Por Rafael Muñoz
Elisa Palomino se inspira en los jardines y estanques en los que viven las hadas y las ninfas. Su colección es etérea, femenina y está influenciada por las culturas orientales y la época victoriana.
Los vestidos en crêpe de seda recuerdan a la porcelana inglesa de Wedgwood. La tela es azul tocador y los bordados en blanco recrean paisajes chinescos con pagodas, uno de los elementos protagonistas del desfile ya que también han inspirado tocados tridimensionales de Angel Amor que recuerdan a los de Josep Font.
Troquelados y prendas cortadas al laser se tintan de marrones y ocres sirena. El beige decora vestidos de tul con bordados de la naturaleza, como árboles y flores. El ante , en negro, construye abrigos pizarra sobre los que destacan grandes flores en blanco tiza.
Todos los vestidos de tela de malla llevan un body debajo para crear juegos de texturas y esquivar miradas. Otra de las musas de Palomino vive en el Jardín del Capricho de Madrid. Una joyita de finales del XVIII por donde se pasearon bolillos, bordados, vestidos de crochet y mantones de manila. Un nexo de unión entre la cultura española y la asiática.
Elisa Palomino desfilará también en la London Fashion Week. Será el martes 20 de septiembre.