La periodista Gemma García y el realizador Miguel Ángel Viñas nos invitan a recorrer, en imágenes, el Nueva York del décimo aniversario del 11S
En Portada viaja a Nueva York en el décimo aniversario de los atentados del 11 de septiembre. Durante 10 días recorre la ciudad desde sus taxis buscando en las calles, en los pasajeros y en los propios taxistas las cicatrices del 11-S. FOTO: MIGUEL ÁNGEL VIÑAS
Al principio el luto fue general, pero poco a poco la ciudad fue recuperando el pulso. Pasó un mes y otro, un año y nueve más... y las heridas fueron cicatrizando y el dolor cediendo. Después del 11 de septiembre, muchos neoyorkinos abandonaron una ciudad que les traía malos recuerdos. Pero la mayoría de la gente le hizo sitio al desasosiego y siguió donde estaba. FOTO: MIGUEL ÁNGEL VIÑAS
Las calles se arreglaron, los restaurantes abrieron, el metro volvió a parar en todas las estaciones y la gente aprendió a convivir con el miedo. Nueva York, simplemente, siguió viviendo. FOTO: MIGUEL ÁNGEL VIÑAS
Volvió el ruido, los atascos, los teatros, los perritos calientes... y los taxis circularon de nuevo por las calles de Manhattan. Porque en Manhattan casi siempre es hora punta y esa hora punta, casi siempre es de color amarillo. FOTO: MIGUEL ÁNGEL VIÑAS
Aunque menos conocida, la labor en la horas y días posteriores a los atentados de los casi 70.000 taxistas que trabajan en Nueva York fue encomiable. Llevaban a la gente a donar sangre o de vuelta desde el hospital a sus casas. Trasladaban a trabajadores de la Cruz Roja, a voluntarios, funcionarios... a cualquiera... adonde hiciera falta. FOTO: MIGUEL ÁNGEL VIÑAS
Es difícil medir lo que la caída de las torres se llevó consigo. Vidas, familias, puestos de trabajo y hasta la fisonomía de la ciudad. El 11 de septiembre de 2001 Nueva York perdió su propio perfil, el skyline en el que desde 1973 destacaban dos edificios como dos faros. FOTO: MIGUEL ÁNGEL VIÑAS
Con el tiempo algunas cosas volvieron a su sitio. El Empire State está a punto de perder su trono en las alturas, que recuperó sin quererlo el 11 de septiembre y la ciudad ha vuelto a sus prisas, a sus horarios, a sus hábitos, a sus turistas... FOTO: MIGUEL ÁNGEL VIÑAS
Pero en ocasiones, los neoyorquinos se sorprenden temiendo que alguno de los intentos por volver a atentar en la ciudad tenga éxito. Quizá por eso, la Estatua de la Libertad, asomada a la bahía de Nueva York y tocando casi la herida de la zona cero, es el monumento más visitado y sobre todo más vigilado de Estados Unidos. FOTO: MIGUEL ÁNGEL VIÑAS
Cada rincón de la ciudad esconde una historia que quizás no tenga nada que ver con el 11 de septiembre... o quizás sí. Muchos llegaron años después, otros se fueron, otros se han quedado y Nueva York con sus sueños y sus miedos ha intentado, con éxito, pasar página. FOTO: MIGUEL ÁNGEL VIÑAS
3652 días después, en las calles apenas quedan símbolos o altares que recuerden la tragedia... salvo un enorme agujero de 6 hectáreas que debería haber estado reconstruido para la celebración de este décimo aniversario. Sin embargo, los intereses comerciales, políticos y económicos y la crisis han retrasado tanto el proyecto que, a día de hoy, solo están terminados tres de los siete edificios que habrán en la zona cero. FOTO: MIGUEL ÁNGEL VIÑAS
En el World Trade Center Uno, la torre de la libertad como prefieren llamarla los obreros, se trabaja 24 horas al día, los siete días de la semana. Trabajar en ella es, aparte de un trabajo bien pagado, un honor y una especie de misión. FOTO: MIGUEL ÁNGEL VIÑAS