Por Rafael Muñoz
¡ Señor heladero me da un corte de vainilla y café!
Con los colores de los helados Juan Duyos tiñe su soberbia colección en la que destaca la gama cromática con amarillos, marrones y otros como polo de menta, granizado de café , batido de fresa o sorbete de limón.
La prendas llevan una delicada labor de costura, un corte limpio y un aire retro actualizado con el buen hacer del diseñador. Los sombreros, enormes, enmarcan vestidos de línea evasé y otros asimétricos con volumen en la falda.
Muselinas, sedas y lanas frías llenan un armario sofísticado y elegante, ideales para pasear por la riviera francesa. Cuerpos contenidos y volúmenes alegres, hombros estrechos y faldas de amplio movimiento, su prouesta es un estudio del vestido eterno, una caricia al cuerpo femenino que con tanto talento revisita Duyos.
La paleta cromática va creciendo a medida que avanza el desfile. Sorprenden los lilas que se tornan morados y los grises que se vuelven líquidos en perla, magenta y plata.
Duyos hace homenajes a Yves Saint-Laurent con un vestido de escote que cae por la espalda y a Del Pozo en un dos dos piezas con pantalón en tono mimoso.
Toda la colección aspira a no ser pasto de las polillas porque su sitio está en la calle, en un cocktail, en una fiesta en un barco...La nave que recorre el tiempo y la vida de los grandes como Jesús del Pozo a quien tanto admira Duyos y quien, desde arriba, ha aplaudido la fantástica colección que Juan ha presentado en Cibeles. Me sumo al aplauso !