Por Rafael Muñoz
Perfecta, de apariencia sencilla pero trabajada con esmero y talento. La colección de Roberto Torreta tiene colores sobrios, ricos tejidos y detalles de costura.
Su paleta cromática navega entre negro, grises, berengena, azul klein y el blanco. Este color se adueña de la colección, combinando con otros o en look total.
Torreta construye juegos de prendas que se montan uno sobre el otro. Chaqueta, camiseta y falda tienen diferentes largos, y se superponen, una idea que se repite en la colección. La línea es muy pura, casi recta. Vestidos y faldas llevan el talle alto, y lucen rebeldes costuras asimétricas bajo el escote.
Los vestidos de sedas livianas, en fucsia y azul, llevan drapeados y ondas que se mueven al caminar. La mayoría cae rozando el cuerpo, acariciándolo. Destaca la camisería masculina. Vemos vestidos camiseros amplios y cómodos, y también camisas de manga corta de corte geométrico. Torreta las hace en blanco y propone llevarlas con minifaldas en negro.
El argentino combina azul celeste, blanco y negro en un conjunto de pantalón, camisa y chaleco. Poco más, porque apenas hay juegos de color. Los estampados se reducen a unas discretas rayas y a un vestido de flores asimétrico que ha levantado aplausos.