Las abuelas de Buranovo ya tienen listas las empanadillas... ¿para hornearlas durante su actuación en Eurovisión?
- Las Buranovskiye Babushki representan a Rusia en Eurovisión 2012
- Las abuelas udmurtas actuarán en la primera semifinal del Festival
- Fotogalería: Así viven las abuelas de Buranovo
A las empanadillas de Móstoles de Martes y Trece les han salido unas duras competidoras: las empanadillas de Buranovo. Y es que según la rumorología festivalera, las Buranovskiye Babushki pretenden cocinar en vivo y en directo unas deliciosas empanadillas durante su actuación en la primera semifinal del Festival de Eurovisión, que se celebrará el 22 de mayo en Bakú (Azerbaiyán).
La Buranovskiye Babushki, también conocidas como las abuelas de Buranovo, conquistaron millones de corazones rusos el pasado mes de marzo, cuando fueron elegidas por votación popular para representar a Rusia en el Festival de Eurovisión con la canción "Party for everybody". Un tema pegadizo y bailable que interpretan ataviadas con los trajes típicos de Buranovo, una remota localidad ubicada en Udmurtia.
Un fogón para las empanadillas
Durante la gala final en la que consiguieron su pasaporte a Bakú 2012, las abuelas de Buranovo utilizaron un fogón como elemento decorativo de su puesta en escena. Parece ser que en su actuación en el Festival de Eurovisión las abuelas utilizarán ese mismo fogón para cocinar unas empanadillas mientras interpretan su "Party for everybody", tal y como han comentado Almudena del Pozo y Karmele Izaguirre en el programa de TVE La mañana de La 1.
De este modo, las abuelas udmurtas mostrarán al mundo no solo sus dotes musicales, sino también parte de la gastronomía, vestimenta y costumbres típicas de su región.
Aunque la formación original de Buranovskiye Babushki está integrada por ocho mujeres, solo seis de ellas cantarán en Bakú, el máximo permitido sobre el escenario por la organización de Eurovisión. Con el dinero que ganen gracias a su participación en el Festival quieren financiar la reconstrucción de la iglesia de Buranovo, que fue destruida en 1939 y, desde entonces, cada domingo tienen que ir a un pueblo a 40 kilómetros para asistir a misa.