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El coro ofrece su concierto de final de programa

  • Los internos ofrecieron su último concierto ante 900 personas
  • Victor, el gran ausente, aunque por un buen motivo: ahora es un hombre libre
  • Xavi le regaló a los internos un disco con todas sus grabaciones

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El coro de la cárcel ha llegado a su fin. Esta semana hemos asistido a los últimos dos días de ensayos, antes de que el taller de música cerrara sus puertas. Los internos ensayaron todas las canciones que habían aprendido a lo largo de estos tres meses para volver a interpretarlas en el concierto final ante el resto de sus compañeros de prisión. Juntos recordaron en clase algunos de los momentos que habían compartido durante estas semanas.

Victor, por fin en libertad

Víctor acudió a su juicio y recibió la mejor noticia de su vida: Era un hombre libre. Regresó a prisión para recoger sus cosas y despedirse de los que habían sido sus compañeros de clase durante este tiempo. No pudo volver a entrar en Mansilla para el concierto. Su ausencia fue celebrada por todos.

La noche anterior al concierto fue un momento muy especial para los internos. Los nervios de la actuación se mezclaron con la tristeza de saber que sólo quedaban unas horas para que todo terminara. Los presos valoraron su paso por el coro durante el desayuno y mientras se preparaban para la actuación.

Un concierto ante 900 personas

Los internos se reunieron con Xavi y Paco Trinidad antes del concierto en el campo de fútbol. Iban a actuar delante de 900 compañeros. Con fuerzas renovadas interpretaron todo su repertorio con la intervención sorpresa de dos grandes artistas: Medina Azahara y Mª Ángeles de Camela. El broche de oro lo puso el estreno mundial de su canción: "La vida es una rueda".

Llegó el momento de las despedidas y Xavi recibió de sus alumnos una tarjeta con sus mejores deseos. El profesor tuvo para cada uno de ellos unas palabras, no sólo de profesional sino de amigo. Por su parte les dejó como recuerdo un disco con las canciones interpretadas por ellos mismos.

Xavi abandonó la cárcel y esta vez fue para siempre.

Allí en Mansilla, la vida continua.