Charo López: "Esta serie me dio la vida"
Charo López, interpreta en la serie a Clara Aldán, un personaje rompedor, que supuso todo un atrevimiento para la época en la que se rodó (1981).
Con la emisión en 1982 de Los Gozos y las Sombras la actriz Charo López consiguió un reconocimiento profesional sin precedentes. Su papel de Clara Aldán supuso un reto en su carrera que superó con creces y que le otorgó un inmenso cariño del público en todos los países en los que la serie se vio. La obra de Gonzalo Torrente Ballester, permitió llevar a la pequeña pantalla escenas eróticas como la de una masturbación protagonizada por la propia Charo López, que bordearon el límite de lo permitido en el año de su estreno.
CHARO LÓPEZ: En primer lugar quiero dar las gracias a los internautas por haber votado a esta serie. Estoy contentísima con la noticia. Para mí ha sido un trabajo clave en mi vida, un placer, y me alegro de que se pueda volver a ver. Tiene todos los elementos que hacen de ella una serie modelo, el texto de Torrente Ballester, el director, Moreno de Alba, los actores, los paisajes, el vestuario. Todo hace de la serie un ejemplo de televisión.
P: ¿Qué pensó cuando le llegó por primera vez el guión?
CHARO LÓPEZ: En ese momento yo tenía un contrato en Austria para rodar una película, "Ánima". No tenía el guión todavía, tenía la trilogía de Torrente Ballester, y me la llevé allí. Me pasé los tres meses leyendo y releyendo la trilogía. El día que volví a Madrid tenía un mensaje de los productores: "Esta noche estamos cenando en tal sitio, si llegas a tiempo el papel es para ti, si no, mañana empezamos a buscar otras actrices". Así que dejé la maleta y tal y como estaba me presenté en el restaurante y dije "¿dónde hay que firmar?"
P: ¿Qué supuso para usted el papel, tanto desde el punto de vista profesional como desde el personal?
CHARO LÓPEZ: Profesionalmente yo estaba en un momento un poco difícil. Empezaba a tener ya algunos años de más, ya no podía hacer de chica joven e ingenua que se enamora, porque aparte de esto siempre he sido muy grandona, y también era muy joven para hacer papeles de mayor. Y, por otra parte, sentimentalmente, me encontraba en una mala época, había terminado con una historia de amor y estaba muy triste. En ese sentido, esta serie me dio la vida. Porque además pude interpretarla con un estado de ánimo que tenía yo, un estado de ánimo de profunda tristeza, que es como está siempre Clara Aldán, con unos conflictos de ánimo y personalidad muy grandes. Así que para mí lo fue todo. A partir de ahí, tuve lo que yo llamo un éxito, que no es que te conozcan mucho, que no es que seas famosa, tener un éxito es cuando el público se enamora de un personaje y esa fascinación te la trasladan a ti. Ese éxito lo puedes tener de pequeñita, o en mitad de la carrera... pero sin ese éxito es como si no hubieras cristalizado como actriz. Eso es lo que supuso para mí la serie, que me tuvieran en cuenta para papeles importantes, tanto en teatro como en televisión.
P: ¿Cómo ve el personaje ahora con el tiempo que ha pasado?
CHARO LÓPEZ: La veo un poco como la veía entonces. Clara es una perdedora, una belleza maldita, una mujer deseada por todos en el pueblo y especialmente por el cacique, que es el personaje que hacía Carlos Larrañaga. Pero ella no está dispuesta a entregarse físicamente porque quiere ser virgen, quiere ser virgen porque en el pueblo si deja de serlo sería algo terrible, sería una mancha imposible de superar, porque además ella es una mujer humilde. Ella es muy joven, muy guapa, tiene necesidad de tener una relación sexual, pero el negársela le hace sufrir y padecer mucho.
P: ¿Hubo alguna escena que le costara rodar? ¿Cómo se vivió el rodaje de algunas escenas que para la época eran excesivamente eróticas?
CHARO LÓPEZ: La escena erótica fue fantástica, porque Televisión Española dijo que prohibía absolutamente la escena por los niños y que si se hacía era con la condición de que los niños creyeran que tenía un dolor, de estómago, y que los mayores la vieran pero en plano general. Yo hablé con el director, con Rafael Moreno de Alba, y le dije: "Mira Rafa, es una pena que esta escena se ruede en un plano general; yo al leer la serie me enamoré de esta escena y no quiero que me la quitéis". Rafael buscó una solución óptima, que era rodarla en planos cortos, con una cama que tenía unos pomos de acero a los que yo me agarraba y gestualizaba y allí se metaforeaba... y cuando gritaba y hacía cosas, pues en efecto parecía que tenía un dolor de estómago. La escena quedó absolutamente maravillosa.
P: ¿Y la escena más difícil?
CHARO LÓPEZ: Recuerdo una que fue muy desagradable, que es cuando me viola el cacique porque, evidentemente no hubo violación, pero sí golpes en serio. Él estaba maravilloso como actor en la serie, la verdad, es que le tenía hasta un poco de manía. Sí, sí, la violación me la tomé en serio y le cogí una manía espantosa. Se lo tuve que decir luego para quitársela al pobre...
P: ¿Alguna anécdota?
CHARO LÓPEZ: Cuando yo empecé a rodar Los Gozos y las Sombras venía de haber tenido un catarro de esos de cuarenta de fiebre. El médico me venía a ver, me ponía antibióticos, y me dijo "tenga muchísimo cuidado con salir estos días porque hace frío, está lloviendo... tenga cuidado". Al día siguiente yo empezaba a rodar y lo primero que me cayó fue ¡el agua de los bomberos! Yo decía "Dios mío, me voy a morir".
P: ¿Érais conscientes del éxito que podía tener la serie?
CHARO LÓPEZ: No. Yo veía escenas que me gustaban mucho y veía la frescura con la que se rodaba y la belleza de los planos, y al productor Jesús Peris que venía, y todo lo que no le gustaba lo repetía con una generosidad fuera de medida. Y a don Gonzalo pegando bastonazos a las chimeneas diciendo "esto no es gallego", cargándoselas y obligando a construir otras nuevas. Yo veía que era una serie muy cuidada y presentía que iban a pasar cosas conmigo porque la estaba haciendo con una entrega y con un amor como no lo había hecho antes. Era todo lo que tenía en la vida, porque yo estaba muy sola y un poco tristona. Vamos, que yo no creía que iba a ser un éxito, pero era consciente de que algo iba a pasar.
P: ¿Qué le parecieron las localizaciones del rodaje?
CHARO LÓPEZ: Cuando a la naturaleza gallega le pones una cámara delante es muy difícil que salga mal, porque tiene ese mar brillante, azul, azul, contrastando con el verde maravilloso del campo; la naturaleza más dulce, más suave, la más bonita que yo he visto en mi vida. Los eucaliptos, los paseos, las subidas a las montañas... Cuando llovía era un placer ir por las calles, el sonido de nuestros zapatos sobre las calles brillantes de agua, o entrar en los barecitos recién limpios... Me encanta Galicia, Galicia y su gente que, después de los paraguayos, son la gente más dulce que conozco. Son una gente de una ternura, de una comprensión... Miran de una manera distinta. Yo estaba completamente feliz en Galicia.
P: ¿Y qué nos dice del reparto?
CHARO LÓPEZ: A mí me llamó la atención Carlos Larrañaga, que estaba exquisito. Todos estaban bien, pero a mí me enamoró el trabajo de Isabelita Mestre y el trabajo de Amparo Rivelles, que estaba soberbia. Luego estaban las interpretaciones de Eusebio Poncela y Santi Ramos, excepcionales. Fue un reparto muy acertado.
P: Una serie redonda.
CHARO LÓPEZ: Redonda, redonda.
P: ¿Qué recuerda con más cariño?
CHARO LÓPEZ: Con más cariño recuerdo que en los ensayos el director me decía "haz esto así y así", y yo le decía "¿por qué no hacemos esto otro?" y él respondía "¡no!". Y entonces Torrente Ballester venía y me decía al oído "hazlo como tú has dicho". Era adorable don Gonzalo. No lo olvidaré nunca, nunca en mi vida. Y luego recuerdo también con cariño a Amparo Rivelles, una actriz con enorme sabiduría y talento. Ella me vio un par de días descontenta con la ropa, y sé que tuvo una reunión de producción y pidió que me ayudaran en todo lo que se pudiera, que hacía un papel extraordinario y que tenía que trabajar a gusto. Jamás he hablado con ella de esto, pero me lo ha contado el equipo. Me ayudó mucho.
P: ¿Qué mensaje lanza al público, a los que repiten y a los que se estrenan?
CHARO LÓPEZ: A los que van a repetir, no tengo nada que decirles, sé que si han visto la serie se van a volver a enganchar, si yo la vuelvo a ver me engancho, y mi madre, mis hermanos, porque es tan preciosa... Y a los que no la han visto, deben verla porque es un ejemplo de la televisión, extraordinaria, que se puede hacer si se quiere. Por supuesto con medios, con buenos actores, quizás cueste más, pero esta serie se ha visto en el mundo entero, y tiene un rigor literario muy serio. No hay concesiones, se habla de una época muy dura, donde el cacique dominaba la ciudad, ideológicamente es una serie comprometida, y no tengo la menor duda de que tendrán elementos para comparar la televisión de hoy con la televisión de entonces.