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Carlos y Sole: El caso del motero remolón

  • Carlos cree que las tareas del hogar son "cosa de mujeres"
  • Se quedará solo ante el peligro con la ayuda de su suegra
  • Acabará confesando: "Otra semana como ésta y la palmo"

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Convive - Capítulo 6 - No sabe y no le gusta

Llega el sexto capítulo de ¡Convive!, el primer programa que busca el equilibrio y la conciliación en el ámbito doméstico. Se trata de un formato de aprendizaje o entrenamiento (coach) dirigido a parejas que aprenderán a realizar un reparto justo de las tareas del hogar.

Todos los domingos de 20.00 a 20.30 horas, en La 2

Carlos y Sole viven en Letux, un pueblo de Zaragoza y tienen una hija de 12 años. Carlos es un orgulloso motero, un auténtico ángel del infierno y es además Juez de Paz del pueblo. Sole trabaja fuera de casa y cuando llega tiene que hacerse cargo de todo, tanto de las tareas del hogar como del cuidado de su hija.

Carlos tendrá que dejar unos días la carretera para enfrentarse a sus labores domésticas mientras Sole y su hija se van a un hotel. No se queda solo ante el peligro. Contará con la ayuda y supervisión de su suegra.

Un "negado" comodón

Carlos supone un reto para nuestros coach. Asegura que en casa es “un negado” y añade que eso no es lo suyo. Lejos de estar avergonzado afirma: “No me gusta y no se y tampoco quiero aprender”.

Sole confiesa resignada que Carlos ha sido siempre así, “no ha hecho nunca nada”. Carlos piensa que las tareas del hogar son cosas de mujeres. Él prefiere refugiarse en el bar mientras su mujer asume todas las labores.

El primer cometido para Carlos será hacer las maletas para su mujer y su hija. “Lo más difícil en la vida en pareja es hacer la maleta al otro”, aseguran nuestros entrenadores. En este caso, como en tantos otros, no les falta razón.

Carlos tardará lo suyo en encontrar las maletas y meterá lo primero que se le ocurra. Faltarán pantalones y pijamas, sobrarán camisas, todas en sus perchas y meterá la cesta entera de los productos del baño olvidando lo esencial.

Los tiempos cambian

Sole está harta de esta situación. Cree que él podría esforzarse “un poco” en hacer las cosas. En su opinión “sería una buena idea poder decir tú haces esto y yo esto” o al menos intentarlo y “saber lo que tiene que intentar”. Es cierto que Carlos está perdido en la casa y que necesita orientación pero con ayuda o sin ella tiene que asumir responsabilidades para que el engranaje funcione.

La abuela Margarita, la suegra de Carlos, será su mejor aliada. Ella le ayudará a completar la lista de cosas que tiene que hacer. Ella es “muchísimo más moderna que Carlos”, según Sole. Margarita cree que no está bien que Carlos se quede viendo la tele mientras su mujer hace todo. Cree que los tiempos han cambiado y que hay que saber adaptarse.

El refugio en el bar

Esta situación podría ser para ellos un motivo de ruptura, porque, según Sole, “al final te hartas”. Los comentarios de Carlos evidencian el poco valor que da al trabajo en casa: “Estás viendo la tele y te pone el aspirador. ¿No lo puedes poner cuando me vaya? . No todos valen para estar en el sofá aguantando el ruido del aspirador”.

Carlos minimiza el enfado de su mujer. Comenta que cuando ella le reprocha su desidia se da media vuelta y se va al bar, “así cuando vuelva ya se le ha pasado. Y si no pues al día siguiente y si no al otro”.

Carlos no sabe poner la lavadora, la plancha peligra en sus manos y según Sole, cuando cocina “deja todo hecho un desastre porque no sabe meter un plato en el lavavajillas”. El reto está dejando a Carlos exhausto: “Esto no es para mi, otra semana más como ésta y la palmo”.

Negociar con realismo

Los coach de conviven se enfrentan a un caso difícil. Siendo realistas, es difícil que Carlos asuma la mitad de las tareas. Le plantearán por tanto que se comprometa con tres cosas concretas. Hará la comida el fin de semana, pasará el aspirador y se encargará de hacer la cama.

Carlos ha terminando valorando el trabajo que hace Sole en casa: “Es jodido. He acabado muy cansado”. Sole por su lado está contentísima. Ha partido de la idea de que Carlos no hace nada “porque no le da la gana” a pensar que conociendo a su marido, las cosas que asuma, las “hará bien”.