Andrés Sardá

Por Rafael Muñoz

 

El desfile de Andrés Sardá es un viaje por el Mediterráneo. Hacemos escala en Atenas y las diosas del Olimpo bajan para lucir bañadores y bikinis en azul intenso. En el puerto del Pireo se visten con rayas marineras, en juegos de blanco y negro, y siempre decoradas con complementos en metales preciosos. Llaman la atención los ornamentos de cordelería, grandes, que se enroscan en el cuerpo femenino.

 

Los estampados con obra de la casa y destacan en las prendas de baño que se asoman bajo las transparencias. Los vestidos se mueven al caminar, ligeros, y destacan los que lucen drapeados heredados de la cultura helénica.

 

La otra parada es Egipto. Nefertiti sale del templo y camina orgullosa vestida de negro, rojo o verde áspid. El animalario egipcio inspira los complementos que se han cuidado al detalle y se llevan en tamaño XXL. Las rayas negras invitan a otras para crear escaleras multicolor y gracias a la lycra se abrazan al cuerpo de la mujer.

 

A lo largo de la colección vemos acabados de joyería y lentejuelas de doble dirección. Nuria Sardá, la creativa de la casa, también apuesta por los colores lisos. Además de las rayas se permite ligeros toques florales, pocos, que no restan rotundidad a la propuesta para el próximo verano.

 
  
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Desfile íntegro de Andrés Sardá

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Los vestidos se mueven al caminar, ligeros, y destacan los que lucen drapeados heredados de la cultura helénica.
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