Le Grand Macabre en el Teatro del Liceo
- Hasta el 1 de diciembre se puede disfrutar de la ópera de Ligeti en Barcelona
- El caos y la ironía se unen en el libreto de esta representación
- La Fura dels Baus firma la espectacular escenografía de esta nueva producción
El Gran Teatro del Liceo de Barcelona sube el telón de El gran macabro, la ópera de György Ligeti que plantea la muerte colectiva, el fin del mundo a modo de “apocalipsis cómico”, tal y como fue calificada por el propio compositor. Una muñeca gigante, bautizada como Claudia, protagoniza la espectacular puesta en escena firmada por Állex Ollé y Valentina Carrasco, de La Fura dels Baus. Hasta el próximo 1 de diciembre, Michael Boder estará al frente de la Orquesta Sinfónica y Coro del Gran Teatro del Liceo, con un elenco protagonizado por Werner van Mechelen, Chris Merritt, Frode Olsen y Barbara Hannigan entre otros cantantes.
Ligeti, apocalíptico y grotesco
El gran macabro, de Ligeti, se estrenó en 1978 con un libreto basado en la obra de Michel de Ghelderode que se inspira en las Danzas de la muerte medievales y en la pintura flamenca dando lugar a una pieza teatral del absurdo, irónica y grotesca. La partitura supone un asombroso collage de estilos contrapuestos (de Monteverdi a Wagner y Verdi, pasando por Beethoven y la revolución del jazz). Para ello Ligeti amplía la orquesta sinfónica incluyendo instrumentos insólitos como cláxones y otros elementos de percusión, para dar forma a un contraste de pasajes líricos frente a otros de carácter agresivo y salvaje.
Claudia, la enorme atracción de la escena
La gran apuesta de la escenografía es Claudia, una maqueta de mujer de 7 metros de alto, que gracias a un sistema de motores y ruedas tractoras, tiene su propia movilidad, convirtiéndose en un actor más de la obra. Sus movimientos se controlan mediante sistemas electrónicos de posición y velocidad programados de forma que se coordinan con la actuación de los intérpretes. Una cámara interna refleja imágenes que dan expresividad a los ojos de esta gigante, y la iluminación dirigida por wi-fi permite que el cuerpo de la inmensa figura sirva de pantalla donde se proyectan fondos y luces. Los cantantes y actores se desplazan por encima y por dentro, y entran y salen por algunos orificios de la escultura, como la boca o el pecho.