La Crisis en corto

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Desde hace un tiempo, la palabra 'crisis" es una constante en nuestro vocabulario del día a día, pero qué es la crisis. Muchos se empeñan en explicarlo con complicados términos bursátiles y financieros que escapan a nuestro alcance. En realidad, la verdadera crisis es agudizar el ingenio, buscar nuevos alicientes, apurar a máximo todas las opciones, buscar soluciones y valorar las pequeñas cosas... En definitiva, es adaptarse a una nueva vida. Esa es la verdadera crisis, la que vivimos día a día y la que reflejan los trabajos que Metrópolis presenta esta semana.

Empieza el programa con "Crisis: el preludio" (España, 2009), de Álvaro de la Hoz, cuyo protagonista, en medio de un brote consumista propio de las fiestas navideñas, compra unas gafas que cambian su visión del mundo. 

"Crisis means change" (España-USA, 2009), de Quique Santamaría, refleja de forma sincera y sensible las consecuencias de la crisis en una pareja neoyorquina. El modo de vida acomodado deja paso a uno más austero cuando la crisis hace mella sobre los protagonistas.

Luis María Ferrández, con su trabajo "Clarividencia", nos revela otra cara de la crisis. Los niños, a los que a veces nos empeñamos en disfrazar la realidad, pueden ser más maduros y sensibles que los propios adultos. Es el caso de Gabriela, la protagonista de este cortometraje cuando su padre le explica por qué no habrá regalos de navidad este año.

En "Disculpen las molestias" (España, 2008), Nuria Gil evidencia los daños colaterales de la crisis, que afecta a todos los niveles económicos y sociales, sin distinción. Un trabajo muy visual que, en cierto sentido, presenta una realidad que podría llegar a darse.

Por su parte, "Una segunda posguerra" (España, 2009), de Fran Araújo y Manuel Burque, nos muestra quizás la cara más amarga de la crisis cuando el dinero no llega para poder pagar la residencia en la que está el padre de los protagonistas.

Finaliza el programa con la animación en stopmotion "The crisis" (España-Irlanda, 2009), realizada por Tess Masero, una coreografía encadenada en la que las monedas y billetes que suelen esconderse en bolsillos y cajones siguen un sinuoso camino para protegerse en una hucha.