Mi vida con Juan de Pablos

• La historia de dos profesionales que han crecido juntos en la radio
• "Resulta un poco raro sacar el pañuelo y despedirse de él, pero ahí queda su obra. Casi nada."

De esta sesión salió la imagen que acompaña los podcats de 'Flor de Pasión'

Yo empezaba a ir como oyente de a pie a programas de radio porque me gustaba ese medio y, con música dentro, más. Era en la Gran Via en Radio Madrid y el banderín de enganche, El Gran Musical. Allí, dentro de la estructura del programa, había un llamado "jurado" que elegía los temas, sobre todo de artistas de fuera, que deberían ser radiados y promocionarles. Y ahí estaba Juan de Pablos formando parte de aquel grupo de entendidos decidiendo que tenían que ser de obligada escucha artistas tan dispares como Simon & Garfunkel, The Lemon Pipers, Michel Polnareff, The Monkees o John Fred & His Playboy Band. Digo o cito éstos como podría decir muchos más.

Los primeros programas de radio

De aquellos tiempos de mediados a finales de los 60's pasamos a principios de la década siguiente. Hemos crecido juntos radiofónicamente ambos y mientras yo arranco con mi Disco Grande, Juan hace a pachas con el recordado Aurelio González "Ozono" su primer programa en la radio e inicio de una buena tacada de ellos (distintos nombres y distintas emisoras) aunque esa primera vez fuera en Popular FM justo cuando empieza a haber un canal de frecuencia modulada en las emisoras de onda media tradicionales.

El encuentro en Radio 3

Nuestros caminos se vuelven a juntar hace años con la camiseta actual: Radio 3. Y ahí ha estado impartiendo lecciones de historia del pop del último medio siglo (o más) y alimentando a nuevas generaciones que componían en la época actual canciones que bebían de los viejos himnos sesenteros que han sido menú del día en cada Flor de Pasión. Que les pregunten a Fresones Rebeldes o cualquier producto de la "factoría Felipe Espada", Charly Misterio, Jaime Souvenir o Axolotes Mexicanos por volver a poner ejemplos concretos.

Resulta un poco raro sacar el pañuelo y despedirse de él, pero ahí queda su obra. Casi nada.