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Breve historia

Inauguración

Instalaciones

Festial Olímpico de las Artes, Sydney 2000

Curiosidades

A principios de los años 50 un numeroso grupo de personas relevantes se quejaba de la falta de una "casa de la ópera" en Sydney. Entre ellos se encontraba el muy conocido músico Eugenio Goossens. El resultado fue la constitución, por parte del "Premier" Cahill, de un comité que informase al Gobierno de Nueva Gales del Sur sobre lo que había que hacer para construir esa casa de la ópera. Lo primero que hizo el citado Comité fue sugerir que lo que realmente hacía falta era algo más, es decir, un "Centro de las Artes", sugerencia que fue aceptada, aunque ya nadie se referiría a él de otra manera que como "The Ópera House". El Comité, compuesto por cinco miembros, convocaría un Concurso Internacional, después de elegir el emplazamiento que no sería otro que "Bennelong Point", una pequeña península de alrededor de 2,23 hectáreas junto al Puerto de Sydney. El nombre le vino dado por un aborigen, Bennelong ( 1764-1813) que hacía de intermediario entre el pueblo aborigen y el Comandante de la Flota y primer Gobernador de Nueva Gales, Arthur Philip. El fuerte que allí se construyó en su día fue demolido en 1959, cuando el proyecto de la "Casa de la ópera" estaba en marcha. El concurso atrajo a 233 participantes. El Jurado, compuesto por cuatro miembros, fue unánime en su decisión: el ganador sería el arquitecto danés J. Utzon y el premio estaría dotado con 10.000 dólares. Sin embargo, hubo alguna contestación por parte de algunos que hubieran preferido una construcción más convencional. Pero el Pemier Cahill se salió con la suya ya que fue uno de los mayores defensores de Utzon. Sin embargo no viviría para disfrutar la obra ya que falleció en 1959.

En 1957 se estimaba que el coste de la Casa de la Ópera de Sydney oscilaría alrededor de los siete millones de dólares. Dieciseis años después, cuando el edificio estaba terminado, se comprobó que el coste total fue de 102 millones de dólares. De ellos 900.000 procedentes de la Fundación que se creó con este motivo; el resto, hasta los 102 como resultado de la "lotería" especialmente creada en 1958 por el Premier Cahill para pagar la "Opera House".

Durante su construcción se produjeron numerosas vicisitudes y discusiones sobre posibles cambios sobre la marcha, idoneidad de algunos escenarios, adaptación de otros, aumento considerable de los costes... hasta el punto de que tras una discusión en febrero de 1966 el arquitecto Utzon no aceptó dejar la dirección de la obra para integrarse en un equipo de arquitectos y abandonó Sydney sin que se sepa si volvió alguna vez. Finalmente el proyecto siguió adelante y, controversias aparte, ha terminado siendo aceptado como uno de los mayores y más importantes Centros Internacionales de Arte y su acústica es, según los que han podido comprobarlo, una de las mejores, si no es la mejor, del mundo.