30 años del atraco al Banco Central de Barcelona
- 11 atracadores asaltan el banco y mantienen en vilo al país durante 37 horas
- El asalto más espectacular de nuestra historia reciente
Un filme y un libro sobre este suceso
Asalto al Banco Central
Director: Santiago Lapeira
Actores. José Sacristán y Isabel Mestre (1983)
El asalto al Banco Central
Autor: Alberto Speratti (Edición 1981)
El mismo día que se cumplían tres meses del intento de golpe de Estado del 23-F, un grupo integrado por 10 personas asaltó el Banco Central de Barcelona y tomó a 300 rehenes.
Hicieron creer que sus intenciones eran políticas y pedían la libertad de 4 implicados en el recién frustrado golpe de Estado. Según avanzaron las horas, se empezó a desmontar la teoría de que había motivaciones políticas para dar paso a que a que se trataba de delincuentes comunes.
El atraco a esta entidad bancaria, que mantuvo en vilo a todo el país, se resolvió después de 37 horas con la detención de todos los atracadores, la muerte de uno de ellos y un rehén herido en una pierna.
Pedían la libertad de Tejero, entre otros
Todo empezó un día de primavera cuando un grupo armado se atrincheró en el banco, secuestró a los empleados y clientes que se encontraban en el edificio y recibió a la policía con tiros al aire.
En un primer momento, los asaltantes no revelaron sus intenciones, pero pronto se tuvo conocimiento de un comunicado, depositado en una cabina telefónica de la Gran Vía, en el que los atracadores exigían la puesta en libertad de los tenientes coroneles Tejero y Pedro Mas, el general Torres Rojas y el coronel San Martín, a cambio de liberar a los rehenes.
Reclamaban también un avión para trasladarlos a Argentina y otro para que ellos pudieran abandonar España.
En esos momentos todo hacía pensar que se trataba de un grupo de extrema derecha y de que entre los asaltantes había algún guardia civil.
Hora y media después del asalto, a través de la radio y de llamadas telefónicas, comienza la consabida cadena de rumores y especulaciones.
En Madrid se constituye el mando operativo con el ministro de Interior al frente, Juan José Rosón. Mientras, en la Ciudad Condal, los rehenes vivían una situación dramática y eran utilizados como parapeto contra la policía.
Algunos son evacuados con ataques de nervios, y fuera del banco hay desplegados 1.340 agentes, helicópteros militares y más de 30 ambulancias.
Al mediodía, las fuerzas de extrema derecha y los núcleos relacionados con el 23-F condenan el asalto y se desmarcan de los secuestradores. Lo mismo hacen Tejero, Torres Rojas y el coronel San Martín.
A lo largo de las 37 horas que dura el secuestro, los atracadores van liberando a algunos de los rehenes al tiempo que piden comida, vino, heroína y televisiones, todo impropio de militares dispuesto a salvar a la patria (La Vanguardia, 2006). Los mandos policiales ya no tenían duda de que se trataba de delincuentes comunes.
Sin embargo, los políticos no lo acababan de creer y envían a Barcelona al general de la Guardia Civil Aramburu Topete para que negocie con sus presuntos "subordinados".
El disparo mortal de un GEO a un atracador da un giro a los hechos: los rehenes salen en masa entre fuego cruzado y Rosón asegura ya que se trata de "anarquistas, chorizos y macarras" una vez conocida la identidad de los detenidos.
El Rubio, el cerebro del asalto al Banco Central
Jose Juan Martínez Gómez, El Rubio, de 25 años, y cerebro del asalto, había sido detenido en otras ocasiones por su vinculación con grupos anarquistas y atracar bancos. Era sobre todo un mercenario.
Cuenta El Rubio, en TVE en el programa Documental Asalto al Banco Central (Atraco imperfecto) que fue un encargo de la extrema derecha y de los servicios secretos.
"Me encargaron recuperar un maletín con documentos muy importantes que se encontraban en una caja del banco, y que era necesario atracar porque no tenían la llave", asegura el cerebro de la trama, al tiempo que de cuentan que contenido del maletín ponía en riesgo la estabilidad del país.
Asegura El Rubio que le ofrecieron 50 millones mínimo hasta un máximo de 100 millones por personas y a él, una cuenta de un millón de dólares en Suiza.
En el documental de TVE, el cerebro del asalto dice que se hicieron con el maletín, cuyos documentos revelaban la trama civil y militar del 23-F, y que el contacto de extrema derecha lo sacó camuflado entre los rehenes.
Este hecho lo niega rotundamente el capitán Enrique Esteban, y segundo subjefe de unidad durante el asalto, quien asegura que todos los rehenes fueron examinados y hubiera sido fácil reconocer a alguien con un maletín.
Todos los atracadores fueron detenidos y condenados por la Audiencia a más de 25 años de prisión, salvo Julia, una empleada de banco que facilitó datos a los asaltantes, a la que le cayó cinco meses por su deficiente estado psíquico.