Esta imagen, que según comenta la ESA aún está sin procesar, es una panorámica 360º del aterrizador Philae en primer plano sobre el cometa 67P. En ella se ven las tres patas con las que se apoya en la superficie del cuerpo, a alrededor de un kilómetro del punto en el que debería haberse posado. Y es que según ha explicado la Agencia Espacial Europea, cuando Philae tocó el suelo del cometa, rebotó dos veces y frenó al cabo de unas horas, a una ubicación por determinar. Eso sí, han tenido contacto con la nave casi todo el tiempo desde este miércoles. Foto: ESA/Rosetta/Philae/CIVA
La ESA no sabe con exactitud el punto en el que se encuentra Philae, pero sí la zona aproximada. Por ello, con las imágenes tomadas por Rosetta están intentando averiguar cuál es la nueva ubicación. Ahora se encuentra en un lugar en el que solo hay hora y media de luz, y no las siete que se esperaban. El siguiente importante paso es corregir la ubicación del aterrizador y orientarlo a otro punto en el que pueda recibir luz y proseguir con las mediciones científicas. Foto: ESA/Rosetta/MPS for OSIRIS Team MPS/UPD/LAM/IAA/SSO/INTA/UPM/DASP/IDA
Esta es la primera imagen que ha difundido la Agencia Espacial Europea (ESA) tomada por la cámara CIVA desde la propia superficie del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko. Este miércoles el módulo aterrizador Philae consiguió posarse en la superficie del cometa. Se separó de Rosetta a unos 22 kilómetros de la superficie del cometa, descendió durante 7 horas y consiguió engancharse con sus tornillos. Foto: ESA/Rosetta/Philae/CIVA
Desde que la sonda Rosetta se despertó en enero de 2014 tras dos años y medio de hibernación, el equipo de operaciones de la ESA ha estado estudiando el cometa 67P. En los últimos meses, desde que Rosetta entró en la órbita del cometa, se ha cartografiado su superficie para determinar el mejor punto en el que aterrizar. Los científicos vieron que no había ningún lugar totalmente plano, pero escogieron el mejor: el punto bautizado Agilkia, entre montañas y acantilados. Foto: ESA/Rosetta/NAVCAM, CC BY-SA 3.0 IGO
Si algo abunda en el cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko es el polvo. Después de que Rosetta registrara por primera vez la temperatura del cometa en verano de 2014, cuando se encontraba a 553 millones de kilómetros del Sol. Según reveló la ESA, 67P tenía una temperatura media de la superficie de -70 ºC, entre 20 y 30ºC más de lo que se preveía para un cometa a esa distancia de la estrella. Este dato mostró, por tanto, que el cometa era "demasiado cálido para estar cubierta de hielo" y, en cambio, debía estar cubierto por una corteza oscura y de polvo. Foto: ESA/Rosetta/NAVCAM, CC BY-SA 3.0 IGO
Rosetta no es la primera misión espacial relacionada con un cometa, fue sonada, por ejemplo, la misión Deep Impact de la NASA. Sí que es la primera vez que se consigue aterrizar una sonda en la superficie de un cometa. Se cree que estos objetos tuvieron un papel fundamental en la formación de planetas como la Tierra, ya que, entre otros, podrían haber hecho llegar el agua después de impactar. Y es que los cometas están formados por hielo, piedra y polvo. Foto: ESA/Rosetta/NAVCAM, CC BY-SA 3.0 IGO
La forma del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko, descrita por los propios científicos de la misión como la de 'un patito de goma', tiene recovecos oscuros como este, en el que se ven las estructuras superficiales del cometa. Esta imagen fue tomada por la cámara científica OSIRIS que lleva Rosetta el 29 de septiembre de 2014 a unos 19 km de distancia. La escala de la imagen es de aproximadamente 1,7 metros / píxel, por lo que la imagen mide unos 3,5 km de ancho. Foto: ESA/Rosetta/MPS for OSIRIS Team MPS/UPD/LAM/IAA/SSO/INTA/UPM/DASP/IDA.
Nunca antes se habían tomado con tanto lujo de detalle imágenes de la superficie de un cometa. El hecho de que Rosetta haya podido orbitar el cometa permite obtener estas preciosas imágenes que además tienen un gran valor científico. Debido a la forma del 67P, Rosetta debe trazar una órbita elíptica. El estudio de este cometa permitirá que nos hagamos una idea de las condiciones físicas que reinaban en cuando se formó el sistema solar. Foto: ESA/Rosetta/NAVCAM, CC BY-SA 3.0 IGO
Esta foto está compuesta por cuatro imágenes del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko, el cual persiguió durante diez la sonda Rosetta de la Agencia Espacial Europea para estudiar sus orígenes. En este montaje se puede ver una región de actividad del 67P. Foto: ESA/Rosetta/NAVCAM.
La sonda orbitadora, Rosetta, lleva a bordo once instrumentos, como un espectrómetro de imágenes ultravioleta (ALICE) o el sistema de imágenes remotas espectroscópicas y por infrarrojo OSIRIS. Este último es el responsable de esta imagen. Foto:ESA/Rosetta/MPS for OSIRIS Team MPS/UPD/LAM/IAA/SSO/INTA/UPM/DASP/IDA.
Según se vaya aproximando al Sol, el cometa 67P va a sufrir grandes cambios en su superficie. Irá perdiendo hielo, lanzará polvo y piedras... Esto afectará al aterrizador Philae, el cual se prevé que deje de funcionar en unos meses. El orbitador Rosetta está preparado para estos cambios, y además se ubicará en una órbita a 100 kilómetros de 67P para evitar el choque de esas piedras. Se espera que la misión dure al menos hasta agosto de 2015. Todo dependerá del combustible y de la energía del Sol que acumule con sus paneles solares que miden 32 metros. Foto: ESA/Rosetta/NAVCAM, CC BY-SA 3.0 IGO.
La sonda Rosetta lleva diez años viajando por el espacio con un objetivo muy concreto: encontrar y posarse sobre el cometa 67P. La Agencia Espacial Europea, para facilitar la localización del cometa y de la sonda Rosetta -que llevaba en su lomo el módulo aterrizador Philae-, ofrece esta herramienta interactiva en la que se puede ver la posición de ambos objetos en el Sistema Solar desde 2004 y hasta la posición prevista en las siguientes fases. Rosetta está identificada con color rojo, mientras que el cometa en azul. En total, la misión ha supuesto 27 años de trabajo. Foto: ESA