mina Conchita, al no quedar acreditado "que hiciera algo para al menos facilitar el tráfico de explosivos". La Fiscalía pidió 5 años de prisión para él al entender que su cooperación fue necesaria para que Suárez Trashorras pudiera conseguir la dinamita para los yihadistas. Las acusaciones le atribuyeron una "conducta pasiva" que propició la sustracción de explosivos de la mina.
La Audiencia absolvió a Mohamed M., acusado de colaborar con banda armada, por haber facilitado el teléfono de su tío Youssef Belhadj, condenado a doce años de cárcel por pertenencia a grupo terrorista, al hermano de Mohamed Afalah, huido junto a Bouchar antes del suicidio de Leganés. La sentencia señala que de este acto no se puede concluir "voluntad de colaborar con banda armada" y subraya que cuando ocurrieron los hechos Belhadj aún no había reconocido ante su sobrino que pertenecía a Al Qaeda.
La Audiencia absolvió a Javier G. al no demostrarse que colaborara en el suministro de explosivos. Contra él solo existía el testimonio del Gabriel Montoya, el menos condenado por los atentados del 11M, que aseguró que Suárez Trashorras le había dicho que sustrajo la dinamita mientras vigilaba Javier G. Sin embargo, Trashorras no corroboró este extremo.
La Audiencia Nacional absolvió a Iván G., procesado como colaborador necesario en el suministro de explosivos. Iván G. estuvo en el mirador del Tineo cuando Suárez Trashorras se encontró con Rául G., condenado por la Audiencia pero absuelto después por el Supremo, pero no se ha demostrado que realizara ninguna labor de vigilancia por lo que se le absolvió.