Enlaces accesibilidad

Más allá de los barrancos

Por
El hermano José Antonio Alonso es uno de los maristas que trabajan en la educación de los niños de los barrancos.
El hermano José Antonio Alonso es uno de los maristas que trabajan en la educación de los niños de los barrancos.

Con algo más de 15 millones de habitantes repartidos en un territorio de gran variedad geográfica, Guatemala comparte con otros países centroamericanos la sombra alargada de una guerra civil, unas políticas que mantienen injustas estructuras socio-económicas y un debilitamiento intencionado de la sociedad civil.

En un barrio de las afueras de Guatemala capital, los hermanos maristas levantaron hace 45 años la que todo el mundo conoce como la Escuela Marista. Desde entonces, más de 3.000 alumnos han terminado sus estudios. Este centro educativo es una gran apuesta de la congregación por atender a la población con menos recursos.

Violencia en los barrancos

Decenas de familias viven en los terrenos cercanos a la escuela y que parecen precipitarse sobre el arroyo que corre al fondo del barranco. Muchas de ellas llegaron del interior del país y han instalado su pobreza entre cuatro chapas. A escasos metros del colegio está el barrio de Tecún,

La parte baja del barrio, a la orilla del riachuelo, es la más caliente. La situación se tranquilizó hace poco, cuando el Ejército entró a saco en la zona. Robos, secuestros y tiroteos están al orden del día.

Solidaridad desde España

La ong marista SED (solidaridad, educación y desarrollo) envía fondos para becar a un buen número de alumnos. No sólo becas llegaron gracias a SED. En la Colonia Gerardi, en las afueras de la capital, esta ong financió la construcción de un colegio para los niños de ese barrio. El colegio lleva el nombre de Moisés Cisneros, un hermano marista querido por su entrega a la educación de los jóvenes y que fue asesinado siendo director de la Escuela Marista. Eran los últimos años de la guerra en Guatemala y el crimen, como tantos, quedó impune. El colegio es una apuesta de los maristas por atender las necesidades de formación de una población marginal en un país que tiene en la educación una de sus grandes asignaturas pendientes.