Fats Domino, me llaman The Fat Man
- Sonideros felicita en su 84 cumpleaños a Fats Domino dedicando una hora de su programa
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No cabe duda de que Nueva Orleans es una de las grandes encrucijadas culturales de Estados Unidos, foco de irradiación de los sonidos más calientes y mestizos al norte del Río Grande, cuna de varias generaciones de músicos negros de trascendencia crucial en el jazz, el blues, el R&B, el soul y el funk, desde el inconmensurable Louis Armstrong hasta la encantadora Irma Thomas, pasando por personajes tan esenciales como Fats Waller, Professsor Longhair, Dr. John, Allen Toussaint, Earl King, James Booker, Johnny Adams, los hermanos Marsalis, los hermanos Neville, Lee Dorsey, Dave Bartholomew o esa gloria viviente de la música negra llamada Antoine “Fats” Domino.
Del boogie-woogie al R&B
Grande entre los grandes de la música popular, el nombre de Fats Domino es sinónimo de leyenda y su legado discográfico, un extraordinario muestrario de la riqueza musical del R&B de Nueva Orleans, ciudad que le vio nacer el 26 de febrero de 1928.
Dueño de un estilo pianístico heredero del de héroes del jazz y el boogie-woogie como Fats Waller, Meade Lux Lewis y Albert Ammons, en los años 40 Domino se integró en la banda de quien sería su compinche inseparable durante muchos años, el trompetista, compositor y productor Dave Bartholomew. En 1949 debutó como solista en el sello Imperial con una pieza ya mítica titulada “The fat man”, que le proporcionó su primer éxito en las listas de R&B del rotativo Billboard.
La importancia de llamarse Fats
Desde 1949 hasta 1963, año en que abandonó Imperial, fue probablemente el artista negro más importante, tanto desde el punto de vista artístico como comercial, con números instantáneos del calibre de “Blueberry Hill”, “Ain’t that a shame”, “Whole lotta loving”, “I’m walkin’”o “Let the four winds blow”, coescritos en su mayor parte con Bartholomew.
Vendió más de 65 millones de discos, más que ningún otro cantante de rock’n’roll salvo Elvis Presley y consiguió más éxitos que Little Richard, Chuck Berry y Buddy Holly juntos. Su influencia, además, sería capital no sólo entre los devotos del R&B de Crescent City, sino en músicos como John Lennon y Paul McCartney (que escribiría “Lady Madonna” como un homenaje a Fats) y en los dioses jamaicanos del reggae.
El huracán Katrina
Fichado por el sello ABC-Paramount, Fats Domino grabó excelentes discos, casi todos desconocidos, en la década de los 70 y, ya en los 80, tomó la decisión de cortar las giras de raíz y no abandonar su ciudad natal bajo ningún concepto, consciente quizás de haberse convertido en un símbolo intemporal del alma de Nueva Orleans, de cuyo famoso Festival de Jazz es un asiduo.
En agosto del año 2005 fue dado por muerto durante unas horas, ya que su casa, en el Distrito Noveno, un barrio negro y modesto, fue arrasada por el huracán Katrina y Domino había dicho que no la abandonaría, debido al delicado estado de salud de su esposa. Al fin se supo que Fats y Rosemary habían sido rescatados del tejado de la vivienda por un helicóptero de la Guardia Nacional.
Desde entonces, aún ha tenido tiempo de grabar algún fantástico disco (Alive and kickin') y de participar en el doble CD de homenaje (Goin’ home: A tribute to Fats Domino) que congregó en 2007 a grandes del soul, el reggae, el jazz y el rock en torno a su figura.
Sonideros felicita al maestro en su 84 aniversario.