'Los bosques de Upsala', un cómic que nos recuerda el drama de los suicidios
- Francisco Sánchez y Guillermo Capacés adaptan la novela de Álvaro Colomer
- La historia de un hombre que se ve incapaz de evitar el suicidio de su mujer
Cada cuarenta segundos se suicida una persona en el mundo. Es la principal causa de muerte violenta, por encima de homicidios, guerras y accidentes de tráfico. Un dato estremecedor que, sin embargo, solemos olvidar. El escritor y periodista Álvaro Colomer escribió sobre el tema en su famosa trilogía sobre la muerte urbana, compuesta por La calle de los suicidios (2000), Mimodrama de una ciudad muerta (2004) y Los Bosques de Upsala (2009). Este último libro acaba de ser adaptado al cómic por el guionista Francisco Sánchez y el dibujante Guillermo Capacés.
Francisco resume así el argumento de Los bosques de Upsala (Edicions de Ponent): “La vida ha dejado de tener sentido para Elena. Julio vive angustiado con la idea de que su esposa cumpla en cualquier momento la amenaza de suicidarse. En el desesperado intento por asimilar la situación Julio rememora un traumático pasado que amenaza de nuevo con repetirse”.
Guillermo nos habla un poco más sobre los protagonistas: “Julio y Elena son un matrimonio de entre 35 y 40 años. Julio es una persona bastante normal y sin ningún problema aparente. Trabaja como entomólogo desde hace años y disfruta con ello. Pese a ser una persona cerrada o algo antisocial vive la vida de una forma mecánica sin esperar altibajos. Pero realmente esconde un trauma de su niñez, el cual iremos viendo a medida que avanza la historia por el estallido de un problema similar en el presente”.
“En segundo lugar –continúa el dibujante- tenemos a Elena. Podríamos decir que es una protagonista secundaria o más bien una protagonista de ambiente. Es decir, su actitud o su actuación conforma la historia, pero el verdadero protagonista y las emociones que nos transmite pertenecen a Julio.Y es que Elena es una persona que ha perdido conexión con la vida o con su sentido. Su intención por vivir automáticamente simplemente parece no servir ya”.
‘Los bosques de Upsala’
Pero… ¿Qué son los bosques de Upsala a los que se refiere el título del libro? “Se comenta –asegura Francisco- que en la Europa vikinga los ancianos que habían dejado de ser útiles a la comunidad, acudían a un bosque apartado, anudaban una soga a uno de sus árboles y ponían fin a sus vidas. Aquel lugar, no era otro que los bosques de Upsala”.
El guionista nos comenta por qué le interesó la novela: “Por una parte la naturalidad con la que Álvaro narra un tema tan escabroso. Por otra el personaje de Julio, resulta inevitable no sentir ternura y compasión por él. La posibilidad de confrontar al adulto con el niño, circunstancia que no ocurre en la novela, fue una de los motivos que más me motivó a enfrascarme”.
“Además, era un reto –continúa Francisco-. Estaba narrada en primera persona, debía adecuarla al arte secuencial sin renunciar a ser fiel a la novela. Tras una primera lectura me dediqué a subrayar todo lo que consideraba esencial, aunque ello significara prescindir de algunos elementos. Lo más curioso es que tengo la certeza de que más allá de copiar el original hemos creado una obra que lo complementa”.
Un tebeo que sus autores han realizado en estrecha colaboración con el autor de la novela original. “Álvaro Colomer –afirma Francisco- había escrito el prólogo de mi anterior trabajo Chernóbil la zona. Una tarde coincidimos en una librería y me habló de Los bosques de Upsala decía que lo veía como novela gráfica. Recogí el desafío que me lanzó y a los pocos días tras lee el libro le llamé confirmando que iba a escribir el guión. Álvaro ha estado en todo momento al tanto de los avances del proyecto, te puedo asegurar que está tan entusiasmado como nosotros”.
3.000 suicidios al año
Pero ¿Cuántos suicidios se comenten al año? “Las estadísticas a nivel mundial hablan de 3.000 suicidios al año –apunta Francisco-. Lo que vendría a suponer un suicidio cada 40 segundos. Uno por cada veinte intentos”.
“Respecto a este tema, el trabajo de documentación ya lo había hecho Álvaro –continúa el guionista-. Hablando con él le comenté mi desazón por no haber tenido que hacer ese trabajo previo de documentación, me respondió que eso me permitiría centrarme exclusivamente en la historia. Y así ha sido, he podido recrearme en reconstruir la estructura original y en proponer nuevas situaciones. Me he divertido mucho”.
A pesar del tema, Francisco considera que no es una historia pesimista: “Más que pesimista yo hablaría de realista. No podemos dar la espalda a una realidad que ocurre cada 40 segundos. Con todo siempre depende de cómo se aborda el tema, no creo que la resolución de la historia transmita pesimismo en el lector, es por encima de todo un canto al amor y a la vida”.
“La forma de evitarlos desde luego no es ocultándolos –comenta Francisco-. Nuestra sociedad tiene que aprender a hablar de ello y tratarlo con la normalidad con la que se hablan de otras patologías, ese debería ser el primer paso”.
Un dibujante a tener en cuenta
Nos llama la atención que esta sea la primera novela gráfica del dibujante zaragozano Guillermo Capacés, que realiza un estupendo trabajo: “Cuando Francisco me dio el guión del proyecto me hizo mucha ilusión y me puse con ello sin pensar en todo el trabajo que tenía por delante. Hasta ahora el cómic más largo que había hecho tenía 10 páginas, y todo lo que había realizado había sido para Fanzines y pequeñas publicaciones. Cuando ya asimilé que iban a ser 130 páginas la verdad que me asusté un poco”.
“Pero conforme le iba dando forma al cómic comenzaba a sentirme más y más cómodo. La verdad es que ha sido una experiencia muy positiva y me ha dado fuerzas para comenzar todos los proyectos que tenía en mente”.
Guillermo asegura que el proceso de realizar el cómic fue algo muy natural: “El estilo de dibujo llegó solo. Conforme fui desarrollando las páginas me dí cuenta que donde tenía que centrarme sobre todo era en la narrativa, en conseguir un dibujo que no bloquease la lectura. Así que me centré en hacer un dibujo fluido y creo que he conseguido que todo funcione correctamente y que los sentimientos que el libro me transmitió acaben plasmados también en el cómic”.
Una historia que decidió plasmar en blanco y negro porque “creo que así puedo centrarme más en lo que realmente es importante”.
En cuanto a sus influencias, Guillermo asegura que: “ Son muy variadas pero las más importantes son Guy Davis, Gipi y Frederik Petters, que es el que más me ha marcado en Los bosques de Upsala”.
“En cuanto a la narrativa me siento muy influenciado por Terrence Malick. Su forma de narrar me ha marcado mucho desde que empecé a dibujar, independientemente que él sea cineasta” –conluye-.
Sus proyectos
Tras el éxito de este primer trabajo juntos, ambos colaboran ya en su nueva novela gráfica, como nos comenta Francisco: “Estamos trabajando en una historia de amour fou con dos líneas, una en el presente y otra que avanza desde el pasado hasta unirse y completar la resolución. El final será uno de los más dilatados y singulares que podréis encontrar. El título provisional es Una luz que nunca se apaga en referencia a una canción de The Simths que tiene protagonismo en la historia”.
“Creo que es un cómic que funcionará muy bien –añade Guillermo-. Además yo, tengo otros proyectos personales que empiezan a coger forma y de muchas otras historias en torno al cine y la publicidad”.