Por RAFAEL MUÑOZ
Campo y ciudad, sport y sofisticación, rustico y festivo. La colección de Kina Fernández vende un look glamour/casual con mezclas que funcionan en la pasarela.
Lanas, satenes y encajes jersey, (aquí decimos yérsei) se dejan customizar con goma, cocidas, con doble cara y neopreno, para luchar contra la lluvia y el frio. Todas se combinan con acierto, y con contraste, con aquellas que mamá guardaba en la caja de costura.
Destacan las prendas en suave mohair, o en tweed inglés, y también las sedas de aspecto lavado en batalla con las pieles de pelo largo que adornan la colección para el otoño e invierno de 2012 a 2013.
La gama que destaca se llena de marrones, topo, cognac, ocre y ladrillo. Otro tono con mucha presencia es el gris, que vemos sobre todo en pata de gallo con el que Kina crea pantalones de talle muy alto, revival de los años 40.
El color también es protagonista de los vestidos bandera, con tres y cuatro tonos, y que, juntos, parecen las cajitas de maquillaje. La mayoría tienen una silueta recta y pliegues inspirados en los años 20.
Vemos contrastes también en los guiños masculinos, como un mocasín bailarina, y también en las corbatas y lazos que mezclan lurex y lana. Distintos tejidos, diferentes épocas, varias inspiraciones y una misma idea: vestir a la mujer que trabaja en la ciudad y , de vez en cuando, pasea por el campo.