Los malgaches de La Salle
Los Hermanos de las Escuelas Cristianas, fundados por San Juan Bautista de La Salle, están presentes en más de 80 países. Desde 1680 se dedican a la educación de la infancia y la juventud más desfavorecida. Hoy son 4.500 hermanos de La Salle al frente de mil escuelas en las que se forman un millón de alumnos en todo el mundo. En 1866 llegaron los tres primeros hermanos a Madagascar. Eran franceses y procedían de la cercana isla de Reunión. En 1883 fueron expulsados con ocasión de la guerra entre franceses y malgaches. Sólo cuando cesaron las hostilidades, tres años después, pudieron regresar. En este lapso de tiempo la Iglesia de Madagascar se sostuvo gracias al hermano malgache Rafael Luis Rafiringa. Desde hace 150 años los hermanos de La Salle no han dejado de trabajar en la educación de los niños y jóvenes más desfavorecidos. Hoy son 64 religiosos repartidos en 14 comunidades por todo el país. Junto a la primera casa de los hermanos se encuentra el santuario dedicado al beato Rafiringa. Las Hermanas Guadalupanas de La Salle son las encargadas de mantener el pequeño templo al que acuden devotos de todo el país.
Beato Rafiringa
El hermano Rafael Luis Rafiringa es una figura sobresaliente en la historia de la Iglesia malgache. Durante el tiempo en que los misioneros extranjeros fueron expulsados del país, fue escogido como el Presidente de la Unión Católica para todo Madagascar, dirigiendo la Iglesia en una época muy complicada. Sufrió encarcelamiento por falsos cargos, pero se mantuvo firme en su fe y en su vocación. Fue miembro de la Academia de Madagascar y recibió la Medalla del Mérito civil por el éxito de sus esfuerzos para normalizar las relaciones entre Madagascar y Francia. El beato Rafael Luis Rafiringa murió en Fianarantsoa el 9 de mayo de 1919 y fue proclamado beato, en Antananarivo, el 7 de junio de 2009. Sus restos reposan en un sencillo ataúd de madera con forma de iglesia. En el tejado se puede leer una de sus frases proféticas: “Porque puedo seguir trabajando por la salvación de las almas después de la muerte”. Rafiringa fue un hombre de Dios que se convirtió al cristianismo y sintió la llamada a la vida religiosa. Trabajó educando a los niños más pobres como hermano de La Salle. También escribió varios libros y compuso varias piezas musicales.
Misionero español
El hermano Juan Sala llegó a Madagascar en 1966. Ha trabajado en la isla toda su vida a excepción de un paréntesis de tres años en el Togo y ocho en España. En total son 38 años entregando su vida a los niños y jóvenes de Madagascar. Más de media vida si tenemos en cuenta que aún no ha cumplido los 70. Su actividad es agotadora. A su trabajo como profesor de Física, Química y Religión hay que sumar el apoyo a las Hermanas Guadalupanas de La Salle, la dirección de un colegio y la administración de las obras sociales de la congregación.
Juan Sala es una vocación temprana. A los once años dejó a sus cinco hermanos en su Sampedor natal para ir a estudiar al seminario menor que La Salle tenía en Cambrils. Un año después, como quería ser misionero, continuó sus estudios en el Valle de Arán. A los 14 años le mandaron a Francia para continuar con la formación en francés con vistas a ir a la misión. Luego vino el noviciado internacional en Italia, muy cerca de la frontera francesa y después los estudios propios y la Universidad, en Francia otra vez. Sus superiores le han puesto al frente del colegio para potenciar el trabajo con los más pobres. Es el único hermano español en Madagascar. La comunidad en la que vive está muy cerca del colegio. Unas escaleras que sube y baja varias veces al día, separan la escuela de la vivienda en la que comparte su vida y su fe con hermanos malgaches.
Crece el analfabetismo
En 2009 Madagascar sufrió una grave crisis de gobierno con un golpe de Estado que dejó al país en fuera de juego. El alcalde de la capital, Andry Rajoelina, se hizo con la presidencia tras una revuelta popular que contó con la ayuda de los militares. Querían una política más cercana al pueblo. Pero la comunidad internacional no lo vio así y las ayudas dejaron de llegar. Cinco años después, el analfabetismo ha aumentado un 10 por ciento. En 2014 los malgaches han elegido en las urnas un nuevo presidente: Hery Rajaonarimampianina. A la comunidad internacional le ha parecido bien y ha levantado el veto a las ayudas exteriores. La crisis provocada por el bloqueo al que se ha visto sometido el país ha repercutido en el nivel de vida. La población se ha empobrecido y la educación se ha visto muy dañada.
Becas
Hoy más que nunca la oferta educativa de los hermanos de La Salle se hace más necesaria. Son tres los colegios que regentan en la capital, Antananarivo. El más antiguo es el de San José de Andohalo que está junto al Palacio de la Reina en la parte más antigua de la ciudad. Data de 1866 y es uno de los más antiguos del país. Hoy tiene 160 alumnos. En 1956 abrieron el de La Sagrada Familia, en la llanura de Antanimbarinandriana. Este es el más grande de los tres. Tiene 2.800 alumnos. Un año después, en 1957, inauguran en la zona de Faravohitra el del Hermano Rafael Rafiringa, que tiene 450 alumnos. En todos ellos la preocupación de los hermanos de La Salle es atender a los más pobres y ofrecer una educación integral, católica y de calidad.
El programa de becas que gestiona el hermano Juan llega al 13% de los alumnos del centro. En total son 60 los chicos y chicas que reciben algún tipo de ayuda. Los hay que estudian totalmente gratis, otros que no pagan el comedor escolar, algunos que pagan una cuota simbólica o que tienen una reducción en el coste de la enseñanza. Todas las becas se conceden después de un encuentro con las familias en el que se analiza la situación económica de cada caso. La cuota mensual oscila entre los 3 y los 4 euros al mes dependiendo del nivel en el que se encuentren. Esta red de becas promovida por el hermano Juan entre sus paisanos barceloneses de Sanpedor también se ha extendido a otras escuelas lasalianas y a la red de escuelas católicas de la diócesis de Ambositra. Gracias a este sistema de becas el centro puede recibir a un número significativo de niños y jóvenes sin recursos o sin otra salida. Los becados se comprometen a escribir dos veces al año a sus bienhechores para contarles cómo van con los estudios. La beca completa para un curso es de 55 euros.
Centro Social Anosibé
El barrio de Anosibé ha ido creciendo con la llegada de inmigrantes procedentes del interior del país. Hasta hace unos años todas las casas eran de madera y se comunicaban unas con otras por pasarelas como esta. Poco a poco el pantano se ha ido rellenando con tierra, las casas han ido mejorando y el ayuntamiento ha tenido que acondicionar la laguna para prevenir posibles inundaciones. Anosibé significa “pequeña isla”. La mayoría de las construcciones se han levantado sin permiso, son ilegales. Tampoco hay saneamiento, de ahí que muchas de las aguas fecales acaben en la laguna con los consiguientes riesgos para la salud. La barriada es muy extensa, de ahí las diferencias de unas zonas a otras. Aquí podemos encontrar viviendas de ladrillo con cuatro alturas junto a chabolas de madera y chapa. El barrio tiene fama de ser peligroso, pero también cuenta con un gran mercado en el que se puede encontrar de todo. El Centro de Promoción Social es una apuesta de la asociación de seglares de La Salle, Signum Fidei. En 1997 comenzó a funcionar el centro con un grupo de 20 adolescentes del barrio. El objetivo era dar una oportunidad a las chicas que sufrían la pobreza y se veían obligadas a robar o a prostituirse. Es difícil conseguir que vengan todos los días al centro. Casi la mitad de la clase abandona sus estudios entre el primero y el segundo año. Muchas son huérfanas y otras son obligadas por los padres a trabajar para sobrevivir. La presencia de los laicos en las obras lasalianas es cada vez más importante. Actualmente el 97 por ciento de los educadores que trabajan en sus centros a lo largo y ancho del mundo son seglares.
En el Centro de Promoción Social los 14 profesores son laicos. Este año la afluencia de chicas ha disminuido con relación a otras épocas. La crisis política y económica del país ha afectado, sobre todo, a los más pobres. En total hay 60 chicas distribuidas en tres cursos. El Centro Social de Promoción lleva funcionando más de 20 años. En este tiempo han pasado por aquí más de un millar de chicas del barrio. Los Signum Fidei que dirigen este proyecto lasaliano quieren llegar a más personas. Para ello están preparando un internado para los que vienen de fuera. También tienen previsto ampliar la oferta educativa para abrir sus puertas a los chicos.
El testimonio misionero del hermano Juan, el trabajo de los laicos de Signum Fidei y el recuerdo del beato Rafael Rafiringa son el claro ejemplo de que la obra de san Juan Bautista de La Salle es hoy más necesaria que nunca.