María abandona MasterChef tras varias semanas en la cuerda floja
- Se rompe el cuarteto Cerezo, Eva, Jose y María con la marcha de la alicantina
- Juan Manuel sorprendió al jurado, que lo nombró el mejor de la eliminación
Sábado, 1 de junio
- Pepe Rodríguez, Efrén y María firmarán libros en la Feria del libro en El Retiro (Madrid)
María ha sido la aspirante eliminada en octavo programa de MasterChef. Un plato incompleto, con escaso trabajo y la falta de confianza en sí misma han sido determinantes en su expulsión.
María se midió con tres grandes rivales en su cuarta Prueba de eliminación, Cerezo, Jose y Juan Manuel, y no la pudo superar. La competición se hace cada vez más dura y los pequeños detalles marcan quién se queda y quién se va.
Con la marcha de María, el cuarteto formado por ella, Jose, Cerezo y Eva se queda cojo.
Un jardín en la Caja misteriosa
El programa comenzó con una "huerta murciana" bajo la Caja misteriosa. Los ocho aspirantes tenían que crear un plato utilizando la amplia variedad de vegetales que había a su disposición.
Lo más importante era utilizar el talento y la creatividad para que la receta sorprendiese al jurado, tarea nada fácil. "Queremos que, al comer vuestro plato, se nos dibuje una sonrisa en la cara", avisó Jordi Cruz.
Los concursantes tienen que dar el 100% en cada reto, y en éste especialmente porque el ganador tendría una enorme ventaja a la hora de forma su equipo.
Durante la prueba se hace patente que "esto es la guerra" y solo uno puede ganarla. Se ve evolución en los platos y en la técnica de los aspirantes. Van adquiriendo conocimientos y aplican los consejos que le dan los chefs (unos más que otros).
Aunque todos pueden tener un mal día, como Clara, que según el jurado presentó un plato sin armonía, sin sentido.
“Clara, si haces esto en la eliminación, estás fuera“
Pepe, indignado, juzgó a la aspirante: "Este plato te pilla en una Prueba de eliminación y estás fuera. Tú no puedes hacer esto, es un despropósito". Juan Manuel y Fabián fueron otros de los peores platos de la Caja misteriosa.
En cuanto a los mejores platos, hubo unanimidad en el jurado: la ensalada con verduras de temporada de Jose y la lasaña de verduras de Eva fueron los más ricos.
Dos ejemplos de buena cocina pero opuestas: Jose hizo un plato de alta cocina, moderna, respetando el sabor y la textura de cada producto. Mientras que la elaboración de Eva se acercaba más a la cocina tradicional, "de guisos y sofrito".
Platos con sentido y gusto, a los que sin embargo, les faltaba personalidad; "rock and roll", que diría Jordi.
Jose fue el ganador y por tanto se aprovecharía de la ventaja de la prueba. Como primer capitán, eligió a los tres integrantes de su equipo de golpe: Cerezo, Juan Manuel y María. Eva formó su grupo con los tres que quedaron, Clara, Fabián y Maribel.
Anchoas y chapela en Donostia
Los aspirantes viajan hasta Hondarribia, municipio vasco con gran actividad pesquera, situado a 20 kilómetros de San Sebastián. Aquí comenzó la primera parte de la Prueba por equipos.
Cada grupo subió a bordo de un barco para pescar anchoas, ingrediente principal del menú de este desafío. Los aspirantes comprobaron lo duro que es este oficio, sobre todo Fabián y Jose, que sufrieron mareos y vómitos.
A Maribel le molestó más mojarse, aunque aprovechó la situación para "amarrarse a un fornido marino", como le confesó más tarde a Jordi Cruz. ¿Se pondría celoso Pepe?
Terminada la jornada de pesca, la prueba continúa en Donostia, donde los equipos cocinarían las anchoas para una comida homenaje a 43 pescadores y rederas de Guipúzcoa. Ellos elegirían el mejor plato y por tanto al grupo que se salva de la eliminación.
Los ganadores obtendrían además un premio inimaginable: una clase magistral de uno de los pocos chefs españoles con tres estrellas Michelin, Pedro Subijana. El maestro recibiría a los aspirantes en la cocina de su restaurante Akelarre, templo de la alta cocina vasca.
“Es peor perderse la clase con Subijana que ir a la eliminación“
"Para mí es casi peor perderse la MasterClass de Subijana, que ir al reto de eliminación. Así que hay mucha tensión para la prueba", reconoció Jose. Los perdedores, mientras, se quedarían limpiando las cocinas.
El equipo rojo parecía estar bien organizado por Jose, pero los nervios de éste, su soberbia y los enfrentamientos con Cerezo dejaron al descubierto un trabajo imperfecto y un plato al que podían haberle sacado más partido.
El de Paterna ignoró incluso los consejos de Jordi, que le advirtió de que las anchoas estaban crudas.
Los azules cocinaron con tranquilidad y cada integrante tenía claro su cometido. Eva demostró una vez más su creatividad en la cocina y buen hacer como capitana.
Mientras Jordi y Samantha controlaban la competición entre fogones, Pepe decidió dar una vuelta por la ciudad y degustar los mejores pintxos donostiarras.
Los dos equipos consiguieron emplatar las 43 raciones en los 70 minutos que tenían de tiempo. Ahora les tocaba a los comensales decidir quiénes merecían ganar. Por 31 votos a 12, los pescadores y rederas eligieron las anchoas en tempura del equipo azul, colocándose las chapelas de este color.
Partían con desventaja pero resultaron vencedores. Y es que la humildad y el trabajo en equipo son fundamentales en la cocina. Jose, hundido moralmente, se perdió la clase con Subijana y limpió las cocinas con sus compañeros de equipo.
Aún así, el ingeniero seguía pensando que su plato era el mejor. "El pescadero rudo no ha entendido un plato más exquisito, más novedoso. Ha ganado el peor", dijo Jose.
La tradición, lo más importante
Un gran chef tiene que tener claro que la tradición es fundamental en la cocina. "Sin la cocina tradicional nada sería posible. Es muy importante promoverla, defenderla y resguardarla".
Por ello, el jurado propone a los aspirantes crear una coca catalana con productos comunes: agua y harina. Los concursantes pudieron elegir el resto de ingredientes para elaborar su plato en la Prueba de eliminación.
Debían darle personalidad a una receta tradicional; y lo consiguieron, añadiendo a la masa alimentos propios de su tierra.
El mejor del reto fue Juan Manuel, que sigue evolucionando día tras día. El jurado quedó impresionado con la masa y el sabor de la Coca con sardinas y pimientos de Albox.
“Estoy encantado con tu plato Juan Ma“
"En este plato hay seguridad, hay cabeza. Esta bonito y está muy bueno. Justo lo que te pedía, por eso estoy encantado", aseguró Jordi.
Jose se mostró nervioso durante toda la prueba y cometió muchos errores. De hecho su plato tuvo "más defectos que virtudes". El jurado lo tiene claro, debe dejarse de florituras y palabras técnicas para potenciar el sabor de los alimentos. Algo que Maribel también piensa...
Por su parte, Cerezo tampoco logró hacer una coca espectacular, aunque volvió a protagonizar momentos muy graciosos. Como el del truco de espolvorear harina sobre la coca, de tal manera que al meterla en el horno se forma "una especie de ligazón con el aceite, como una bechamel".
Pero fue el de María el peor plato de la noche y el jurado decidió que debía abandonar MasterChef. La alicantina temía que esta era su última Prueba de eliminación.
"He fallado en que siempre voy con miedo. Pero he aprendido un montón, no solo de las MasterClass y de MasterChef, sino también de todos mis compañeros", afirmó la ex aspirante.
Se va la sonrisa de MasterChef, la alegría y las lágrimas que emocionaban a toda la audiencia. María se marcha, pero lo hace con buen sabor de boca, porque se lleva "amigos para siempre".