Corcho, tapón natural en El escarabajo verde
Corcho, tapón naturalEl Escarabajo Verde de esta semana se ha trasladado al Parque Natural de los Alcornocales de Cádiz para asistir a la pela del alcornoque. Desde ahí hemos seguido el camino de las cortezas, del corcho, hasta que acaban convertidas en tapones de botella de vino, su principal destino. Al tradicional tapón de corcho le ha salido recientemente un competidor de plástico que pone en peligro la tradición corchera y la pervivencia de los bosques más idóneos para nuestro clima mediterráneo.
Pocos de nosotros somos conscientes de que al descorchar una botella de vino y oír el sugerente sonido del corcho estamos poniendo nuestro granito de arena en la conservación de nuestro ecosistema. Y es así. El 85% del consumo de corcho se destina a la industria vitivinícola. Y mientras haya demanda, las manufacturas de corcho elaborarán tapones y demás productos derivados, y los propietarios de alcornocales cuidarán con esmero sus bosques, y habrá trabajo para las cuadrillas de corcheros todos los veranos.
En consecuencia, se conservarán los alcornoques, los árboles que mejor resisten tanto la pertinaz sequía de nuestros veranos como los incendios, ya que sólo arde la gruesa corteza de corcho y se salva el tronco. De no ser así, y aceptar el intrusismo del tapón sintético procedente de los mercados anglosajones, que quiere abrirse camino en nuestra industria, el bosque alcornocal corre peligro de ser abandonado y ello provocaría que nuestro medio natural se resintiera y se acabara enterrando toda una cultura. Además, los entendidos abogan por el corcho, porque es el material natural que mejor se entiende con el vino. Su elasticidad y porosidad permiten que el vino de la botella y el oxígeno del exterior se entiendan bien y por mucho tiempo. Cualidades que el tapón sintético sólo es capaz de conservar poco más de un año.
Un reportaje de Josep Ramon Giménez Imagen: Carlos Yurss Sonido: Juan Baño Montaje: Cristina Garmón