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Centenario del nacimiento de Gabriel Celaya, 'ingeniero del verso'

  • Máximo exponente de la poesía social
  • Publicó más de cien títulos, pero murió en la pobreza

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A fondo - Gabriel Celaya

Gabriel Celaya, máximo representante de la poesía social, "ingeniero del verso" y escritor comprometido políticamente, hubiera cumplido este mes 100 años.

Celaya estudió ingeniería en Madrid, aunque no por vocación, porque lo suyo era la filosofía, sino por exigencia paterna, que quería que trabajara en la fábrica familiar.

Su paso por la capital, como residente de la Institución Libre de Enseñanza, le permitió vivir en el hervidero cultural que fue la Residencia de Estudiantes y conocer a poetas y escritores como García Lorca o Unamuno.

De vuelta a su pueblo natal, Hernani, trabajó como ingeniero y gerente en la fábrica de su padre, que abandonó años después para aventurarse en el oficio de escribir.

Dejó una vida acomodada por la poesía

"Siempre sentí que llevaba dos vidas diferentes y fue Amparitxu la que me dijo que no podía seguir así, con la vida de ingeniero y la de escritor", contó el poeta en una entrevista en TVE, en el programa A fondo.

"Amparitxu me devolvió a mi ser, toda mi vida estaba funcionando en contra de lo que yo era", abundó Celaya en la misma entrevista, y juntos fundaron la editorial Norte, que editó entre otros a Cela.

Años después partieron a Madrid y comenzaron juntos la aventura de vivir de la poesía: "Me ha costado. Lo hemos pasado muy mal, pero hemos salido adelante", relataba el poeta en una entrevista concedida en el El País (1986).

Representante de la poesía social

Celaya fue, junto a Blas de Otero y Celso Emilio Ferreiro, entre otros, uno de los poetas más representativos de la poesía social. Escribió más de 80 libros de poemas.

En los años 50 alcanza su madurez creativa y forma parte del grupo de poetas de la posguerra. Celaya entendió la poesía como un instrumento de trabajo que debía ponerse al servicio de la liberación del hombre: "Maldigo la poesía concebida como un lujo cultural por los neutrales" (verso del poema "La poesía es un arma cargada de futuro").

Alberti canta un poema de Celaya

Pero lo de la poesía social terminó cansándolo, decía que la habían convertido en "marchamo", que la habían quitado frescura.

Su obra sirvió de inspiración a cantautores. Paco Ibáñez puso voz y letra a muchos de su poemas, entre ellos "La poesía es un arma cargada de futuro", que se convirtió en himno de toda una época.

Premios y obras

A Celaya, cuyo verdadero nombre era Rafael Gabriel Múgica Celaya, los premios le llegaron tarde. El primer galardón oficial fue en 1986, el Premio de las Letras Españolas.

En 1935 obtuvo el Premio Bécquer con el libro Marea de silencio, le siguió el Premio de la Crítica en 1956 por De claro en claro. En 1963, el Premio Libera Stampa, por el conjunto de su obra, y en 1968 recibió el Premio Internacional Taormina.

Entre los muchos libros que publicó cabe destacar: Tranquilamente hablando (1947), Canto en lo mío (1968) y Penúltimos poemas (1982). Ha escrito también prosa, ensayo y teatro.

Amparitxu, su compañera de viaje

Gabriel Celaya murió en la pobreza en su domicilio de Madrid en 1991. La muerte le sobrevino sin poder cumplir su sueño de morir en San Sebastián.

El poeta de la sonrisa fácil y ojos húmedos, cuya constante en su poesía fue la alegría de vivir, había perdido casi todo en los últimos años de su vida, salvo a su compañera de viaje, Amparo Gastón, Amparitxu, con quien un día partió a Madrid "con una gabardina y una maleta pequeña, como de novela", diría Celaya. La aventura duró toda una vida.