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Ha hecho falta una segunda moción de la oposición para destituir al presidente surcoreano Yoon Suk-yeol, tras la fallida del sábado anterior. Ahora sí ha salido adelante gracias al voto a favor de algunos diputados del partido gobernante. El presidente Yoon reconoce la derrota aunque dice que no se va a rendir. Ahora, la última palabra la tiene el Tribunal Constitucional.

El presidente de Corea del Sur, Yoon Suk-yeol, ha defendido su controvertida decisión de implementar la ley marcial como una medida "inevitable" para proteger la "democracia liberal de la dictadura parlamentaria" de la oposición. "Lucharé con el pueblo hasta el último minuto", ha afirmado.

En un discurso televisado, el mandatario ha asegurado que no está "obsesionado" con cumplir íntegramente su mandato y que encara "con confianza" investigaciones criminales e intentos de destituirlo.

Foto: AFP PHOTO / OFICINA PRESIDENCIAL SURCOREANA /YONHAP

Decenas de miles de surcoreanos han acudido a las puertas del Parlamento para pedir a los diputados que votaran a favor de la moción de censura contra el presidente Yoon Suk-yeol, que ha pedido perdón en un discurso de apenas dos minutos por haber declarado la ley marcial.

El dirigente no ha dimitido y su partido ha boicoteado la moción de censura de la oposición. "Esta situación tiene tres aspectos: golpe de estado, traición y guerra civil", explica el veterano analista político Kim Gap Su, frente a la Asamblea Nacional.

Antes de la votación, los diputados del Partido del Poder Popular, en el Gobierno, abandonaron la cámara. En la calle, la rabia crece: "No puedo entender que nuestros representantes nos fallen cuando hay tanta gente pidiendo lo mismo", se indigna Kim Gi Yeon.

La votación se ha anulado por falta de quorum. Entre la multitud, más rabia y decepción.

Foto: EFE/EPA/JEON HEON-KYUN

Fuera de la Asamblea Nacional de Corea del Sur se respira una aparente tranquilidad que no se siente dentro. El partido gobernante a través de su líder, Han Dong-hoon, ha dado un golpe de timón y ha pedido la suspensión inmediata del presidente Yoon tras proclamar la ley marcial. El propio mandatario ha tenido que cancelar su visita al Parlamento ante las amenazas de detención de los participantes en el hemiciclo.

Desde primera hora de la tarde, la policía está intentando proteger los accesos al Parlamento, pero hacia la Asamblea Nacional cada vez vienen más manifestantes, que están pidiendo que el presidente Yoon abandone el poder, e incluso piden que sea apresado. Hasta el líder parlamentario del Partido Democrático, Park Chan-dae, sale a arengarlos. "¡Por favor, estad con nosotros fuera de la Asamblea Nacional hasta que consigamos su destitución y seguid unidos hasta la victoria!", pide Park Chan-dae.

Frente al Parlamento, un grupo apoya al presidente. Pero el clamor por que se vaya es mucho mayor.

Los surcoreanos se sienten traicionados. La pasada noche vieron tambalearse, en solo unas horas, los pilares de la democracia que estrenaron en los 80. La decisión del presidente surcoreano, Yoon Suk-yeol, de activar la ley marcial sorprendió incluso a medios y expertos políticos locales.

FOTO: REUTERS/Kim Hong-Ji