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¿Compensa vivir en una gran ciudad?

 El 80% de la población española vive en zonas urbanas. Las grandes ciudades son un polo de atracción para la gente joven, porque ofrecen más oportunidades laborales y salarios más competitivos. Y es cierto, Madrid y Barcelona tienen unos salarios medios entre un 5% y un 8% más altos.

Este fenómeno se explica porque, a mayor tamaño urbano y mayor densidad de trabajadores, mayor productividad media del trabajo. A su vez, esta economía de aglomeración atrae a más trabajadores con perfiles más competitivos y dinámicos. De ahí que se cumpla la regla de que, a más población más ingresos económicos, como demuestra este gráfico.

Pero, ¿qué pasa con el coste de la vida?

Aquí entra en juego la prima salarial urbana, un tecnicismo que hace referencia a esa brecha salarial entre pequeñas ciudades o entornos rurales, frente a las grandes metrópolis. En la mayoría de trabajos es muy significativa: un 30% en EEUU, un 15% en Reino Unido y una horquilla de entre el 15 y el 60% en Francia, dependiendo del sector. Viendo estas cifras, el 5% que mencionamos ahora parece poca cosa. De hecho, Madrid tiene una de las primas salariales más bajas del mundo.

España no es un país con una gran movilidad regional que pudiera actuar como mecanismo igualador de salarios, ni tampoco un país donde se den diferencias relevantes de formación entre territorios. Pero lo cierto es que los niveles altos de renta se concentran alrededor de las grandes ciudades, como se aprecia en este gráfico: de los 15 municipios españoles con mayor renta bruta media, siete están en los alrededores de Madrid y otros siete, de Barcelona. Además superan los 40.000 habitantes de media.

Algo que no ocurre si vamos al final de la tabla. Los 15 municipios españoles con menos renta bruta son pueblos de entre 1.000 y 2.000 habitantes esparcidos por regiones de España con muchísima menos densidad de población: siete en Extremadura, cinco en Andalucía, dos en Galicia y uno en Castilla La Mancha.

Lo cierto es que hay grandes diferencias en el coste de vida entre grandes y pequeñas ciudades, y tiene mucho que ver con los mecanismos de negociación colectiva, que no es local, sino sectorial. Y no se promueven las cláusulas de ajuste provincial, como en otros países.

En términos de calidad de vida, esto termina favoreciendo a estas pequeñas y medianas ciudades frente a Madrid y Barcelona. Sin embargo, ambas siguen ganando población a costa de las provincias limítrofes. Estas son las personas que han emigrado a Madrid y Barcelona desde el resto de provincias entre 2008 y 2017