Por Rafael Muñoz
Angel Schlesser estampa flores en azul y naranja. Una novedad en el cántabro que no suele dibujar sobre sus prendas. Para el próximo verano piensa en un atardecer en el puerto en Palm Spring que se prolonga hasta el anochecer.
En las primeras horas Schlesser viste a la mujer con suaves conjuntos y vestidos en color blanco. Algunos se dejan decorar con tejidos metalizados y trazos de lamé. Las primeras salidas son sencillas, a veces sobrias, pero a medida que avanza el desfile se vuelven sofisticadas y lujosas.
El diseñador se inspira en mujeres con carácter como Bianca Jagger y Lana Turner. Del armario de la primera elige sus fabulosos sastres en blanco y de la segunda un conjunto en tono turquesa.
Ángel propone pantalones de pinzas de corte masculino y trajes de chaqueta desestructurados. También vestidos de napa en turquesa y calabaza, y todo con unos vertiginosos tacones que son el único complemento que ha habido en el desfile.
Cae la noche y la luna queda eclipsada por el brillo del lamé. Schlesser lo tiñe de plata, lo hace irresistible en verde esmeralda o lo acompaña de un sencillo cinturón de cuero para lograr un look más relajado.
Sigue la fiesta y asoman tímidos rayos de sol. Schlesser los transforma en un vestido-túnica de lentejuelas en tono dorado, como las olas más madrugadoras.