El escarabajo verde: La vida a 60 grados
El agua es un bien público y así lo recoge la ley de aguas. Sin embargo, el agua subterránea que fluye a determinados grados y que se considera mineromedicinal, regula su aprovechamiento a partir de la ley de minas, como si fuera carbón o pizarra. Esa agua termal que nació de manantiales milenarios provee de identidad al territorio. Así lo han visto algunos municipios rurales decididos a recuperar antiguos balnearios o a dinamizar antiguas pozas públicas.
Esta semana El Escarabajo Verde ha comprobado sobre el terreno la riqueza que supone para un municipio contar con un manantial de agua termal. También ha observado que no toda el agua que emana a más de 20 grados puede considerarse terapeútica. Si para los geólogos, a los que les compete el estudio de este recurso, el agua es mineromedicinal a partir de temperaturas relativamente bajas -4 grados más de la temperatura ambiente-, para los terapeutas, un agua no es considerada termal si no supera la temperatura del cuerpo, es decir los 37 grados.
Los efectos de estas aguas en la salud han sido indiscutibles desde hace siglos, sin embargo, en España la Seguridad Social no contempla prestaciones de este tipo. Tampoco, hasta el momento, se ha considerado que las fuentes termales en determinados municipios sean una riqueza sostenible que se ha de proteger. Será pues con la puesta en marcha de un plan piloto en Galicia, Castilla La Mancha y Andalucía, con fondos del Ministerio de Medio Ambiente, que se plantee el termalismo y el desarrollo rural sostenible desde los mismos municipios.
Los balnearios fueron las residencias de veraneo a las que acudían las familias distinguidas a finales del siglo XVIII. Durante la guerra civil española, muchos de los edificios fueron utilizados como hospitales o refugios, y luego abandonados a su propia suerte. El único balneario que permaneció abierto como tal durante la guerra fue el de Carvalliño, en Orense, de propiedad privada y en proceso de reforma. De los 270 establecimientos inventariados en 1900, sólo quedan la mitad. La titularidad de los manantiales es en su mayoría privada, y sólo un 14 por ciento de estas fuentes es gestionada por los ayuntamientos, pese a que estas aguas nacen en su mayoría en pequeños municipios rurales.
'La vida a 60 grados', un documental de Rosa Masip y Arantxa Soroa
Imagen: Nico Sánchez y Jose Antonio Molina
Sonido: Juan Baño e Iván Bayón