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La juventud es una enfermedad que se cura

  • Charlamos con Emilio Gutiérrez Caba sobre política, familia y su profesión
  • Estrena en el Teatro Bellas Artes la obra Poder absoluto
  • CONTENIDO EXTRA: Mira la entrevista completa con el actor

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Entrevista a Emilio Gutiérrez Caba

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Poder absoluto

Dónde: Teatro Bellas Artes (Madrid).

Fecha: Hasta el 16 de junio de 2013.

Horario: Miércoles a viernes, 20.30 h; sábados, 19.30 y 22h; domingos, 19h.

Entrada: De 16 a 27 euros.

Mientras editábamos la entrevista de Emilio Gutiérrez Caba y, al hilo de las palabras que escuchábamos, el montador dijo: "¡Qué curiosa es la gente! Me llegan mensajes de amigos que se lamentan por no tener trabajo y de otros que se quejan por tener que trabajar en festivo". Nosotros, la mayor parte del equipo de este programa, no hemos tenido ni puente, ni puentecillo. Hemos trabajado el 1 y 2 de mayo para acabar el programa de este viernes.

A la vista de la que es cayendo y de las difícil situación económica que atravesamos, quejarse de tener trabajo resulta un tanto chocante. Me doy cuenta de que protestar en un mensaje por pringar en festivo no es lo mismo que maldecir por tener un empleo, pero he comenzado el artículo por aquí porque da la sensación de que no nos cuesta aceptar que han llegado las vacas flacas, que para conservar y defender nuestros derechos debemos atender nuestros deberes, y de que ya no vamos a volver a disfrutar del mundo tal y como lo hemos conocido.

Emilio Gutiérrez Caba, político

¿Y cuáles palabras eran ésas que nos inspiraban estas reflexiones? Os pongo en situación. Emilio Gutiérrez Caba protagoniza una obra de teatro, una especie de thriller político, titulado Poder absoluto. Dos personajes, un joven ambicioso que asciende con rapidez, y un veterano que aspira a ser el próximo candidato de su partido y ganar las elecciones, enfrentan. ¿Dos formas distintas de entender el deber público? El texto refleja una de esas conversaciones que, imaginamos, los poderosos tienen a puerta cerrada. Y, claro, se pone sobre el tapete el tema de la corrupción.

Cayetana le preguntó a nuestro invitado si lo peor de la tan traída y llevada corrupción de algunos políticos era que se transmitía a los ciudadanos la idea de que el que cumple con la ley es bobo y que, aquí, el que no corre vuela. Gutiérrez Caba le dio la vuelta a la cuestión. No es que nosotros, los ciudadanos, tengamos nuestras picardías infectados por el mal ejemplo de los poderosos, sino que los corruptos pertenecen, igual que nosotros, a una sociedad que se relaja ante la norma y que no acaba de tomarse en serio la ley. Es decir, que los políticos no son tan diferentes del pueblo del que forman parte. Lo que hay que plantearse, propuso el actor, son las razones por la que la sociedad española tiene esas costumbres y genera, por tanto, ese tipo de políticos y ciudadanos.

Cayetana insitió. Ellos nos representan y deberían dar ejemplo. "No veo por qué un general tendría que ser mejor en lo suyo que un soldado. El soldado tiene que ser un buen soldado y el general, un buen general". Mayoría de edad. Tuve la sensación de que, con sus palabras, Emilio apelaba a nuestra mayoría de edad, a que dejemos de echarle la culpa al empedrao y, del mismo modo que nos quejamos y exigimos (como podemos) la honradez a los demás, seamos capaces de exigírnosla a nosotros mismos, por mucho que nos consolemos pensando que lo nuestro no cuenta porque nos creamos menos importantes.

La profesión de actor

Mayoría de edad. Hubo otro momento, y dejando ya de lado la situación económica que tanto nos preocupa, que sentí que nuestro invitado volvía a recordarnos lo que distingue a un joven de un adulto. Hablaba de las distintas generaciones de actores, de su sobrina nieta, Irene Escolar, para la que tuvo palabras de reconocimiento, y de la importancia que los jóvenes actores le dan a la preparación. Decía que, por ejemplo, eran capaces de rechazar un papel por irse al extranjero a hacer un curso con algún prestigioso director.

"Yo hago este trabajo para ganar dinero", recordó Emilio. Ninguno entendimos con esto que el dinero fuera la motivación principal para su trabajo, sino que tenía muy presente que hay que ganarse la vida y que aquello que no haces, no pasa y, por lo tanto, las oportunidades que podrían surgir, tampoco. Resumiendo, que no estamos siempre en la antesala de la vida.

Da igual si es o no sensato privilegiar un trabajo o un master. Vete tú a saber qué es lo mejor para quién o qué situación. Lo que me gustó es el punto de vista de alguien que ha vivido otra época, en la que había que echarse sobre los hombros la responsabilidad de la propia existencia a una edad mucho más temprana. Y me gustó porque es posible que para llevarse bien con las vacas flacas, ésas con las que tendremos que convivir durante bastante tiempo, vamos a tener que tirar de madurez. No podemos pasarnos la vida pensando que hay alguien por encima de nosotros que nos cuida, nos protege o nos fastidia y que es el único responsable de lo malo que nos ocurre. La buena noticia sería entonces que, a lo mejor, somos más dueños de nuestra vida de lo que nos apetece pensar.