20 años sin Miles Davis, "el Picasso del jazz"
- Recorremos su obra a partir de homenajes expresos de otros músicos
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Este 28 de septiembre se conmemoró el XX aniversario del fallecimiento de Miles Davis, genial trompetista, símbolo del siglo XX y fuente de aprendizaje de músicos (no sólo de jazz) de todo lugar. Le dedicamos esta hora de Sonideros con expresos homenajes de quienes fueron sus partenaires y otros músicos y cantantes. El bajista Marcus Miller, la cantante Dee Dee Bridgewatwer y el saxofonista Jorge Pardo (con El Bola a la guitarra) trabajan sobre tres temas de “Kind of blue”.
Tendremos dos acercamientos a “In a silent way”: por Brij Narain (sarod, instrumento de cuerda de India) y por su compositor, Joe Zawinul. Cassandra Wilson nos da su versión vocal –y reposada- de “Tutu” y la tralla viene con Mark Isham, atacando el tema de la BSO de Jack Johnson y el homenaje del guitarrista John Scofield junto al trío Martin Medeski & Wood.
Insólito genio
Fue Duke Ellington el primero en señalar a Miles Davis como “el Piccaso del jazz”, apelando a la insólita condición de los genios que no se repiten a sí mismos, factores en la "dinamitación" (revolución/evolución) de lo preestablecido, señaladores de caminos que otros seguirán mientras ellos se lanzan al asalto de la próxima barricada.
Y sin echar jamás la vista atrás: huellas sobre el presente que al instante se hace futuro. Miles inscribió su nombre en la historia con apenas 19 años cuando en 1945 graba Now’s the time, con el liderazgo de Charlie Parker.
Tres años más tarde lidera las sesiones que darían con el álbum The Birth of the Cool, el nacimiento de un nuevo estilo, Cool Jazz, semillero de músicos que fueron blancos y se les identificó con la Costa Oeste. A mediados de los 50, el “primer gran quinteto”, Coltrane en sus filas y el cetro del “hard bop” reinante.
Esa clase de azul
De 1959 data Kind of blue, manifiesto del “jazz modal”, que tantos transitarían y transitan hoy. Y los discos orquestales con Gil Evans (Sketches of Spain, el más popular) y el “segundo gran quinteto”, de los 60, con la constelación de jóvenes genios: Shorter, Hancock, Carter y Williams.
A partir del doble LP, en su día, Bitches Brew, el calambrazo eléctrico y una fase de alta experimentación que dura hasta su retiro en 1975. Miles construye en esos años una suerte de “Casa Universal de la Música” (guitarras y batería funky se unen a percusión africana y tabla y sitar de India), que hoy sigue inspirando a músicos de toda latitud y ejercicio musical.
Y su regreso al inicio de los 80, el encuentro con “el sonido de la calle” y las giras por todo el mundo abarrotando macro escenarios y polideportivos poblados, en gran parte, por una muchachada que, por edad, bien podrían ser sus nietos y nietas. Y le aclaman. Hasta el final, en 1991
Nunca miró atrás y sigue acompañándonos.