Mamoeramanjaka, misión en la meseta
La misión de “Mamueramanyáka” (que así es como se pronuncia), está a 70 kilómetros de Antananarivo, la capital de Madagascar. En tiempo vienen a ser casi tres horas de coche si no ha llovido y se dispone de un vehículo con tracción a las cuatro ruedas. La misión es el centro de referencia para otros seis pueblos de la zona. Aquí está la iglesia principal, la escuela y la casa del médico. También hay cuatro comercios que funcionan como tabernas. No hay un mercado estable y el médico, que sólo atiende de lunes a viernes, es privado. El clima, debido a la altura y a pesar del sol, es frío y seco. El viento no deja de soplar. No hay electricidad y el agua corriente acaba de llegar a las calles, que no a las casas.Sumando los vecinos de los siete pueblos que forman la comarca de Mamueramanyáka, la población rondará las 3.000 personas. Más de la mitad son niños y jóvenes.
La ayuda de la ongd de los Hermanos de La Salle, PROYDE, está resultando providencial para el mantenimiento de la escuela de la misión y, sobre todo, para ayudar a las familias más pobres para que tengan una educación de calidad y no abandonen los estudios por la falta de recursos.
Guadalupanas de La Salle
Aquí vive una comunidad de Hermanas Guadalupanas de La Salle. Cinco religiosas malgaches que viven como los pobres entre los pobres. Están volcadas en la educación porque creen que es el primer paso para el desarrollo de los pueblos. La escuela parroquial Nuestra Señora del Buen Consejo está dirigida por ellas desde el año 2003. Actualmente los alumnos van desde los 3 años de Educación Infantil hasta los 15-16 del primer ciclo de la Secundaria. Este año hay 450 matriculados.
Las Hermanas Guadalupanas de la Salle son una congregación de origen mexicano nacida en 1946. El fundador es el francés Juan Fromental, un Hermano de las Escuelas Cristianas al que familiarmente se conoce como “el hermano Juanito”. En la actualidad son 250 Guadalupanas presentes en 11 países de América, África, Europa y Asia.
En Madagascar son 48 monjas a las que hay que sumar 12 novicias y 6 postulantes. Se reparten en 8 comunidades y atienden seis colegios para los niños y jóvenes más pobres del país. Las vocaciones malgaches no paran de crecer. La congregación tiene previsto abrir nuevas obras en Ruanda y Costa de Marfil.