Siglos después de haber sido casi erradicada por los colonizadores españoles, una caligrafía ancestral filipina revive, tatuada sobre la piel de jóvenes que reivindican la escritura de sus antepasados como símbolo patriótico de sus raíces tribales. Los tatuajes se han convertido en el medio ideal para preservar el alfabeto original del baybayin o alibata, que se empleaba en la isla de Luzón más de 300 años antes de que ningún europeo hubiera llegado hasta el archipiélago. Ante la desidia de académicos e instituciones oficiales, esta caligrafía prehispánica cobra vida en la Filipinas moderna. Foto: Efe / Joe Saliendra