Por RAFAEL MUÑOZ
El espíritu libre, excéntrico y divino de la escritora Florine Stettheimer inspira la colección de Elisa Palomino, que presenta sus propuestas además en el calendario de la London Fashion Week.
Los primeros vestidos, en colores muy fuertes e intensos, recrean ese espíritu “alegre” de la bohemia chic del Upper East Side y su vida excéntrica convertida en una fiesta continua. Destacan los devorés de terciopelo y los patrones Fortuny, en especial la línea Delfos.
Flamingos y flores de gran tamaño se mezclan con plumas seductoras que decoran vestidos cortados al bies. Destacan los abrigos con cuellos de jardines de claveles negros, y un capullo de rosa que al abrirse se convierte en un vestido coctel.
Caftanes ligeros, y casi transparentes, se alían con abrigos de estilo Poiret en una pasarela de estampados generosos, tridimensionales y otros digitales que ofrecen un lado más moderno.
El negro se va haciendo con la colección y solo se permite un arrebato de color con grandes anémonas de lentejuelas, que son un guiño a los divertidos años 20. Algunas prendas se pegan al cuerpo pero otras bailan alrededor envolviendo a la mujer.
Los botines negros también llevan grandes flores y llaman la atención los tocados en distinto tamaño pero todos impactantes. Vemos grandes alas de mariposa, pequeñas macetas con flores en negro, flores estampadas de leopardo y otras de alegres colores que se mueven al caminar.
Una colección coherente con un claro mensaje de libertad y amor al eterno femenino, ese que viaja en el tiempo sin perder un ápice de sensualidad ni de elegancia.