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"Mi trabajo consiste en viajar y en hablar con gente a la que le apasiona viajar. Es fantástico"

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En Asuntos Propios creemos que esta mujer tiene el mejor trabajo del mundo. Maureen Wheeler, fundadora junto con su marido de la empresa de guías de viajes independiente Lonely Planet. A partir de su propio viaje de novios en 1972 por Turquía, Irán, Afganistán, India y Nepal, escribieron su primer libro, Atravesar Asia con Poco Dinero (Across Asia on a Shoestring), que se convirtió en un bestseller clásico que se sigue editando en facsímil. Hoy posee una multinacional que es el referente fundamental de la literatura de viajes, sus libros se editan en todo el mundo y hace poco firmó una alianza con la BBC para la producción de documentales de viajes. Ha venido a España porque la Sociedad Geográfica Española le ha dado un premio a personaje del año. 

La entrevistamos procurando que no se notara lo mucho que la envidiábamos.

AP: Maureen Wheeler, junto con su marido Tony Wheeler, es la fundadora de las guías, y el imperio, Lonely Planet: ¿qué sensación tienes? Escribisteis vuestra primera guía, Accross Asia on the Cheap, en 1973, y el resto, como suele decirse, es leyenda¿ ¿Qué sensación da el haber creado una empresa que vale millones de dólares a partir de un viaje hippy?

MW: Se tardó mucho tiempo en convertir a Lonely Planet en un verdadero negocio. Durante los primeros nueve años éramos sólo Tony y yo. Lo hacíamos todo: empaquetábamos los libros y los enviábamos por todo el mundo a los distribuidores con los que habíamos contactado, llevábamos los libros a las librerías y los vendíamos, los escribíamos, los maquetábamos, yo llegué incluso a paginarlos, porque entonces no teníamos ordenadores¿ Así que durante mucho tiempo parecía simplemente algo que estábamos haciendo, entre los 21 y los 30 años, con la sensación de que al final tendríamos que volver a la vida real. De hecho, el padre de Tony no paraba de decir: ¿cuándo vais a conseguir un trabajo de verdad? Y gradualmente fuimos dándonos cuenta de que teníamos un negocio, empezó a trabajar gente con nosotros, más autores, y necesitábamos más gente para ayudarnos con más libros. Y no fue hasta 5 o 7 años más tarde, es decir, unos 16 años después de haberlo empezado, cuando entre un día en la oficina y me di cuenta de que teníamos unas 60 personas y casi me da un ataque de pánico. Pensé: oh, ¿cómo pagaremos a toda esta gente? ¿cómo pagaremos el aquiler de esta oficina? Debí caer en la cuenta mucho antes, pero la verdad es que la conciencia me golpeó como una tonelada de ladrillos, que oh, dios mío, somos gente responsable con un gran negocio¿ Y desde entonces, claro, ha ido creciendo y creciendo: en Melbourne tenemos 400 personas, en América tenemos 120 personas, en Londres tenemos casi 100 personas, y tenemos socios en todo el mundo (en España nuestro socio es Geoplaneta). Ahora la sensación de irrealidad ha desaparecido, pero sigo sintiendo como que fue algo que pasó y que ahora tiene poco que ver conmigo, tiene su propia vida. Es casi como tener un hijo: lo cuidas, y te preocupas, y lo organizas, y todo lo que tiene que ver con él es importantísimo, pero un día crece y lo miras y te dices, bueno, ahí va, es una persona mayor. Esa es la sensación que tengo con el negocio.

AP: ¿Qué hace falta para ser miembro del equipo de Lonely Planet? ¿Qué buscáis en vuestros escritores y en vuestro personal?

MW: Que hayan viajado, es lo más importante. Todo el que entra en la compañía lo hace porque ha usado los libros, y ha viajado. Incluso nuestros contables han viajado, todos lo han hecho. En nuestros escritores buscamos gente que adore viajar, con suerte tienen algún idioma interesante: que hablen chino o japonés o coreano es genial, pero también son muy útiles todos los idiomas europeos. Buscamos a gente muy flexible, y que sepan escribir: es muy importante que sepan escribir con rigor. Si además saben escribir de forma interesante, o graciosa o entretenida, es un punto a favor enorme, pero sobre todo buscamos rigor. Con otros miembros del equipo, los editores, por ejemplo, también el rigor es muy importante, con los cartógrafos el rigor es terriblemente importante, y en general, gente a la que le encante la idea de viajar y se emocionen con ello.

AP: He mirado los títulos más populares de la serie: Australia, Tailandia, India, Nueva Zelanda, Italia, China, España, Europa, Sureste Asiático. Me sorprendió que no apareciese el Caribe. ¿La gente que prefiere determinados destinos es la que prefiere las guías Lonely Planet?

MW: Absolutamente. Lonely Planet siempre ha tenido una imagen relacionada con los mochileros. Y por supuesto hemos crecido y ya no nos identificamos con ella, porque los mochileros han cambiado también. Los mochileros ya no son como hace treinta años, un  mochilero puede ser cualquier: puede tener 60 años, o 70 y estar jubilado, y querer salir y ver el mundo. Creo que no es una cuestión de edad, sino una forma de pensar sobre los viajes. La gente que quiere ir más allá, o ir a un sitio que no se le había ocurrido, pero al ver una de nuestras guías se dice, por qué no ir allí, y reúnen la confianza necesaria para viajar de forma independiente, sin un tour organizado, aunque mucha gente que va en tours organizados también lleva la guía¿ El Caribe suele atraer a gente que quiere ir a un resort, a unas vacaciones de playa, americanos que sólo quieren 4 o 5 días de descanso y relax¿ no es un destino acorde con la filosofía Lonely Planet. Nuestro libro de África, por ejemplo, sí lo es¿ No mucha gente se va a pasar dos meses viajando por África, pero mucha gente sí lo hace, y nosotros tenemos la única guía que te lleva por todo África. Y supongo que ese fue nuestro punto de partida: queríamos ir a todos esos lugares raros, exóticos y aventureros¿ Pero ahora me parece que la gente está viajando a todas partes.

AP: Viajar ha cambiado mucho desde que ustedes empezaron, y las tarifas low cost han despegado de forma espectacular. ¿Qué opina de la revolución lowcost? Porque me parece que, por ejemplo, los aeropuertos, son mucho más estresantes de que lo que eran: ¿tiene usted también esa sensación?

MW: Oh, sí. En la medida de lo posible hay que evitar los aeropuertos. Mañana me voy a Barcelona en tren, y ¡estoy tan contenta de ir en tren y no en avión! Han pasado varias cosas: por un lado es estupendo que mucha más gente tenga la oportunidad de viajar. Viajar es muy unificador. Cuando has viajado a un país, creo que ese lugar y esa gente te preocupa mucho más. Por ejemplo, cuando el Tsunami golpeó el Sureste Asiático, los australianos fueron extraordinariamente generosos ¿mucha gente lo fue, pero los australianos abrieron sus corazones y sus bolsillos para los habitantes de Tailandia y de Indonesia, y creo que eso se debe en gran parte a que los australianos viajan por miles a Tailandia y a Indonesia, y cuando has estado en un país y conoces a la gente te importa, y quieres ayudar, y eres más consciente de cómo puedes ayudar. Creo que viajar, por todo tipo de razones, te ayuda a ver que el mundo es un lugar frágil y que la gente es igual en todas partes¿ así que como gran fuerza unificadora cuanta más gente viaje mejor.  Por otro lado también crea esperas y situaciones horrorosas, pero horrorosas en los aeropuertos, y pone tensión sobre el medio ambiente y sobre las culturas, cuando un montón de gente aterriza en un país. Creo que todas estas cosas pueden controlarse. Con los aeropuertos, creo que la solución es buscar formas más interesantes de viajar; tal vez no coger un avión cada 1 de cada 4 fines de semana, sino buscar destinos a los que llegar por otros medios, a lo mejor dentro de tu propio país. Creo que todas estas presiones pueden contribuir a que la gente cambie y diversifique su forma de viajar, pero no creo que la gente deba dejar de hacerlo.

AP: ¿Vuestro crecimiento como empresa ha comprometido de alguna manera vuestra independencia? Ahora que sois tan conocidos quizá haya gente que pida estar en las guías¿ ¿Cómo evitáis esa presión, si es que la sentís?

MW: La verdad es que no la siento. Por supuesto recibimos cartas todo el tiempo preguntando por qué no estamos en la guía, pidiendo entrar en la guía, y claro que todo el mundo quiere aparecer¿ aunque una vez en Nepal v un cartel enorme que decía: ¿Nosotros No Salimos en la Guía Lonely Planet¿, y pensé ¿qué genial¿. Pero no nos presionan demasiado. En todos los libros, al principio, tenemos un mensaje en muchos idiomas y escrituras, diciendo ¿no podéis aparecer en la guía¿. Y la razón por la que lo hacemos es que una vez nuestro autor en Vietnam usó un coger para que le llevara por las zonas más remotas que hubiera encontrado dificultad para llegar con transporte público. Como no hablaba vietnamita no se dio cuenta de que el conductor le estaba llevando a todos los hoteles y diciendo llevo a este escritor que os meterá en la guía si me dais 500 dólares, o 200 o lo que fuera. Así que pagaban todo este dinero al coger para estar en la guía Lonely Planet y luego cuando salió y descubrieron que no estaban se montó un lío que no veas, y nosotros nos sentimos fatal. Así que en todos los libros decimos: no por pagar aparecerás en esta guía, sólo aparecerás si nosotros queremos. Además, algunos de nuestros autores son conocidos, pero la mayoría viajan de incógnito, y cuando visitan un restaurante o un hotel el dueño no sabrá quién son, aunque a veces lo descubren, al ver a un tío tomando notas de todo¿ Pero la mayoría de la gente respeta y entiende nuestra política, y no hemos tenido presiones para cambiarla.

AP: Leí en una entrevista que no tiene un destino favorito, que su lugar preferido es siempre el último que haya visitado. También leí que hay algunos lugares que todavía no ha visitado. Yemen era uno de ellos.

MW: ¡Sí! Y sigo sin haber ido a Yemen. Hay partes de África en las que no he estado, y supongo que también algunos lugares de Asia que no he visitado. Nunca he estado en Corea, así que ese es un sitio al que tengo que ir¿Pero cada vez me quedan menos lugares, y también menos tiempo, así que tendré que meter cuantos más pueda en los años que me quedan.

AP: El haber estado en todas partes, ¿no le da la sensación de que el mundo se le ha hecho pequeño?

MW: El problema es que no es más pequeño, es más grande, porque cuanto más viajas más te das cuenta de todos los lugares en los que no has estado. Hice un viaje maravilloso por la costa oeste de África, y vi lugares donde nunca había estado y a donde no llega mucha gente, estuve en Gabón y en Benín, por ejemplo¿ y en cuanto terminé el viaje miré un mapa de África y me dije, ¡pero si no fui ni allí, ni allí ni allí! Creo que es así siempre, viajas por China y luego piensas, pero si no fui ahí. El mundo crece y crece, y encima no paran de inventarse países nuevos¿ los lugares se rompen y piensas, vaya, tendré que volver ahí¿

AP: ¿La historia influye mucho en sus decisiones de a dónde ir? Porque, por ejemplo, un viaje a Europa del Este de hace 30 años no tiene nada que ver con un viaje actual¿

MW: Sí, mucho, por supuesto. A lo mejor has ido a la Unión Soviética, y era una especie de mezcla rara con un estilo de gobierno gris y triste y represivo, y ahora lo que tienes son un montón de países vibrantes que han cambiado completamente. La cultura estaba ahí, pero ahora tienen la oportunidad de expresarla de diversas maneras. Yo nunca he estado en Albania, pero mi marido sí y me dijo que era maravilloso, y yo pensé, ¿por qué no he ido yo? Ese es otro país que estaba subsumido junto con otros países en los que no pensábamos, y ahora empieza a buscar la manera de ser él mismo, y ver eso es emocionante.

AP: Usted dice que Tony es el visionario, un escritor de viajes hasta el tuétano, y que usted se ocupa más de la parte práctica del negocio. ¿Qué habilidades descubrió que tenía para llevar un negocio tan grande?

MW: Sabe, es gracioso, cuando nos conocimos fue Tony quien dijo, si podemos hacer esto, y yo me quedé asombrada de lo que fuimos capaces de conseguir, y pensaba en él como la persona que se identificaba con Lonely Planet: Lonely Planet era él, era así, pero llegó un punto, y a lo mejor pasa con todas las parejas que trabajan juntas, en que vas descubriendo las cosas que se te dan bien. Él hacía cosas y yo pensaba, ¿Tony, eso está mal, eso es un desastre¿ ¡Tony, qué has hecho!¿ Siempre opensé que se me daban mal las finanzas, y lo cierto es que no se me dan bien, pero tengo mucho sentido común, y también se me da mucho mejor que a él tratar con gente. Él vive mucho dentro de su cabeza, ve cosas, y se concentra mucho y no ve más allá de lo que le tiene concentrado. Y una vez que empezamos a tener personal, me di cuenta de que yo tenía ciertas habilidades en ese contexto que hacían que las cosas fueran mucho más fáciles. Y Tony odia sentarse en una reunión, lo odia, y no quiere hablar de dinero, y no quiere hablar con los bancos, así que me di cuenta rápido de que alguien iba a tener que ocuparse de eso, y fui yo, aunque hay más gente que nos complementa dentro de la empresa. Pero creo que hay que dividir los roles, porque si los dos intentamos hacerlo todo estaríamos pisándonos y la relación se cargaría de tensiones, pero si delimitas bien el cometido de cada uno puedas trabajar conjuntamente sin chocar. Y me sorprendió saber todo lo que había aprendido. Llevo bastantes años haciendo esto y me gustó darme cuenta de que sabía de lo que estaba hablando, y de que tenía experiencia, porque llevaba con Lonely Planet desde el principio, y de que era capaz de sentarme en una reunión con banqueros y contables y hacer preguntas que no eran estúpidas, sino que explicaban cosas y les daban que pensar. Cuanta más experiencia tienes más confianza tienes, y tu papel se convierte en quien eres.

AP: Las reuniones con banqueros y contables no parece un trabajo soñado¿

MW: ¡Sí que lo es si estás hablando de tu propio dinero!

AP: Claro, pero a lo que iba era a que usted tiene el que para mucha gente es el mejor trabajo del mundo¿

MW: Sí. La parte de los banqueros y los contables no es enorme. La estrategia sí que lo es, y el sentarse con un montón de gente creativa y pensar en qué podemos hacer ahora, y cómo hacerlo mejor, y cómo hacer que los libros sean más útiles, y examinar lo que la gente nos cuenta porque recibimos muchas cartas de gente que viaja, unificar todos los aspectos del negocio, y soñar con ideas nuevas, como la serie encuentros, o los libros de frases, que empezaron porque un librero nos dijo que hacían falta, que nadie hacía libros de frases útiles en tailandés, y enseguida pensamos, ¡qué guay, de cuántos idiomas podemos hacer libros de frases! Y guías para rutas en bici¿ Ahora ya no vamos y hacemos la guía nosotros mismos, que es lo que solíamos hacer, éramos menos organizados de lo que hemos tenido que ser, pero trabajar con gente creativa a la que le encanta lo que hace, en algo que a ti te apasiona, porque a mí me encanta viajar¿ es¿es¿ no sé. Hay alguien, probablemente un anciano filósofo chino, porque siempre es un anciano filósofo chino, el que dijo que si encuentra algo que te encante hacer no trabajarás ni un solo día en toda tu vida. Y yo me siento así. Claro que hay días aburridos, y días en los que estás sentada en reuniones con contables y no es tu trabajo soñado, pero la mayor parte del tiempo no ha sido así: ha consistido en viajar, en hablar de los viajes, en soñar con maneras nuevas de viajar, o con nuevos libros que escribir sobre los viajes, y en hablar con gente que comparte tu pasión. Es fantástico.

AP: Suena fantástico, desde luego. ¿Hay algún lugar al que no recomendaría que las mujeres viajaran solas? Los viajeros inseguros existen, los que ven peligro en todas partes¿. ¿Cree que hay que dominar esos sentimientos o más bien aconseja prudencia?

MW: Mira, creo que las mujeres que viajan solas tienen que tener mucho cuidado, vayan donde vayan, ya sea Europa, África, Asia. Creo que es necesario que las mujeres se den cuenta de que siempre serán vulnerables. Y cuando viajas eres vulnerable: llevas encima tu dinero, tu pasaporte, no tienes a tu alrededor a tus amigos ni a tu familia, ni tus puntos de control normales. Cualquier viajero, sea hombre o mujer, es vulnerable cuando viaja por un país extranjero y siempre debe tomar las precauciones adecuadas. Creo que cuando es de veras peligroso es cuando una mujer viaja sola y no entiende la cultura, de forma que no entienden, por ejemplo, las señales que pueden estar emitiendo, o cómo su comportamiento puede afectar la forma en que es tratada. Creo que una mujer viajando sola debe tener en primer lugar todas las cautelas habituales, y en segundo lugar, actuar con confianza en sí mismas, y conocer la cultura. Tener seguridad en una misma tiene que ver con la experiencia. Para mí, nunca diría que hay lugares a los que las mujeres no deben viajar solas, pero sí diría viaja a muchos lugares antes de viajar a sitios como por ejemplo Oriente Medio, o África. No porque estos lugares sean más peligrosos, no creo que lo sean, sino porque las culturas son tan diferentes que hay que saber cómo manejarse, y cómo manejar determinadas situaciones, y tener confianza. Si eres capaz de caminar por la calle con seguridad en ti misma, directamente te conviertes en menos vulnerable. Yo nunca he encontrado un lugar que pensara que fuera peligroso. Me he sentido incómoda en algunos lugares, pero es que no se puede largarse a un sitio cuyo idioma no conoces y cuya cultura no entiendes, sola¿ Habiendo dicho esto, conozco muchas mujeres que han hecho exactamente eso, y no les ha pasado nada, se lo han pasado en grande. Creo que al final es cuestión de individuos. Pero cuanto más conocimiento tienes de un lugar, y cuanto mejor lo entiendas, más armada estarás.

AP: Y en un sentido general, ¿cree que se puede viajar con disfrute sin guías? Mucha gente mira la guía cuando regresa de un sitio, y descubre todo lo que se ha perdido, pero también es como ir al cine sin saber la película que ponen.

MW: Sí, es verdad. Cuando yo empecé a viajar no había guías, nos las tuvimos que inventar¿ buf¿ Puedes salir por ahí y descubrir cosas, y tener una gran experiencia claro que sí. Una guía sirve para darte el primer impulso, pero no hay que seguirla como su fuera un mapa cerrado. ¿Cuándo es más importante una guía? Pues cuando llegas a las 2 de la mañana a una estación de tren y no sabes en qué dirección puede haber un hotel, o qué hotel estará abierto, o cuánto costará. Entonces es cuando una guía es imprescindible, ya sabes, te dice: sal de la estación, a la derecha, bajando, a cuatro manzanas hay un hotel que es seguro, que es bueno, que no es un burdel¿ en esos momentos una guía es esencial. Y es útil cuando te guía hacia cosas que son realmente estupendas, esas que realmente no quieres lamentar no haber visto cuando vuelves a casa, no tener que decir ¿maldita sea, ¿por qué me perdí eso?¿ Pero una vez que ya estás por ahí, de viaje, haz tu propio viaje. Usa la guía como un apoyo, úsala para que te lleve hasta lo sitios que no te debes perder, y luego vete solo por ahí. Si te ciñes completamente a la guía, te perderás cosas, pero si no la llevas, seguro que te pierdes cosas.

AP: Voy a hacer una última pregunta que espero que no sea incómoda. ¿Recuerda la primera vez que viajó en primera clase?

MW: Sí, me acuerdo. Estaba en la cuarentena. Empecé con Lonely Planet con 23 años, así que esto debió de ser¿ bastantes años después. Y viajaba de acá para allá a ferias de libros: la feria de Francfort, la feria de Londres, la feria americana¿ Y además teníamos oficinas en otros países, así que había empezado a viajar a esas oficinas. Así que estaba haciendo ese viaje eterno, desde Australia, 4 ó 5 veces al año y era horrible. 19, 20 horas en un avión, así que al final le dije a Tony: se acabó, me voy en primera. Y él estaba horrorizado, absolutamente horrorizado: ¿¡mira lo que te estás gastando!¿ Y le dije, me da igual, me voy. Y me subí al avión y me dije: ¡esto es fantástico, por qué no haría esto mucho antes! Pero sí que tengo una regla con esto de la business class: si vas a hacer un viaje de menos de 6 ó 7 horas, no creo que merezca la pena, especialmente si es un viaje diurno, no nocturno, que cuando llegas vas a poder cenar, y darte una ducha e irte a la cama a una hora razonable, no creo que merezca la pena gastarse todo ese dinero extra. Pero si es una larga distancia y te lo puedes permitir, y vas a trabajar al día siguiente, entonces creo que hay que ir en business. Si vas de vacaciones es diferente, pero si tienes que trabajar, viajar en primera es fantástico.

AP: ¿Tiene un arma secreta contra el jet-lag?

MW: No, ojalá, por dios, que la tuviera. Hay gente que no parece sufrirlo. Yo lo sufro horriblemente. Lo he probado todo, desde la melatonina a diversas hierbas¿ todo. No tengo ninguna solución, si alguien la tuviera estaría tan agradecida¿

AP: El sueño, supongo.

MW: Eso sería muy bueno.

AP: Gracias, Maureen Wheeler, ha sido un placer.