Anatomía de un MIR
- Quim es un residente de cardiología que se enfrenta cada día con la muerte
- Para María todos los días son un examen, no hay margen de error
- Julia se prepara para el examen MIR
“Anatomía de un MIR" es un reportaje de Vanesa Benedicto y Sara Boldú.
Son médicos por vocación, han pasado 6 años estudiando medicina en la Facultad y ahora se enfrentan a 5 años más de formación dentro de un hospital. Son los MIR, los médicos residentes, y Repor pasa con ellos 24 horas de guardia entre quirófanos y salas de urgencias.
Un cardiólogo que combate cada día con la muerte
Quim es un residente de 4º año de Cardiología. Hoy le toca una guardia de casi 36 horas en la Unidad de Coronarias del Hospital Clínico de Barcelona. Antes de comprobar cómo han pasado la noche sus pacientes, se toma se primer café muy consciente de que no va a ser el único, porque según se vaya complicando la guardia, la cafetera irá vertiendo tazas y más tazas. Quim se siente un privilegiado por hacer lo que más le gusta: ayudar a los demás, sanándoles. Cada día topa con casos gravísimos – infartos agudos, operaciones de alto riesgo, etc.- y muchas veces debe enfrentarse cara a cara con la muerte. En lugar de deprimirse, Quim dice encontrar nuevas energías para seguir con su vocación y poder salvar así más y más vidas.
Un exámen diario para un futuro que palpita a medio gas
María es residente de cirugía y para cuando sus jefes llegan al Hospital, ella y sus colegas ya tienen listo el historial de todos los pacientes. La ronda por las habitaciones es un examen diario, pero no tiene ni punto de comparación con la entrada en quirófano. Allí tiene que demostrar que sabe lo qué hace y qué es buena cirujana, porque en el quirófano nunca hay margen de error. Tanto esfuerzo y tensión diaria no siempre tienen una buena recompensa; María está a punto de acabar su último curso como residente y a partir de ahora no sabe qué pasará: los recortes en sanidad no le dejan muchas opciones de encontrar un trabajo.
El MIR es indispensable para ser médico residente
A Julia en cambio, las preocupaciones de María le quedan aún muy lejos. Ha terminado la carrera y ahora se prepara para superar el examen MIR, una prueba imprescindible para poder ejercer como médico especialista. Julia ha dejado su casa en Andalucía y se ha trasladado hasta Oviedo para estudiar en una academia especializada en MIR. Antes de empezar las clases, debe recoger el material de estudio- más de 32 libros- que no caben en una maleta grande. A partir de ahora empiezan 9 meses de un maratón de estudio, donde casi no queda tiempo ni para respirar.
Al anochecer en el Hospital Clínico de Barcelona, a los médicos que están de guardia ya les empiezan a pesar el cansancio de tantas horas. Quim hace frente a otro café tras estabilizar a un paciente con un infarto aguo, María debe aún terminar los informes de quirófano…y mientras tanto en la planta de Obstetricia, otra médico residente se prepara para traer un bebé al mundo. Cuando pueda, si el parto no se complica y tiene tiempo, se tumbará a descansar un rato pero ahora no puede ni planteárselo porque el bebé está punto de nacer.