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Los años del consultorio de 'Elena Francis'

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Documentos TV - "Querida doña Elena"

¿Recuerdas a Enriqueta pegada a la radio escuchando su radionovela favorita? ¿O a Carmen llorando de emoción cuando -supuestamente- Pascual le regaló una radio? Seguro que si nos hubiéramos quedado un poco más con ellas, antes o después les habríamos visto escuchando apasionadamente "El consultorio de Elena Francis", uno de los programas radiofónicos más influyentes de la España de los años cincuenta y principios de los sesenta en el que los oyentes -sobre todo mujeres- encontraban respuesta a todas las preguntas que previamente habían planteado en una carta.

Recientemente se localizó en una masía de los alrededores de Barcelona un gran número de esas cartas dirigidas a 'Elena Francis', cartas en las que muchas oyentes relatan sus angustiosos dramas humanos, reconocen sus amores prohibidos, relatan dramáticas escenas de violencia doméstica y abusos, hablan sobre embarazos no deseados e, incluso, confiesan algún delito jamás contado.

Los orígenes del consultorio

Aunque el objetivo inicial del consultorio era publicitar los salones de belleza más conocidos de la Barcelona de finales de los años 40, en pocos meses el programa se convirtió en el consultorio sentimental femenino más famoso de la radio española,  un espacio que durante sus casi 40 años de emisión reflejó a la perfección las costumbres, ideales y penas de la sociedad española.

¿Y quién era 'Elena Francis'? A pesar de que durante años los oyentes creyeron que 'Elena Francis' era una doctora barcelonesa, realmente se trataba de un personaje ficticio cuyo nombre hacía referencia a Francisca Bes, la mujer que tuvo la idea de crear un espacio radiofónico en el que publicitar los salones de belleza y laboratorios Francis, de los que su marido era propietario. Las cartas de los oyentes eran contestadas por un equipo de guionistas y las respuestas leídas ante el micrófono por varias locutoras, entre las que destacaron María GarrigaRosario Caballé y, sobre todo, fue Maruja Fernández.